Un equipo internacional de expertos en legislación, estadística, sociólogos, han analizado para la organización «Walk Free» la situación a nivel mundial que viven millones de personas que sufren condiciones extremas de explotación.
Según el estudio, que puede consultarse íntegramente pulsando aquí, unos 50 millones de personas se encuentran sometidas en situación de esclavitud. Una cifra que ha aumentado en los últimos años de manera alarmante.
Las naciones que ocupan los lugares principales del listado elaborado son Corea del Norte, Eritrea, Mauritania, Arabia Saudita y Turquía.
Los factores más predominantes, comunes en estos países, presentan una gobernanza débil, suelen estar afectados por conflictos permanentes y el Estado impone el trabajo forzado como medida.
En el extremo contrario se encuentran Suiza, Noruega, Alemania, Países Bajos y Suecia.
Los países que encabezan la lucha contra la esclavitud son Reino Unido, Australia, Países Bajos, Portugal y Estados Unidos.
El mayor número de personas que sufren esta situación se concentran en la zona de Asia-Pacífico, donde se han contabilizado 29,3 millones de personas en estas condiciones de explotación. El continente africano cuenta con 7 millones y los Estados árabes con 2.
En el continente americano se contabilizan más de 5 millones de personas. Representa el 10 por ciento de la estimación mundial. Y entre ellos, el 71% se dedica a labores forzadas, mientras que el 29% representa a matrimonios forzados. Estados Unidos, Canadá y Argentina encabezan las respuestas gubernamentales más contundentes contra estos hechos.
En América la esclavitud moderna está generada por la desigualdad, el aumento de la pobreza y la inestabilidad política. El impacto de la pandemia del Covid-19 ha agravado esta situación.
Esclavitud moderna
Según la organización que ha impulsado este estudio, Walk Free, la esclavitud moderna tiene muchas formas y es conocida por muchos nombres. Son casos de explotación en los que una persona no puede abandonar o rechazar de ninguna manera su situación, generada por engaño, coacción, violencia o amenazas.
Las derivaciones son el trabajo forzado, la explotación sexual, matrimonio frozado, servidumbre por deudas, trata de personas, venta y explotación de niños.
En definitiva, se trata de la supresión de las libertades de una persona para explotarla y obtener beneficio económico o personal de un tercero.
Los vulnerables a esta explotación suelen ser personas que huyen de sus países por desastres naturales, conflictos, represión de sus derechos, y buscan una manera estable y segura de vivir. Los más vulnerables son las mujeres y los niños.
