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Cuba, Rusia y España unidos por las letras

Encuentro con Antonio Álvarez Gil y Galina Álvarez en Guardamar - Alicante

Félix Lareki Garmendia
Félix Lareki Garmendia
Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Bilbao. Su carrera profesional fundamentalmente la ha desarrollado en Xerox España S.A.U.. Exprofesor de la Escuela Superior Universitaria de Marketing en la Cámara de Comercio de Bilbao, del Master de Marketing y de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad del País Vasco UPV - EHU. Durante 8 años ha estado en política en el País Vasco. Vicepresidente de la Asociación Internacional Aulamar para personas discapacitadas para el disfrute de la navegación a vela. Tiene publicados varios libros con ESIC Editorial. Su lema es “pasión por el arte y las personas”, lector empedernido, escritor y analista social.
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análisis

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El protagonista de la primera novela de Antonio Álvarez es José Martí, pero las autoridades cubanas le excluyeron de la lista de escritores cubanos, porque pidió asilo político en Suecia. A Europa y al mundo todavía le llegarán nuevas convulsiones con los repartos territoriales.


La primera vez que uno conoce a Antonio y Galina, se lleva una grata impresión por su gran amabilidad y sus caracteres entrañables de personas cercanas y sencillas. Uno difícilmente se puede imaginar qué hay detrás de los personajes y sobre todo la enorme cultura que llevan en sus mochilas, después de haber recorrido buena parte del mundo, con sus escritos y con su literatura. Hoy hablan en exclusiva para Diario16. Con un moreno mediterráneo que igual podía haberlo tomado en su tierra cubana, un porte personal intachable y ademanes de “latin lover”, comunicativo y coloquial, ella de tez blanca como no podía ser de otra manera por sus orígenes rusos, algo reservada, a primera vista tímida, pero que esconde una gran capacidad para hacer buena prosa, en sus cuentos y novelas, ambos educadísimos.

Ha sido un encuentro casual, que como no podía ser de otra manera ha transcurrido en la Biblioteca Pública de la ciudad de Guardamar en la provincia de Alicante. Me presentaron de forma improvisada, conversamos, rápidamente a uno le entran ganas de hacerles preguntas para conocerles, como el que descubre un tesoro desconocido, pero sobre todo para publicar sus palabras y hacerlas llegar a nuestros lectores. Antonio Alvarez Gil, nació en Melena del Sur (provincia de Mayabeque), Cuba en 12 de Febrero de 1.947, ha pasado por tanto de los 70. Se licencio en Ingeniería Química en Moscú, en donde trabajo para una organización internacional, narrador y traductor literario, obtuvo en 1.983 con 36 años el premio “David” de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) con su libro de cuentos “Una muchacha en el andén (Ediciones Unión, La Habana, 1.986)

Con “Naufragios” obtuvo el V Premio de Novela “Ciudad de Badajoz”. Aparece incluido en varias antologías del cuento cubano contemporáneo y participó en varias ediciones del Salón del Libro Iberoamericano de Gijón. Sus cuentos han aparecido en publicaciones de España, Suecia, Estados Unidos y Latinoamérica. Desde 1.994 hasta 2014 residió en Estocolmo. Fue miembro de la Asociación de Escritores de Suecia, mientras compaginaba su trabajo como escritor con la enseñanza de español a suecos adultos y la colaboración en medios periodísticos europeos y americanos. Actualmente vive en Guardamar (Alicante). Aquí ha impartido varios talleres de escritura creativa. Finalista del premio Nadal de novela en 2.017, con su obra “A las puertas de Europa”, aborda el drama de los refugiados que llegan a Europa huyendo del conflicto sirio. Ha sido premio de novela de la Ciudad de Badajoz, Ateneo Ciudad de Valladolid, Kutxa Ciudad de Irún. Premio Vargas Llosa de Novela con su obra Perdido en Buenos Aires. Premio de narrativa “Generación del 27 en Malaga”. Su obra está publicada en Cuba, Uruguay, Costa Rica, Puerto Rico, Suecia, Italia y España.

Galina Álvarez nació en Moscú en 1.948, recientemente ha presentado su última novedad literaria “Ana y las páginas perdidas”. Un gran libro de cuentos habitados por personajes modernos y héroes de épocas pasadas o futuras, nos muestra desenlaces casi siempre sorprendentes. Nació en Moscú, ciudad donde termino su carrera universitaria de Ingeniería Química en la Universidad Politécnica de Mendeleev, de su ciudad natal, posteriormente se trasladó a Cuba donde vivió durante 22 años, ha vivido durante largos periodos en Suecia, Cuba y España, desde 2014 reside en Guardamar en la provincia de Alicante.
Es ciudadana sueca y habla cuatro idiomas. Ha ejercido como traductora e interprete en la organización internacional COMECON en Moscú. Vivió 20 años en Estocolmo donde trabajó como ingeniera en el Instituto de Investigaciones de la Química de Superficie. Habla 4 idiomas

 

¿Cómo os conocisteis?

