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Otra Patricia Fornos es posible

Gonzalo Osés
Gonzalo Oséshttp://www.gonzalooses.es
Soy abre puertas, se me da bien conectar necesidades con soluciones. Me rijo por tres frases: la de mi madre “la vergüenza pasa y el provecho queda en casa”; la de mi padre, “la persona más feliz es la que menos necesidades tiene”; y la mía, “para crear valor hay que tener valor”. En plan profesional, soy FEO (Facilito Estrategias Operativas), cofundador de Xaudable, conecto innovación con el mercado, mentor y docente en @eoi y @SEK_lab. Emprendedor con mi startup de comida rápida saludable. Autor libro “abre puertas, cómo vender a empresas”. Miembro de @Covidwarriors. En otras décadas organicé en IFEMA la feria Casa Pasarela y fui gerente de un concesionario oficial en Madrid de motos Honda. Licenciado en Dirección y Administración de empresas por CEU San Pablo, diplomado en diseño industrial por IED (Instituto Europeo Di Design), master de comunicación aplicada en Instituto HUNE.
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análisis

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En la mañana del sábado 29 de octubre quedé con Claudia, Cristina, Pablo y Patricia en el showroom de Creativas Galegas en Santiago de Compostela, donde Patricia presentaba su exposición «Perfectamente imperfectas», para desvirtualizarnos y hacer una jornada de construcción de equipo y de sinergias entre ellas. Al ser las cuatro autónomos que he tenido la oportunidad de mentorizar de forma online, en la segunda edición del Programa Mentoring Traballo Autónomo de la Consellería de Emprego e Igualdade de la Xunta de Galicia, a través de Fundación Ronsel en el que han participado 200 autónomos, y hemos sido 55 mentores.

Cuando empece a mentorizarles en julio, vi que las cuatro estaban en A y se habían propuesto llegar profesionalmente a B, por lo que les planteé a cada cual de forma individualizada, añadir a la metodología de mentoring basada en ir respondiendo cada semana a preguntas que te plantee la persona mentorizada, enseñarles la estrategia que uso para acelerar proyectos. Como el programa de 6 meses empezó en julio, venía a huevo para en julio mapear, en agosto construir un prototipo de su servicios, y en septiembre, lanzarse a validar, sabiendo que en B2B (Business to business, empresa a empresa) las relaciones se fraguan a fuego lento. En cambio, en B2C (Busines to Client) es más rapido recibir un feedback y con un no razonado puedes limar la propuesta, y volver al mercado a validarla de nuevo en un breve plazo de tiempo.

La clave fue enseñarles a hacer entrevistas telefónicas de 7 minutos en las que les dieran respuestas desde donde las personas tomamos las decisiones, es decir, desde la emoción, y a su vez, conocer qué razonamientos utilitaristas o moralistas usamos para justificarnos.

En el caso de Patricia, los resultados fueron sorprendentes y abría un melón del que hoy te vengo a hablar, pero antes déjame que te ponga en antecedentes: Patricia Fornos es una artista mexicana de padres gallegos, cuya abuela Belita, la matriarca de la familia la enseñó a pintar tras escuchar como Patricia le pedía a su madre «mamá, necesito una herramienta para sacar las muchas imágenes que tengo en mi cabeza». Patricia estudió en la experimental Universidad Iberoaméricana de México. Después, aprendió a estructurar las miradas de los ojos que dibujaba sin parar, gracias a un profesor que conoció en la libería Ghandi. Se vino a Madrid a trabajar en una agencia de publicidad y lo compaginó con aprender en las escuelas Arteneo y ESDIP. Testigo de sus 11 años en Madrid es un mural que comparte espacio con otro de Ricardo Cabolo en el coworking Espíritu Santo 21. Cuenta con 19.000 seguidores en Instagram, muchos de ellos de USA y México donde sus tazas y calcentines de imágenes calaverizadas se han vendido hasta en las tiendas de souvenirs de aeropuertos mexicanos.

Hace un tiempo, Patricia decidió volver a Galicia, la tierra de sus origenes para centrarse en su arte, donde ha florecido entre sus manos el tan gallego bordado, al enraizarse Patricia en la otra orilla del océano, empezando a bordar sus cuadros, como son las lineas rectas en el cuadro «Freyja» que encabeza esta columna.

Pues bien, en vez de encontrarme con los típicos comentarios que se quedan en la estética o la técnica de la obra, la mayoría se atrevían a plasmar la calma y tranquilidad que les reportaba contemplar, ya no un cuadro, si no una simple taza. Dentro de esa montaña de comentarios, se encontraba el de Itziar Valle de Lersundi, la cual, que ha accedido a que lo publique en esta columna, «Patricia y su arte se cruzaron en mi vida tras la muerte de mi hermana. Nunca había oído hablar de las catrinas y de cómo en México se vive la muerte, la celebración del día de los muertos… me ayudó mucho a superarlo. Siempre tengo presente a mi hermana y cuando veo el cuadro que tengo colgado en mi habitación, la recuerdo con alegría».

Es a través de la mirada de las catrinas que Patricia dibuja o borda, donde se canaliza la energía que conecta con las personas que contemplan su arte. Por algo dicen que la mirada es el espejo del alma, y que una mirada no sabe mentir. Es una de las cosas buenas que nos ha obligado la pandemía, atrevernos a comunicarnos mirandonos a los ojos, de alma a alma.

En las mentorias, Patricia me dijo el nombre azteca que una chamana le asignó, pero me vas a disculpar que quede como secreto de mentoria, ya que es una vivencia muy personal, si bien, a mi me ha servido para comprender el regalo, que nos hace Patricia al canalizar a través del agua de sus pinturas, sin rencor ni avaria alguna, un estado de c-alma interior.

Si está explicación que te ha dado no te convence, te invito a que te atrevas a entrar en un estado de paz al contemplar en directo una obra de Patricia, ya sea ante un cuadro, un print (copia del orginal), un camiseta, o una taza, y a lo mejor encuentras una explicación más racional. Es como si nos permitira adentrar en la mirada de sus catrinas y pudieramos encontrar en sus iris un ágora de claves que generan en nuestro cerebro estados de calma y alegría. Te sugiero, que lo hagas en directo, porque en formato digital, se pierde la conexión, y como mucho podemos juzgar si nos gusta o no.

Creo que cada persona que viene al mundo atesora un don, y canalizar energía positiva que proporcione calma a las personas, es el don de Patricia. De hecho, los artistas son personas muy valientes, al atreverse a aceptar desde jóvenes su don y orientar su formación académica a entranarlo, para materializarlo a través de sus talentos, y así ayudarnos a los demás a conectar con nosotros mismos, desde la música a las bellas artes.

Si, me apuesto unas cañas a que atesoras en tu ser un don, el cual puede que este encerrado bajo las siete llaves que nos hicieron creer en la escuela que todos somos iguales, cuando el hecho es que somos seres únicos, (mientras no nos clonemos), a los que hay que ofrecer igualdad de oportunidades para que detecten su don y talentos.

Ahora, que mucha población les están echando de esas vidas que compraron en la universidad de un empleo para toda la vida. Ahora que florece la economá plateada, es momento de reflexionar cual es tu hobby, qué pasión tienes, y qué haces muy fácil sin necesidad de esforzarte, ni calentar sillas para aprenderlo, por allí anda tu don, esperando que lo aceptes.

La respuesta está en tu ser.

GO!

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