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Borja Sémper llama «marcianos» a los partidarios de Vox por negar la violencia machista

El portavoz del PP asegura que la propuesta que Feijóo le hizo ayer a Sánchez supone "derogar el sanchismo"

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análisis

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“Negar la violencia machista es convertirse en un marciano”, asegura el portavoz del PP, Borja Sémper, en la Cadena Ser. Tras el negro día de ayer, en el que otras dos mujeres fueron asesinadas a manos de sus parejas en Salamanca y Alzira (la cifra anual se eleva ya a 40 víctimas), Sémper ha querido marcar diferencias entre PP y Vox, pese a que ambos se han convertido en socios en no pocos gobiernos regionales. “No estamos de acuerdo con Vox cuando niega la violencia machista. Nosotros nos posicionamos en contra. Me quedo con la parte buena, que es que condena”, afirma Sémper, para quien la negación de la violencia machista no es una línea roja: “Lo sería si nosotros aceptáramos esa negación en nuestras políticas”.

Las declaraciones de Sémper provienen de ese supuesto PP moderado que mientras pacta con Vox traza fronteras con la ultraderecha, pero en Génova está el otro sector, el ala dura, los ayusistas, que no se muestran tan duros con los partidarios de Santiago Abascal. De hecho, en el escándalo de Luis Rubiales los discursos contra el “falso feminismo” de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y del líder voxista, se parecen como dos gotas de agua.

Es evidente que el PP tiene un problema ideológico. Sémper y los conciliadores van por una senda mientras que los hooligans echados al monte apuestan por discursos propios de la extrema derecha. Estas dos almas están saliendo a flote también a cuenta de la búsqueda de pactos con otras formaciones de gobierno para que Feijóo pueda lograr la investidura. Mientras que la actual directiva nacional no hace ascos a sentarse a dialogar con partidos independentistas como Junts, para pedirles los cuatro escaños que le hacen falta al PP, los ayusistas (y también el PP catalán dirigido por Alejandro Fernández) rechazan cualquier tipo de acercamiento a la gente de Carles Puigdemont.

“Con mayoría de escaños, todos los acuerdos son legítimos. Si me está diciendo si sería ilegítimo que el PSOE pactara con Junts, ERC, Bildu, sería nefasto y malísimo, pero no ilegítimo”, añade Sémper.

Núñez Feijóo ha hablado con el lehendakari, Íñigo Urkullu, y ha calificado la conversación de “franca y provechosa para el presente y futuro”. Además, ha destacado que proseguirá con su ronda de contactos con presidentes autonómicos y partidos de cara a la investidura. Urkullu también reconoce que se ha sentado con el presidente del PP, una conversación que el mandatario vasco ha calificado igualmente de “franca y provechosa” tanto para el análisis del presente como del futuro de la comunidad autónoma.

Urkullu reiteró que Vox condiciona “sí o sí” la política del PP y que los principios de la formación de Santiago Abascal “chocan radicalmente” con los suyos, por lo que no contempla un apoyo a la investidura del líder del PP. Cabe suponer que si no existiesen los pactos entre populares y voxistas en los gobiernos regionales (y también de cara a la investidura de Feijóo), el PNV ya le habría dado su apoyo a Génova.

“Dos años es una forma de intentar un acuerdo. Vivimos momentos extraordinarios y hay que proponer medidas extraordinarias”, asegura Sémper sobre el plan con pactos de Estado que Feijóo entregó ayer a Pedro Sánchez. “En cierta manera la propuesta sí es derogar el sanchismo”, dice el portavoz.

“No hablamos de negociar con Junts sino de intentar una investidura y hablar”, insiste. “Llevamos demasiado tiempo hablando de independencia. Hay que salir de este pozo que nos está dividiendo. Estoy preocupado”, añade. Sémper afirma que la política ha dado en los últimos tiempos “momentos no edificantes”.

“Nos ven a los políticos como las vacas cuando ven pasar al tren. Los políticos nos damos demasiada importancia. Hay que trascender de los agravios particulares”, afirma. Respecto a la reacción de Vox, Sémper ha defendido que tiene que decir lo que ellos creen mejor para España: “No sobra nadie».

El portavoz reconoce que no tiene miedo, pero sí preocupación por el futuro del país. “Nos quedan cuatro votos para conseguir la mayoría. Es muy difícil conseguir la investidura de Núñez Feijóo. Pero la alternativa de quedarse de brazos cruzados es peor. Cumplimos con los mandatos de las urnas”. Sémper insiste en que no lo dan por perdido ni por ganado: “No imposible, pero sí muy difícil”.

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