Viendo los principales canales de televisión, o leyendo las portadas de los periódicos tradicionales, cabría pensar que hay cuatro opciones para ir a votar el próximo domingo. O Feijoó, o Abascal, o Pedro, o Yolanda. Y para más señas, los dos primeros son «de derechas» y los dos últimos «son de izquierdas».
Desaparecida de la ecuación Unidas Podemos, ya borrada del mapa la formación de Iglesias y Montero, da la sensación de que la izquierda «descansa tranquila» en la opción que ofrecen el tándem de Pedro y Yolanda, de Yolanda y Pedro, que ahora según la gallega, están dispuestos a gobernar juntos y hacerlo «mejor». Como si de esta manera, dejasen caer «sutilmente» que lo malo, los errores y los fallos cometidos, se han ido junto con Unidas Podemos.
La derecha intenta mantenerse separada, tratando de obtener cualquier voto, venga de donde venga.
Y en el planteamiento de la ecuación, el que nos ofrecen los medios de masas, pareciera que las únicas alternativas que la ciudadanía tiene a la hora de votar, son las que vemos (y la que no vemos, porque Feijoó se ausentó del debate, pero también es candidato).
Según el planteamiento de las cuestiones, da la sensación de que si una persona no está de acuerdo con los planteamientos globalistas (de la Agenda 2030), si está en contra de las medidas totalitarias que se adoptaron en pandemia, si no comulga con este «feminismo», si tiene preocupación por nuestra agricultura, por nuestra ganadería, o si la política migratoria considera que pudiera ser notablemente mejorada (para el bienestar de quienes vienen a buscar un futuro mejor y para los que ya viven aquí), es obligatoriamente de derechas. Es más, es de extrema derecha, negacionista y magufo. No se hable más.
Sin embargo, lejos de ser cierto, existen formaciones que tienen un discurso diferente, bastante más claro y más argumentado, que lo que estamos acostumbrados a ver por televisión.
Una de estas formaciones es el Frente Obrero. Un movimiento que no tiene vocación institucional, pero que, según nos explica su presidente, Roberto Vaquero, ha tenido que registrarse como partido y asumir que ha de tomar espacio en la política institucional para defender sus argumentos.
El Frente Obrero es una formación donde se pueden ver rostros mayoritariamente jóvenes, de perfiles interesados en conocer la Historia de nuestro país, en mantener su cultura, la riqueza de los diferentes territorios, y resolver los conflictos que existen, mediante la política, el diálogo y la democracia. Una formación que apuesta por: cuidar y proteger nuestro acervo cultural. Por regular y garantizar una política migratoria que sea compatible con la inclusión y con el respeto mutuo. Un partido que quiere que los trabajadores sean defendidos, que las trabajadoras sean representadas. Que defiende a los autónomos, y que ha presentado un proyecto de mínimos para tratar de aglutinar al mayor número de gente que, más allá de izquierdas o derechas, no quiere perder soberanía, ni como país, ni como ciudadano.
De todo esto hablo con Roberto Vaquero en una entrevista que puedes ver pulsando aquí y compartir utilizando el siguiente enlace: https://beatalegon.tv/video/entrevista-a-roberto-vaquero-presidente-de-frente-obrero/
Y los obreros, en cuanto puedan, votarán a Vox
Ya era hora una izquierda patriótica,no progre y antiglobalista,más centrada en el trabajo y en defender tejidos productivos de la economía nacional española y que fomente culturalmente nuestros valores en contraposición a lo yankee que nos está absorbiendo.
Toda la autodenominada izquierda española es un espejismo. Ningún partido significativo de ese grupo que se autodefine progresista plantea nacionalizar o socializar (que no son lo mismo) los resortes fundamentales de cualquier economía: Banca, Energía, Electricidad; en fin, son simplemente unos habladores de paja.