En la universidad, -cuenta Galina Álvarez-, yo estaba terminando mi tercer año, me fijé en un muchacho apuesto, los ojos muy bellos, me pregunté ¿Quién sería? Yo no tenía ni idea que fuera un cubano. Nos conocimos por los pasillos de la facultad, posteriormente a través de una amiga mía apareció algo que es difícil de definir, el amor a primera vista.

Antonio -dice- la veía tan amable, simpática, su estilo al caminar, bien vestida, elegante. Se salía del común de las muchachas que había por allí, que eran hermosas, pero Galia tenía algo que me cautivó desde el primer momento. La veía además orgullosa, ciertamente tímida, lo que me gustó, con su sencillez. Nos casamos en el 72 –afirman los dos-. Tenemos dos hijos Elena y Tony, ella está en Madrid casada con un madrileño y él está en Estocolmo, casado con una rusa. Él da clases de inglés y español, terminó filología española e inglesa. Da clases en una escuela sueca de bachillerato. Ella en Madrid trabaja en una compañía transnacional de seguros. Hay muy buena relación con ellos y de alguna manera les hemos trasmitido nuestra ciudadanía internacional.

Después de haber vivido en Rusia, Cuba y Suecia-sois ciudadanos del mundo- Venís a vivir a Guardamar, en la Vega Baja azotada por la corrupción según los medios.

Primeramente buscábamos el mediterráneo con un buen clima y esta zona nos lo ha ofrecido, además del idioma español, la posibilidad de vivir junto a un buen aeropuerto como es el de Alicante que se halla al sur de la Comunidad Valenciana, pensando en nuestros hijos. Nos documentamos mucho en las redes sociales por la ciudad, deseábamos algo manejable en cuanto a número de habitantes que dispusiera a la vez de buenos servicios. Nos llegaban buenas referencias sobre Guardamar. Además para trabajar hay una gran ciudad importante cerca, Elche y si deseas encontrar descanso, playa, monte una ciudad pequeña y muy auténtica con un turismo no invasivo, además de bastante ajustada en precios en comparación al norte de la comunidad, está Guardamar y sus pueblos aledaños.

 

¿Vivís de las letras, siendo ambos ingenieros?

Durante los veinte años que viví en Suecia –dice Antonio-, si tuve bastantes ingresos de la literatura: cinco premios bien remunerados y varias becas de trabajo otorgadas por la Asociación de Escritores de Suecia. Galia no –agrega-. Ella siempre ejerció su carrera, hasta que se jubiló en 2014.

Hay una cosa que es importante, los dos estudiamos carreras parecidas, pero yo abandoné la mía tras ocho años de trabajo. Ella siempre amó la ciencia, las matemáticas, la tecnología. Yo por un error de adolescencia fui a parar a una escuela de química en la Habana. Allí aparecieron unas becas para Rusia. Yo tenía mucho interés en salir fuera. Cuando llegué a Rusia me dije que lo mío no era la tecnología, sino las humanidades. No pude cambiar porque la embajada cubana no me lo permitió. Terminé la carrera. Tampoco quería regresar a Cuba como se dice “rajao”. Casi por inercia concluí mis estudios y al regresar a Cuba me enviaron a trabajar a una fábrica. Allí estuve 8 años y en cuanto pude me fui a La Habana a trabajar en una empresa de cine y allí me vi rodeado de realizadores, de gente que escribía guiones, de historiadores del arte, yo mismo comencé a ir a la universidad a aprender cine de forma oficial, hice un master en literatura norteamericana y también cursos           de dirección escénica, es decir me recalifique culturalmente, entré en el Instituto de Cinematografía Educativa de Cuba. Actualmente, ambos vivimos de nuestras pensiones y, parcialmente yo, de los libros o de tareas relacionadas con la literatura.

 

¿Cuándo os iniciáis en la escritura?

Antonio nos cuenta- cuando estaba trabajando en la fábrica, a la sazón con 33 años, estaba loco por escribir, hice una novela completa y la envié a un concurso. La novela no calificó. Como pensaba que era muy buena fui a La Habana, busqué a los miembros del jurado, me entrevisté con uno de ellos, un escritor ya hecho, buenísimo, me dijo “mira Antonio, tienes talento, tienes mucho talento, por tu manera de escribir, pero tú no sabes escribir, yo te recomiendo que donde vives, en el norte de Camaguey, hay dos escritores hechos y derechos que tienen un taller literario”, ve a ese taller para que aprendas. A los pocos meses escribí un cuento que quedo en segundo lugar a nivel nacional. Regresé a mi casa con la cabeza bien alta. Posteriormente gané el premio David para un libro de cuentos y ya entonces me sentí escritor. Me olvidé totalmente de la química.

