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Carta de una estudiante de medicina

Este texto no es una creación literaria sino, lamentablemente, copia literal de un correo electrónico que reproducimos con autorización expresa de su firmante. Hemos cambiado lo necesario para impedir su identificación

Juan Gérvas / Mercedes Pérez Fernández
Juan Gérvas / Mercedes Pérez Fernández
Juan Gérvas, Doctor en Medicina, médico general rural jubilado, Equipo CESCA, Madrid, España. Mercedes Pérez-Fernández, especialista en Medicina Interna, médico general jubilada, Equipo CESCA, Madrid, España.
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análisis

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¡Buenos días!

Soy Eva, estudiante de medicina en Madrid, he asistido a algún SIAP [Seminario de Innovación en Atención Primaria], no sé si me recordarás (perdón, no sé si dirigirme de

usted o de tú, pero dada tu cercanía habitual hablaré de tú).

Llevo un tiempo pensando en escribiros (a ti y Mercedes), y con el inicio de curso se me hace más necesario. Verás, yo estoy enamorada de la medicina, y con ello me refiero a que me encanta estudiarla, pero sobre todo a que me parece que te permite, como la lectura, vivir otras vidas que no te daría tiempo de otra forma. Te enfrenta a la condición humana, y te enseña con la firmeza y suavidad de vivir a través de pieles ajenas, pero tan parecidas a la tuya…, o al menos así sería en un mundo ideal. En este mundo real me encuentro llorando muchos días al salir del hospital, absolutamente frustrada con la institución médica.

Veo una medicina supremacista, que en mi opinión hace más daño que bien, una falta de sentido común, conocimiento, humanidad y ética importantes, tecnocracia, intervenciones innecesarias, daños irreparables, superioridad moral, competitividad con compañeros, médicos clasistas, racistas y machistas, y pacientes que dan las gracias al doctor por ayudarle con esa disfunción eréctil resultado de aquella intervención tan poco necesaria, mientras la médica comenta luego para qué necesitará a esa edad hacer uso de su sexualidad.

Me da miedo el futuro de la medicina, que cada día tiene más control y autoridad sobre una población anestesiada y desprovista de autonomía. Y lloro, porque no sé cómo encajar yo en todo esto. Cómo encontrar herramientas que me ayuden a soportar el día a día, cómo poder decir que quiero formar parte de una profesión tan dañina, y como no perder el optimismo ni la esperanza.

Me he planteado seriamente acabar la carrera y a otra cosa mariposa, pero la verdad que, como dice Saint-Exupéry en «El principito», ‘cuando el misterio es demasiado impresionante no nos atrevemos a desobedecer’. Yo solo quiero ser una médica de pueblo, tener mis pacientes, tener mi huerta, una vida tranquila… Pero sé que la medicina (y más la de familia), es una vida de lucha.

Por suerte en mi vida personal tengo raíces profundas en cosas que me hacen la vida bonita, pero no sé bien qué hacer con la medicina.

Así que mi pregunta es, ¿cómo habéis aguantado estos años? ¿Cómo hacéis para no perder fuerzas, ni desanimaros, para mantener la alegría y el optimismo? Muchísimas gracias.

Nuestra respuesta a Eva

NOTA:

Hemos editado la respuesta, para mejor comprensión lectora y para evitar la identificación de Eva. Pero el texto no es una creación literaria, sino lo que le contestamos en particular y nos ha autorizado a difundir en público.

DICE:

-estás «fichada», Eva

-para bueno

-recordamos en concreto tu participación en el Seminario (SIAP) de Zaragoza

-gracias por tu confianza

-duele leerte, duele mucho

-lo que cuentas lo hemos visto de «lejos» en general y muy de cerca en particular, en el hijo de un amigo que acaba de terminar Medicina

-te contestamos a ti, pero si no te importa emplearemos tu texto, haciéndolo anónimo para contestarlo en público

-sois muchísimos quienes queréis otra Medicina que no tiene nada que ver con la que os enseñan

-pero vamos a intentar contestar tus preguntas, que son de calado

-tus preguntas son dos 1/ ¿Cómo habéis aguantado estos años? Y 2/ ¿Cómo hacéis para no perder fuerzas, ni desanimaros, para mantener la alegría y el optimismo?

