A Pablo Casado le crecen los problemas a cada minuto que pasa y no le dan tregua ni durante las fiestas navideñas. No ha conseguido desentrañar el modo en el que amortizar para el Partido Popular la nefasta gestión de Pedro Sánchez ni los errores gravísimos que está cometiendo el Gobierno.
Es más, está viendo cómo el descontento social no se traduce en un incremento de los apoyos en las encuestas. Por otro lado, tiene la amenaza de la extrema derecha que es, en realidad, la que está capitalizando esa desafección.
Casado ha intentado, por activa y por pasiva, utilizar el populismo de los ultras para intentar crear en torno a su liderazgo un frente político-popular que derribara al Ejecutivo de Sánchez. Incluso, llegó a pretender boicotear la llegada de los fondos europeos. En todo esto ha fracasado.
Sin embargo, el mayor problema que tiene en la actualidad tiene nombre y apellidos: Isabel Díaz Ayuso, una de sus creaciones políticas que se ha rebelado contra el poder de Génova y que, para desgracia de Casado, sí que está sabiendo capitalizar los errores de Sánchez. Además, Ayuso ya ha determinado que ella «va por libre«, que no se ciñe a ninguna disciplina de partido y eso es muy peligroso porque, en cualquier momento, se le va a volver en contra de manera directa.
Isabel Díaz Ayuso, en una entrevista publicada por El País ha defendido «por encima del PP» su política sanitaria, «respaldada por el conjunto de los ciudadanos en las urnas», porque no puede «cambiar de criterio después de dos años, por ningún partido«, ni siquiera por el suyo.
Ayuso ha puesto el acento en «su eficaz» política sanitaria llevada a cabo en estos casi dos años, respaldada en las urnas. «Por eso yo estoy obligada a defenderla por encima del PP, porque antes de todo soy presidenta de los ciudadanos de la Comunidad de Madrid, y no puedo tomar las decisiones de una u otra manera, o cambiar de criterio después de dos años, por ningún partido, ni siquiera el mío propio». La presidenta madrileña ha hecho estas declaraciones sabiendo que van a molestar a Casado, al PP y, sobre todo a Teodoro García Egea.
Respecto a su relación con el secretario general del PP, Ayuso ha reconocido que están en un momento en el que han «manifestado discrepancias con cuestiones menores, como las fechas de un congreso», pero les «unen otras muchas, muy y más importantes: un proyecto común que es alternativa y tiene que afrontar un cambio de gobierno».
«Mi obligación es intentar convencerle. Todos tenemos que escuchar la opinión del protagonista aquí, el afiliado y el votante. Por eso creo que no es una cuestión de lo que queramos ninguno de nosotros, sino de los tiempos de democracia interna de la casa, a la que nos debemos», ha afirmado.
Casado advirtió a Ayuso que no podía presidir el PP de Madrid
También ha confirmado que en 2019 Pablo Casado le advirtió de que no podría optar a presidir el PP de Madrid. «Sí. Durante dos años no he tenido un solo minuto para pensar en el futuro del PP de Madrid. Después del resultado del 4M, de lo que piden las bases del partido y los votantes, de haber unificado mucho el voto en torno a nuestro proyecto, y haber sorteado la pandemia y muchas dificultades, sí que creo que no solo estoy en condiciones de presentarme, sin nunca desatender mis obligaciones como presidenta, sino que además creo que es lo mejor nos viene a la casa», ha replicado, haciendo un verdadero balance de su gestión y una contraposición absoluta con los fracasos de Casado.
En cuanto al límite de su carrera, Ayuso ha declarado que «lo mejor que se puede hacer en política es ir a las urnas con un compromiso, cumplirlo y estar el tiempo justo para que no haya vacíos de poder, que la ilusión continúe». «Por eso no tengo en mi mente ni mucho menos intentar perpetuarme. Me gustan las carreras cortas», ha asegurado.
Díaz Ayuso tiene claro que nadie le pedirá sustituir a Casado y presentar a las elecciones generales. «Eso no va a ocurrir. Sé que va a haber un cambio en España en las próximas elecciones. La situación se ve clara. Hace falta un cambio de políticas que solo puede presentar el PP», ha contestado.
Sería bueno una escisión, veríamos la capacidad de Calamidad Ayuso de incidir en la política del Estado y su asentamiento en el territorio del mismo. Ya es dramático que un sector de votantes madrileños la haya encumbrado, lo que dice mucho de esos votantes, dado el analfabetismo funcional de la falangista (así se confesó ella en un programa televisivo) Ayuso. Mi pésame a los madrileñ@s libertarios y anti-fascistas, pues el fascismo actual no precisa de camisas azules o pardas, sino el apoyo de intereses fácticos ocultos tras bambalinas.