Estuvo bonito el Gran Premio de los EEUU.
Verstappen salía sexto y eso le daba mucho aliciente al Gran Premio.
A lo mejor había suerte y ganaba a cualquier otro.
Leclerc salía primero pero estuvo lento y le quitó la cabeza de carrera Lando Norris en los primeros metros.
Sin prisa y dueño de sí mismo el holandés de los tres títulos mundiales fue ganando posiciones. Pero parecía que el Mercedes era más rápido que el Red Bull en la carrera de los Estados Unidos. Emoción y misterio. ¿Lograría Hamilton noquear a su archienemigo actual como hacía en 2020 e incluso 2021?
Al final no pudo ser, pero fue muy lenitivo ver como Hamilton, hambriento como si no se hubiese comido una salchicha ni ganado un gran premio en su vida, iba recortando al final de la carrera décimas y más décimas de segundo al holandés quien por primera vez en la temporada parecía al borde de un ataque de nervios y le pedía -tenso y casi histérico- a su ingeniero que no le hablase mientras estaba frenando; tenía el intratable Red Bull -para alegría del espectáculo- algunos problemas con los frenos.
No lo consiguió Hamilton «el hambriento», a quien además descalificaron al terminar la carrera y se quedó sin un solo punto, pero parece que habrá que volver a tenerle en cuenta y que el Mercedes va a estar a la altura del coche diseñado por Adrián Newey para la temporada que viene, que podremos soñar con tener lucha y jaleo. Lo agradecemos.
Aunque le agradeceríamos mucho más sin esa lucha y jaleo también estuviera el magnífico Fernando Alonso.
Fernando Alonso que apenas pudo rodar en los entrenamientos.
Fernando Alonso que en la carrera Sprint no logró ser competitivo.
Fernando Alonso que salió del pit lane, como su compañero Lance Stroll, con resignación de tener que utilizar la competición como si fuera un entrenamiento.
Pero Alonso es Alonso, y el Aston Martin sigue teniendo magia y poderío dentro. Estaba ya Alonso octavo, en los puntos, cuando falló la suspensión y tuvo que retirarse. Una gran lástima porque tras la descalificación de Hamilton y Leclerc habría quedado sexto y habría vuelto a alcanzar a Hamilton en el Mundial. En cualquier caso no nos gusta ni un poquito que el resultado de una carrera de F1 se decida en las oficinas y no en la pista.
La descalificación de Hamilton hace aún posible que Alonso termine la temporada por delante de él si el Aston Martin vuelve a funcionar.
Mientras tanto le volvió tocar resignarse y echar mano de paciencia.
Se merecería estar luchando por las primeras posiciones el piloto asturiano, el más veterano de la parrilla, pero en cualquier circunstancia es capaz de mostrarse ante el mundo como el guerrero inasequible al desaliento que es.
Ojalá tuviese un coche puntero. Ojalá Aston Martin logre para el año que viene una progresión tan buena como la tuvo al principio de esta temporada. Pero eso no está garantizado que vaya a suceder, porque al parecer los Stroll, padre e hijo, van a abandonar el barco de la F1, y ya veremos como navega el equipo sin su patrón muchimillonario.
Tirando de paciencia y entereza: el gran Fernando Alonso. No se rinde. Desde LAS ALMAS Y LA FÓRMULA 1 se lo aplaudimos.
Su sueño es nuestro sueño.
Tigre Tigre
