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Rusia, la principal víctima de Vladimir Putin

El viraje al totalitarismo de Rusia se empezó a ver ya en la década de los 90 del siglo XX. En concreto, en 1996, Putin ya advirtió que Rusia necesitaba mano dura. «Tan triste o aterrador como pueda parecer, en mi opinión, es posible un giro hacia el totalitarismo durante un cierto período de tiempo en nuestro país», dijo Putin

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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análisis

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La invasión de Ucrania ordenada por Vladimir Putin ha aislado a Rusia en todos los frentes: social, político, económico y geoestratégico. Las operaciones militares se están dirigiendo cada vez más hacia la población civil porque el avance de las tropas se ha encontrado con una feroz resistencia que no fue tenida en cuenta en los planes iniciales del Kremlin.

Sin embargo, esa resistencia por parte del Ejército y las milicias ucranianas también está generando que las tropas rusas hayan incrementado su violencia contra los civiles y los refugiados.

El hecho de que los planes de Vladimir Putin no estén yendo como él esperaba ha provocado que desde la inteligencia de Estados Unidos se tema que se hayan creado una especie de «lista de muertos» o «listado de objetivos» a los que matar si Rusia termina su invasión con éxito.

En cambio, no se habla de las otras víctimas de Vladimir Putin: su propio pueblo, su propio país, porque, de momento, el régimen ruso ha aumentado su control sobre los medios de comunicación para tener totalmente controlado lo que dicen y lo que piensa la ciudadanía.

Como cualquier presidente autoritario, ha dictado una serie de leyes de censura en las que, cualquier comentario, noticia o publicación en redes sociales que vaya en contra de la versión oficial sea castigado con hasta 15 años de prisión. Esta medida ha provocado, por ejemplo, que los corresponsales de las cadenas o las agencias occidentales hayan dejado de informar porque se han negado a someterse a la dictadura mediática impuesta por Vladimir Putin. Además, se han bloqueado las noticias de medios y redes sociales occidentales como Facebook.

Por otro lado, el régimen autoritario de Rusia está aplicando medidas represivas por las que ya se ha encarcelado, al menos, a 13.000 personas por protestar contra la invasión y la guerra en Ucrania.

Estos controles gubernamentales de la vida de la ciudadanía y de la información son sólo aplicables a las dictaduras y Vladimir Putin está demostrando al mundo que es un sátrapa no muy lejano de los reyes saudíes o de los talibanes afganos.

El peligroso viaje hacia el totalitarismo

La realidad es que Rusia está virando hacia el totalitarismo. Putin es el segundo presidente que más tiempo lleva en su cargo desde Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin. Axios publicó el día 4 de marzo que miles de ciudadanos rusos estaban huyendo para evitar las consecuencias de la posible declaración de la ley marcial en Rusia que llevara aparejada un cierre de fronteras y un incremento de la represión contra la disidencia.

Beth Sanner, ex subdirectora de Inteligencia Nacional de los Estados Unidos, declaró en la CNN que «no hay límites en la capacidad de Putin para hacer lo que quiere dentro de esa sociedad. Y me preocupa esta fuga de cerebros, ya sabes, las personas que tienen medios, las personas que son inteligentes, las personas que podrían desafiar a Putin con el tiempo. Son los que se van y la gente que queda es la que cree en la televisión estatal».

Putin está llevando a Rusia a un aislamiento que puede derivar en autarquía. Las grandes empresas de comunicación y redes sociales, como Netflix o TikTok, han cesado su actividad en Rusia. También importantes multinacionales de todos los sectores han cerrado, incluida McDonalds, Adidas, KFC, Inditex o Ikea, todo ello unido a las sanciones económicas aplicadas por la Unión Europea, Estados Unidos y Reino Unido.

Diferentes expertos y ex miembros de diferentes cuerpos diplomáticos que han trabajado en negociaciones con Rusia coinciden en el hecho de que Vladimir Putin tiene como objetivo la creación o la recuperación de un teórico nuevo imperio ruso. Desde el año 2008, el sátrapa ha estado adquiriendo tierras lentamente, poniendo a los vecinos bajo su control y sentando el precedente de que puede tomar por la fuerza a quien se resista. Existe una creciente preocupación de que Putin, tras Ucrania, pueda actuar contra otros países, particularmente Moldavia.

El dictador ruso es un convencido de la existencia de un mundo ruso, el Russkiy Mir. En el discurso en el que anunció el inicio de la invasión a Ucrania, llegó a afirmar que ucranianos y rusos eran la misma cosa. Esta idea de un mundo ruso significa volver a reunir a todos los rusoparlantes en diferentes lugares que pertenecieron en algún momento al zarismo ruso.

Por otro lado, el viraje al totalitarismo de Rusia se empezó a ver ya en la década de los 90 del siglo XX. En concreto, en 1996, Putin ya advirtió que Rusia necesitaba mano dura. «Tan triste o aterrador como pueda parecer, en mi opinión, es posible un giro hacia el totalitarismo durante un cierto período de tiempo en nuestro país», dijo Putin.

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1 COMENTARIO

  1. Ds náuseas desde hace semanas ledr el título de su comentarios. Tal vez lo mejor para Rusia era el presidente bailarín y borracho de boris. Tal vez no disfruten de democracia plena y nosotros sí. Tal vez agreden a los manifestantes y nosotros en Catalunya no. Tal vez cometan atrocidades y el presidente de Ucrania en Crimea no. Tal vez censuren alguna información y en Europa no.
    En fin, Agur.

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