-te pedimos que leas toda la bibliografía que ponemos, por favor, aunque te llevará unas cuantas horas completar la tarea

-lo clave es saber que la constancia es la virtud revolucionaria, de manera que tienes que tener en el ánimo de que vas a morir como crees que se debe vivir, comprometiéndote siempre con el sufrimiento ajeno, con alegría y tranquilidad, sin «quemarte» nunca

-es un poco fe ciega, esa de los perdedores de largo recorrido, de saber que vale la pena aunque no lo parezca, que no es sólo por ti, que es por solidaridad con todos los que lo intentan como tú, que estás en un camino en el que nos apoyamos unos con otros sin casi darnos cuenta, que no vas a «ganar» sino a disminuir los daños que son evitables, a disminuir la inequidad

-la derrota no vuelve injusta una causa, al contrario debería enardecernos para continuar por aquello de «estamos en derrota, que no en doma» (1)

-tienes que aprender que la derrota no es indigna, que en la derrota hay mucho aprendizaje; sé indomable e incombustible y para ello precisas formación rigurosa y constante

-tenemos claro que no somos Jesucristo, ni tenemos por misión salvar el mundo, que lo nuestro es más pequeño y bonito, más personal y cercano, el simple aliviar el sufrimiento entre quienes tenemos cerca y ayudar en lo que se pueda a hacer lo mismo entre quienes están lejos; recuerda que los principales problemas de salud no son médicos sino sociales:

1/ la desigualdad social y 2/ la falta de democracia (2)

-además de saber ser perdedora de largo recorrido, de formación rigurosa y constante y de no creerte Jesucristo, necesitas un «oasis», un grupo en el que sentirte «normal» y no una extraña; por ejemplo, los SIAP que ya conoces, en los que «todos tienen algo que enseñar y mucho que aprender» (3)

-de ti se espera un comportamiento heroico, pero el comportamiento heroico es sencillamente la respuesta civilizada, el hacer lo que se espera que debemos hacer, hoy, mañana y siempre; el comportamiento heroico, es el simple y difícil del civismo de cumplir con el deber, mantener la calma y tener sentido común; como escribió Albert Camus en «La peste»: «Ante la plaga, civismo, no heroismo» (4)

-cada día en el trabajo médico se puede hacer un inmenso bien, en esos encuentros con quien sufre, incluso en las condiciones infernales de esta Medicina que se enseña y se practica de torres de arrogancia con cimientos de ignorancia, con ese autoritarismo médico que llega a síndrome de hubris (la desmesura orgullosa, la soberbia de quien ostenta un poder y cree saber todo) (5); intenta trabajar con el espíritu opuesto, con la prudencia de la frónesis, ese sereno saber práctico que procede sobre todo del auto-conocimiento; recuerda que el deterioro institucional estructural no es excusa para la pérdida del profesionalismo

-«cada día en el trabajo hay espacio y tiempo para hacerlo bien» sirve para estudiante, residente y clínico pues cada día tenemos la oportunidad de hacer algo bien, de aliviar el sufrimiento y el dolor, de lograr un poco de confianza, de ayudar a sobrellevar la enfermedad (y la muerte), por supuesto no en todos los casos, no exactamente en la consulta, a veces en el pasillo, o en la calle, o llamando por teléfono, etc, pero aprovechando la inmensa oportunidad y cercanía que da la empatía y la piedad con quien sufre

-el objetivo es practicar una Medicina Armónica y tienes que leer sobre ello pues es clave ahora en tu vida; la Medicina Armónica se basa en: 1/ comprender y aceptar que nuestra misión no es disminuir morbilidad y muertes en general, sino la morbilidad y mortalidad innecesariamente prematura y sanitariamente evitable (MIPSE), 2/ promover que los médicos ejerzan con dos éticas sociales fundamentales, la de la negativa (no todo lo posible es deseable) y la de la ignorancia (no sabemos todo, aunque sabemos mucho), y 3/ tener en la práctica clínica compasión, cortesía, piedad y ternura con los pacientes y sus familiares, con los compañeros, con los superiores y con uno mismo (6, 7)

-tienes que leer lo que escribimos a propósito de una charla a residentes de medicina de familia en Quito, Ecuador, un poco el resumen global de nuestro pensamiento y práctica, sobre cómo ser médico general-de familia y no perecer en el esfuerzo; en síntesis:

«Los médicos tenemos dos objetivos: 1/ evitar-tratar-paliar el sufrimiento y 2/ ayudar a bien morir a los humanos. Cuando lo hacemos bien podemos hacerlo tan bien que el paciente llegue a intentar besarnos la mano al comprobar los «milagros laicos cotidianos» que logramos. Lamentablemente, nos creemos científicos y tendemos a dejar de ser sanadores capaces de «milagros laicos cotidianos». Vamos de sanadores a curanderos y terminamos en magos que prometemos imposibles, como la vida eterna en la Tierra, y así acabamos en comerciantes con intereses predominantes en hacer negocios. Pretendemos ignorar que, cuando un médico ejerce de médico, puede parecer un dios. Pretendemos ignorar que los «milagros laicos cotidianos» son fundamentales para los pacientes y sus familiares, para la comunidad y para la sociedad. También son importantes para el profesionalismo, para la entrega a la sagrada tarea que es el trabajo del médico. Seamos médicos, pues. Ejerzamos como tales; somos necesarios» (8)

-y, para terminar, lee esta carta a una estudiante de primero de medicina donde se resume un poco todo lo que precisas, desde renunciar a las drogas para aguantar el día a día clínico a disfrutar como persona de lo que te ofrece la vida (9)

-tenemos un compromiso profesional y social y para dar respuesta es clave no desanimarnos, no perder la alegría, no caer en el cinismo -además, somos felices al intentar cumplir ese compromiso social ¿Qué más podemos pedir?

