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Banco Santander: Andrea Orcel derrotará a Ana Patricia Botín

Tras la celebración del juicio, todos los indicios apuntan a una probable condena del Banco Santander, con el consiguiente descrédito de la entidad y de su presidenta, Ana Patricia Botín, en todo el mundo financiero

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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análisis

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Ayer se celebró lo que restaba del juicio de Andrea Orcel contra Banco Santander. Tras declaraciones, quedó claro que lo que el banco llama «carta-oferta» es un documento o contrato con efectos plenamente vinculantes que deberían llevar aparejados la condena del Santander.

Fuentes jurídicas consultadas por Diario16 que asistieron al juicio mantienen que, en el documento, contrato o «carta-oferta» que el Santander pretende que no tenga ningún efecto contractual, era innecesario hacer constar una cláusula que permitiese al banco o a Orcel resolverlo unilateralmente. ¿Para qué vas a establecer la posibilidad de resolver un documento que no tiene ningún efecto vinculante para las partes?

Por tanto, según las mismas fuentes, es indiscutible que la «carta-oferta» tiene innegables efectos contractuales, aunque no se llame contrato. El hecho de que un documento no sea propiamente un contrato no impide que el mismo tenga efectos vinculantes y pueda obligar a las partes. Por tanto, la «carta-oferta», o como quiera llamarse el documento, valida plenamente la contratación de Andrea Orcel.

Axel Weber destroza al Santander

La declaración del presidente de UBS, Axel Weber, ha dejado claro que el banco suizo ya advirtió a Ana Patricia Botín y al Santander en septiembre de 2018 que no pagaría a Orcel el importe de sus ganancias diferidas, lo que pone en difícil situación a Ana Patricia Botín para justificar por qué, sabiendo eso, siguieron empeñados en la contratación de Orcel, para luego tratar de justificar su no contratación con motivos relacionados con los importes que conocían desde meses antes que no serían pagados por UBS.

La respuesta, según fuentes jurídicas, es evidente y no puede ser otra más que Orcel había sido contratado por el Santander y lo único que trataba de conseguir el banco español era disminuir el importe que había asumido pagar para incorporar al  banquero italiano como consejero delegado.

¿Alguien se cree que Andrea Orcel iba a abandonar UBS para irse al Santander perdiendo en el camino 40 millones de euros? ¿Alguien en su sano juicio puede pensar que Orcel (o cualquier otro) iba a renunciar a cobrar 40 millones que había ganado durante muchos años de trabajo en UBS para irse al Santander? Pues no ¿Quién puede creerse que Orcel iba a irse al Santander gratis y perdiendo lo acumulado en años de trabajo? Es indiscutible que, si Orcel accedió a irse al Santander y firmó la «carta-oferta», fue porque el banco cántabro asumió pagarle el importe de sus percepciones diferidas descontando lo que UBS abonase voluntariamente.

A eso hay que añadir que, pese a todo, Orcel habría tratado de conseguir que UBS pagase el máximo posible de sus percepciones diferidas, con lo que habría honrado su obligación contractual, como la denominó Ana Patricia Botín en su declaración del mes de mayo, de reducir en lo posible el importe a pagar por el Santander.

La declaración del presidente de UBS ha sido clara y terminante, poniendo en duda todo lo que mantiene el Santander, pese a que el abogado del despacho Uría, que defiende al banco, tratara, en sus declaraciones a los medios, de quitarle trascendencia a dicha declaración.

El abogado del Santander, además, ha intentado sembrar la duda en el juez haciendo referencia al «garden leave» equivalente al periodo de preaviso de seis meses que debía cumplir Orcel antes de abandonar UBS para irse al Santander, periodo en el que Orcel debía colaborar para facilitar la transición con sus sustitutos en el banco suizo y en el que tenía derecho a seguir cobrando su salario de UBS, pese a que se le impidiese el acceso a las oficinas del banco helvético ya en el mes de octubre de 2018, como reconoció en su declaración el testigo Mark Shelton, director de Compensaciones de UBS.

El Santander: alargar las respuestas para no decir nada

Lo que habría resultado curioso sería la declaración del jefe del departamento de recursos humanos del Santander, Roberto di Bernardini, que se habría pasado todo el interrogatorio del abogado de Orcel, Álvaro Remón, torpedeándolo, tratando de alargar innecesariamente sus respuestas, esquivando las contestaciones a lo que se le preguntaba con circunloquios eternos que no llevaban a ningún lado y justificando con excusas inadmisibles sus contradicciones y pérdidas de memoria. Las contestaciones de Bernardini al abogado de Orcel fueron eternas divagaciones, mientras que las respuestas al abogado del Santander eran cortas y ajustadas a lo preguntado.

Bernardini no habría podido justificar por qué habría trasladado por whatsapp a Orcel que el consejo de administración del Santander habría aprobado pagar sus percepciones diferidas, cuando en el acta del consejo de administración no constaba tal acuerdo. Ha quedado en el limbo de la duda si lo manifestado por Bernardini era cierto o en la certificación aportada al juicio por el Santander se habría obviado hacer constar el referido acuerdo por algún motivo que perjudicase los intereses de la entidad.

Las mismas fuentes confirman que las declaraciones de los empleados del Santander, Bernardini y Jaime Pérez Renovales, habrían sido las habituales de los testigos preparados por los abogados, que reproducen como papagayos todo el argumentario que han utilizado sus abogados en su contestación a la demanda.

Por otro lado, ha quedado acreditado que Orcel habría percibido parte de sus percepciones diferidas o buy-out como consecuencia de la ruptura contractual con el Santander. Es lógico que, si Orcel finalmente no ejerció como consejero delegado del Santander, cobrase de UBS los bonus que tenían pactados y que sólo le fueron negados para el caso de que Orcel ejerciese como consejero delegado del Santander.

Orcel fue incluido en la aristocracia del Santander

También ha suscitado el interés del juez el hecho de que Orcel fuese incluido en un chat de los 30 máximos dirigentes del Banco Santander conocido como «Promontorio Meeting», ya que, si Orcel no había sido contratado y no formaba parte del Santander, no tenía razón de ser el que fuese incluido en ese «selecto» y reducido grupo de máximos directivos del Santander.

En definitiva, el juicio toca a su fin, pero antes los respectivos abogados formularán sus conclusiones por escrito, a petición del magistrado, en los próximos días.

«Alea jacta est» y la sentencia no debería ser favorable al Santander conforme a las declaraciones de los testigos y los documentos mencionados en el juicio que demostrarían, según las fuentes jurídicas consultadas por Diario16 presentes en el juicio, la indiscutible contratación de Orcel que se demostró, además, con su presentación «a bombo y platillo» el 25 de septiembre de 2018.

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