Tras más de 40 días de bombardeos e invasión de Israel, más de 14.100 palestinos ha sido asesinados, y casi 1 millón los desplazados. Por eso, cientos de activistas y militantes de diversas organizaciones políticas y sindicales han protestado este martes en la estación Sol de Madrid en solidaridad con Palestina.
Han reclamado la ruptura de relaciones diplomáticas y el boicot a los productos de Israel. Denuncian la complicidad de los países imperialistas.
“Free Palestine” y “No es una guerra, es un genocidio” y “Que viva la lucha del pueblo palestino”, son algunos de los cánticos que resonaron ayer en el vestíbulo central de la estación Sol del Metro y Cercanías de Madrid. En pocos segundos, se produjo una sentada de cientos de activistas que desplegaron carteles y banderas palestinas.
Los manifestantes portaron dos grandes pancartas con los lemas “Alto al genocidio en Palestina” y otra exigiendo al Gobierno español la “Ruptura de relaciones con el Estado de Israel”. De no hacerlo, el Estado español, así como el resto de los Estados europeos son cómplices del genocidio que está llevando a cabo el Estado sionista de Israel.
Al igual que lo han hecho organizaciones anti sionistas y juveniles en la Estación central de Nueva York o en Birmingham en Reino Unido, en la Estación de Francia en Barcelona, las protestas por Palestina se han producido en el metro de Madrid, no sin antes problemas. Fueron cientos de activistas y militantes de organizaciones como BDS, Desarma Madrid, Ecologistas en Acción, el sindicato CGT, Anticapitalistas, el sindicato de Inquilinas, Izquierda Castellana, la Corriente Revolucionaria de Trabajadores (CRT) y la organización juvenil Contracorriente, entre otras.
Más de 14.000 personas, en su mayoría civiles, han muerto en Gaza, muchos en el contexto de ataques indiscriminados y otros ataques ilegítimos. Más de un tercio de las muertes en Gaza son de niños y niñas, e innumerables cadáveres continúan atrapados bajo los escombros. Millones de personas se enfrentan al desplazamiento, la desposesión y el sufrimiento.
Al menos 200 rehenes israelíes tomados por Hamás y otros grupos armados y retenidos en Gaza siguen en peligro, y el continuo lanzamiento indiscriminado de cohetes hacia Israel pone en riesgo a la población civil. El endurecimiento del asedio de Gaza por Israel bloquea la entrada de productos como agua, comida y combustible, lo que deja a más de dos millones de personas luchando por sobrevivir.
Si no se detienen de inmediato los combates, la catástrofe humanitaria derivada de los 16 años de bloqueo ilegal por Israel de la Franja de Gaza ocupada no hará más que empeorar.
