Afortunadamente, no gobernarán Feijóo ni Abascal

El resultado de las pasadas elecciones del 23 de julio, ha sido clarificador y nos ha dado un gran respiro viendo como el PP, Vox y UPN (Unión del Pueblo Navarro), no tendrán los apoyos suficientes para poder configurar el próximo gobierno. Lo más probable es que Coalición Canaria se decante apoyando al PSOE o absteniéndose, en cuyo caso con la abstención igualmente de Junts, seria suficiente para Pedro Sánchez ser de nuevo investido como presidente del Gobierno.  

Probablemente es lo que ocurrirá y de ser así, tal y como lo han expresado diversos medios de comunicación internacionales, habremos dado ejemplo de cómo cerrarle el paso a la reaccionaria derecha extrema del PP y fascista extrema derecha de Vox. Pues es muy preocupante el ascenso cada vez más de esta ideología, según se demuestra por los varios países europeos en los que gobiernan ostentando la presidencia: Hungría, Polonia e Italia,  o conjuntamente, con organizaciones políticas conservadoras, con las que, como en nuestro país, se reparten los gobiernos igualmente en otras instituciones.

Es preocupante el ascenso de más del 20% experimentado en Alemania, por mediación del partido político Alternativa Para Alemania, pues con todo el drama que sufrió el pueblo alemán, e hizo padecer mediante la Segunda Guerra Mundial a gran parte del mundo, no se comprende como ha sido legalizado. Sería el colmo que Donald Trump gane las elecciones presidenciales del próximo año, y haga causa común con sus homólogos europeos.    

Feijóo esta haciendo lo indecible para llegar a la Moncloa, repitiendo cansinamente que debería gobernar la lista más votada, pero al respecto él y sus barones territoriales no dan en absoluto ejemplo, y aunque últimamente Abascal se lo ha puesto algo más fácil, renunciando a que Vox forme parte del Gobierno, pero sino se produce nada imprevisto por parte de Junts, lo predecible es que la Presidencia del Gobierno recaiga en Pedro Sánchez, en cuyo caso estaremos de enhorabuena de que no gobiernen el reaccionario e indecente Feijóo y aunque en la sombra, el fascista y parasito Abascal.

Inconcebible que con el pasado que tiene Feijóo de amistad con el narcotraficante Marcial Dorado, que junto con sus homólogos gallegos, tanto daño hicieron a la juventud gallega, sobre todo en las décadas de los 80 y 90 del siglo pasado, hasta el extremo de que los familiares de esas victimas tuvieron que unirse y, hacer causa común para enfrentarse a ese muy grave problema, que era público y notorio y conocido en toda Galicia. Sin embargo, Feijóo hipócritamente en varias ocasiones ha manifestado, que el desconocía la faceta delictiva de semejante personaje.

Lo inexplicable es que el pueblo gallego le haya respaldado durante cuatro legislaturas, obteniendo mayorías absolutas. Pero lo mismo ocurre ahora con relación al conjunto del país y a las pasadas elecciones generales del 23 de julio. Se ha descubierto que en el PP continua habiendo reminiscencias del caso Bárcenas y, muchos de sus actuales dirigentes encabezados por el propio Feijóo, siguen cobrando dinero extra del Partido Popular y como en aquel entonces, lo hacen de forma fraudulenta sin declararlo como debe hacerse a Hacienda y en su caso, igualmente a la institución del Senado a la que pertenece.  ¡Menudo personaje si hubiera llegado a coger las riendas de nuestros país!.

No digamos nada de haberle acompañado el fascista y parasito Abascal. Se jacta de ser un gran patriota, pero hizo todo lo indecible para no hacer el servicio militar y aparte de la política en la que se inició muy joven con apenas 19 años, primero como concejal en el Ayuntamiento de Lloido, provincia de Álava en junio de 1999 y después como miembro del Parlamento Vasco de enero de 2004 a enero de 2009. Posteriormente su mentora Esperanza Aguirre lo nombró director de la Agencia de Protección de Datos de la Comunidad de Madrid, cargo que desempeñó entre febrero de 2010 y diciembre de 2012.

En abril de 2013 otra vez por mediación de Esperanza Aguirre, pasó a ocupar el cargo de director de la Fundación para el Mecenazgo y Patrocinio Social. La referida fundación se había constituido en el año 2001 y se disolvió el 17 de diciembre de 2017, fecha en la que Abascal constituye con mas escindidos del PP la formación política Vox. Pero mientras tanto y en tan poco tiempo de tan sólo 9 meses, percibió la cantidad de 82.491 euros de la subvención que le habían concedido a la mencionada fundación de 183.600 euros. Por consiguiente, su “vida profesional” se ha limitado a ser cargo público electo o de libre disposición.

La temida involución por lo pronto no se hará realidad, pero no hay que volverle a dar más oportunidades a Vox, como ya ocurrió con las elecciones del 10 noviembre de 2019, cuando obtuvieron 52 diputados, 28 más que los obtenidos (24) en las del 28 de abril de ese mismo año, debido a la falta de entendimiento entre Podemos con Pablo Iglesias que lo representaba y el PSOE con Pedro Sánchez. Éste si como es deseable logra formar gobierno, sería cuestión de que recupere y lleve a efecto asignaturas pendientes, para lograr una sociedad con más libertad y justicia social.