Allá en Chile, en la región de Valparaíso, en la provincia de San Felipe del Aconcagua
(qué delicia deslizarse por estas palabras que, como piedras en mitad del lago despiertan recuerdos de acontecimientos que nunca viví, pequeñas historias cotidianas, en lugares donde nunca he estado), existe un Valle llamado Putaendo, asolado hoy en día por una sequía tal que la Agencia EFE, en su edición América, en su sección Sociedad, titula una de sus noticias,
-El valle de Putaendo, una fosa común de ganado a causa de la sequía en Chile.
Y existe en Canadá una empresa llamada Los Andes Cooper, cuya filiar chilena lleva por nombre el de Vizcachitas Holding, que, si atendemos a su página corporativa, presta una gran atención a la sostenibilidad, la gestión del agua y la defensa del medio ambiente. Cosas de las irrealidades virtuales fabricadas en internet.
Una empresa que ha planteado el proyecto de realizar 350 sondajes para buscar en esos valles resecos, en esas quebradas ya sin riachuelos, en esas montañas cada vez más despobladas de fauna y flora, los minerales y tierras raras, que necesitamos urgentemente para nuestros coches eléctricos, o nuestros dispositivos móviles.
Cualquiera en su sano juicio sabe que esos sondajes mineros, sobre todo si terminan convertidos en explotaciones cerradas, o a cielo abierto, necesitan agua abundante y cualquier persona puede entender que el río Rocin y el Río Putaendo, no dan para extracciones mineras, para explotaciones agrícolas y para que el ganado y las personas puedan recibir el agua necesaria para la vida. De hecho, una parte importante del agua tiene que ser suministrada por camiones cisterna.
Los Vecinxs en Movimiento X el Valle de Putaendo, el Movimiento Putaendo Resiste, han plantado cara, con su alcalde a la cabeza, a las intenciones de la multinacional minera, a los sucesivos informes favorables de las autoridades regionales, a la destrucción de su naturaleza, de sus tierras, de sus humildes formas de subsistencia, de su agua escasa, de sus cultivos medidos, sus plantas y sus animales domésticos, de granja, o salvajes.
Hasta al pueblo canadiense se han dirigido y chilenos y canadienses han inundado con cartas de protesta los organismos internacionales, e instituciones de ambos países,
-Vamos a hacer todo lo posible para evitar que esta empresa minera se instale en Putaendo sobre el río, porque para nosotros es muy importante que este río se mantenga en las mejores condiciones sanitarias y medioambientales. Porque es esencial para la producción de muchos alimentos y entonces genera fuentes de trabajo en la zona.
Puede parecer casual que a miles de kilómetros unas cuantas mujeres se organicen en una asociación llamada Moral y Acción Verde, para defender las moreras que dan nombre a La Cala del Moral. Al grito de La Cala No Se Tala han plantado cara al gobierno municipal de El Rincón de la Victoria, que ha aprobado la tala de las moreras, hormigonar espacios y replantar palmeras foráneas en estrechos alcorques.
Algunos palos se han llevado esas mujeres y algún juicio afrontan próximamente por defender a sus árboles. Al igual que los de Putaendo han convocado un concurso internacional de relatos y poemas para dar a conocer estas y otras luchas.
(Nada es casual, todo fluye, todo converge).
Mujeres de La Cala hermanadas con las de la Casa Vecinal de Tetuán, en Madrid, que defienden la última morera que resiste las ansias de dinero de las grandes constructoras, bancos, e inmobiliarias, que se han apoderado de los terrenos del Paseo de la Dirección y de la Operación Chamartín para llenarlo de pisos, oficinas, ladrillo, cemento y parques sobre las estepas hormigonadas.
Nada casual, pura confluencia, la de aquellos dos vecinos de un pueblecito gaditano que se turnan para ir regando una pequeña morera también solitaria que el Ayuntamiento ha decidido abandonar a su suerte en una plazuela atestada de coches.
Convergencias, confluencias, casualidades que cada cual interpreta a su manera, pero que van tramando un plan cuyo único objetivo es la supervivencia de la vida. Nadie sabe, hay opiniones encontradas al respecto, si será ya demasiado tarde para esta humanidad depredadora y extractora que agota el planeta Tierra, mientras se refugia en la estúpida e imposible idea de terraformar el planeta Marte.
Pero hay muchos seres vivos en esta Tierra que, pese a todo, contra todo pronóstico, se empeñan en coaligarse, converger, confluir, en una extraña conspiración, una impensable conjura, una increíble confabulación para defender la vida, cualquier vida, en muchas ocasiones la poca vida que nos dejan.
Nada es casual, que diría mi querido, recordado, siempre vivo, siempre presente, Indio Juan. Ese argentino que ponía voz a la Cantata de Santa María de Iquique junto a los chilenos Quilapayún. Nada es casual, todo confluye.