-por supuesto, estamos contigo en la medicina rural, en tu aspiración al trabajo en un pueblo, donde la Medicina sigue siendo Medicina

-en fin

-estamos en el mismo camino, por más que el nuestro está ya casi al final, con la satisfacción de lo mucho vivido y lo poco por vivir, con el pie en el estribo del caballo de la muerte (fiel compañera desde siempre, a la que ni hemos temido ni tememos)

-te entendemos y te sentimos como buena persona y profesional

-serás una buena médica rural, no lo dudes, y muy importante para muchos pacientes y para la comunidad, casi sin darte cuenta

-no hay más, la vida da miles formas de vivir, y ejercer la Medicina es una de ellas, casi un privilegio

-no cejes

-nos tienes a tu lado

-ya contarás

-besos de Mercedes y un abrazo de Juan Gérvas

Bibliografía

1.- Perdedores de largo recorrido. Incombustibles e indomables.
http://equipocesca.org/el-mirador-perdedores-de-largo-recorrido-incombustibles-e-indomables/
2.- Entrevista a Mercedes Pérez y a Juan Gérvas: «Y allí estaba Mercedes, estudiando el fémur. La invité, fuimos al cine, nos enamoramos, y hasta hoy, más de 47 años juntos»
https://saludcomunitaria.wordpress.com/2013/10/04/mercedesyjuan/
3.- Entrevista-diálogo a Juan Gervás y Mercedes Pérez Fernández
https://www.youtube.com/watch?v=Z7hwa_cMRyc
4.- Albert Camus. La peste
https://portal.edu.gva.es/03014484/wp-content/uploads/sites/697/2020/04/La-peste.-Albert-Camus-PDFDrive.com-.pdf
5.- Torres de arrogancia sobre cimientos de ignorancia
http://saludineroap.blogspot.com/2019/02/torres-de-arrogancia-sobre-cimientos-de.html
6.- Cómo ejercer una medicina armónica: claves para una práctica clínica clemente, segura y sensata
http://e-spacio.uned.es/fez/eserv/bibliuned:500576/n3.9_Como_ejercer_una_medicina_arm__nica.pdf
7.- Entrevista al dr. Juan Gérvas, hecha por http://bolotduario.com
https://www.youtube.com/watch?v=oxmqYib5nfQ
8.- Reflexiones y propuestas sobre cómo ser médico general-de familia y no perecer en el esfuerzo
http://saludineroap.blogspot.com/2019/09/reflexiones-y-propuestas-sobre-como-ser.html9
9.- ¿Por qué ser médico si ya hay Internet? Carta abierta a una estudiante de primero de medicina
http://equipocesca.org/por-que-ser-medico-si-ya-hay-internet-carta-abierta-a-una-estudiante-de-primero-de-medicina/

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1 COMENTARIO

  1. Respecto a estas y otras incertidumbres o miedos que pueden tener los estudiantes de Medicina o médicos en formación, ante una realidad asistencial no precisamente idílica, resulta fecundo leer a los grandes maestros, por ejemplo la lectura del libro “Vocación y ética” del maestro Marañón es especialmente valioso pues despeja de cadenas y despoja de miedos el horizonte profesional, y aunque esté escrito en el siglo pasado y los problemas puedan parecer de índole diferente pero son siempre de la misma raíz.
    Lo bueno de las nuevas generaciones es que pueden y deben aspirar a cambiar la realidad y tal vez solo aspirando a ello, ya resultaría fecundo.
    Por lo demás me temo que la mayoría de los viejos médicos o sénior, poco podemos enseñarles de lo que a ellos les sobra, que es entusiasmo y esperanza, y tan solo podríamos mostrarles hacia dónde dirigirlo.
    Y tal vez una forma eficaz de enseñarles, es como decia Victor Frank en su libro «El hombre en busca del sentido» dando un sentido trascendente a su trabajo y a su vida, cada uno como pueda: bien desde un fondo religioso los que tengan esa suerte, o humano, caminos que al final tal vez confluirian.

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