Galina me dice- mira siempre me ha gustado la escritura, pues los rusos llevamos la literatura en la sangre. Mi primer libro nació en el 2016, estando ya en Guardamar. Mi vocación es tardía y no ocupa un lugar tan destacado como en el caso de Antonio. Siempre he vivido inmersa en lenguas extranjeras, primero el español, luego el sueco y el inglés. Es muy difícil escribir literatura en un idioma ajeno y eso siempre lo he considerado como un hándicap muy importante. Nunca me atreví a hacerlo. Era una barrera técnica real. Estaba igualmente ocupada en otras tareas. En Suecia trabajaba en investigación científica muy interesante, muy volcada en mi trabajo, con mucha responsabilidad y stress. Cuando me jubilé a los 66 años y medio nos mudamos a España y me pregunté qué voy hacer ahora. Tengo que reconocer sin pudor que Antonio me ha contagiado con la escritura de sus libros. Me he descubierto muy tardíamente como escritora, pero da igual. Estoy feliz. Me ha ayudado mucho asistir a la tertulia literaria aquí en Guardamar dentro de ella me he sentido escritora, ha sido un descubrimiento personal inestimable.

Galina anima a toda esta generación de jubilados a montarse en este maravilloso tren cultural. Ella dice que a veces uno tiene un potencial dentro de sí mismo, aunque reconoce que estuvo a punto de entrar en la escuela de arte – a pesar de su amor por las ciencias-, pues entonces sentía mucha pasión por la pintura.

 

¿Premios conseguidos?

Entre las publicaciones de Galina Alvarez, figuran el volumen de cuentos “Prefiero que me pongan a volar” (Círculo Rojo, Almería, 2016), “Aventuras de una estrella perdida” y la novela “Los difuntos inocentes” (Círculo Rojo, Almería 2018) y “Ana y las páginas perdidas”. En 2016 y 2017 recibió el premio de narrativa corta de la Real Villa de Guardamar, el premio Círculo Rojo al mejor libro del año publicado por esta editorial (genero infantil) por “Aventuras de una estrella perdida”. Antonio, además de los premios anteriormente referenciados, ha publicado novelas como “Las largas horas de la noche”, “Naufragios”, “Delirio Nórdico”, “ Concierto para una violinista muerta”, “Después de Cuba”, “Perdido en Buenos Aires”, “Callejones de Arbat”, “Annika desnuda”, “Las señoras de Miramar y otras cubanas de buen ver”, “A las puertas de Europa”, “La otra Cuba” –libro de reflexiones- y libros de cuentos como “Una muchacha en el andén”, “Nunca es tarde” premio Internacional de narrativa generación del 27 de Málaga. “Unos y Otros” (Ediciones Unión, La Habana 1.990), ”Variaciones sobre un tema de Bulgakov” (La Puerta de Papel, La Habana 1.991), “Del tiempo y las cosas” (Ediciones La Unión, La Habana 1.993), “Fin del Capítulo ruso” (Vinten, Montevideo, 1.998), “Las largas horas de la noche” (Universidad de San José, Costa Rica, 2000), fue finalista del premio Casa de las Américas en 1.993. Toda una vida dedicada a la literatura y el amor por sus lectores/as.

 

Todo el mundo sabe que en una dictadura vivir del arte es complicado, ¿Vivir de las letras en Cuba es posible? Escritores como Leonardo Padura en Cuba viven de ello.

Antonio carraspea y comenta- es mejor no mezclar la política con el arte. La política tiene una propiedad, que todo lo enfanga, que todo lo arruina. Mejor separar, incluso para que las familias funcionen mejor. Le replico– bueno Martí no lo separó nunca, al igual que José Mª Heredia. Es un contraargumento respecto a lo que dices. Incluso en las grandes revoluciones siempre ha habido líderes que interpretando sus ideas han llevado adelante un proyecto político.

Antonio aclarahablar de Cuba es hacerlo de un régimen totalitario, esto lo debo dejar claro. Ha reprimido en muchísimas ocasiones la libertad de palabra. Ha habido, y los hay ahora, escritores que han sufrido una fuerte represión. Reinaldo Arenas por ejemplo, fue uno de tantos. Bueno, la lista sería larga. Afirmar esto me ha provocado algunos problemas, pero conviene que lo diga para fijar mis posiciones. Aun así, no es lo único que te deseo trasmitir. En Cuba la cultura está subsidiada, es decir subvencionada, como ocurría generalmente en los antiguos países socialistas del este de Europa. Esto es bueno y malo a la vez. Me explico: Cuando una persona alcanza un cierto nivel de realización como escritor (yo mismo, cuando gané el Premio David), es muy probable que ingrese en la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. También es posible que la persona en cuestión encuentre un empleo en la estructura cultural del país que le permita ganar un salario para vivir y disponer de tiempo para escribir. Eso era así, al menos, hasta 1994. Como contrapartida, el creador que vive gracias al “sistema” generalmente limita sus opiniones y la forma de expresar sus ideas en su obra. Es lo que se conoce como “autocensura”. La alternativa a ello es la salida de ese “sistema”, el ostracismo y, en muchas ocasiones, el exilio. Muchos de los escritores cubanos escogen (escogemos) la salida de la Isla y la posibilidad de expresarnos libremente. Pero hay también, sobre todo en los últimos tiempos, creadores que permanecen en Cuba, escriben lo que piensan y afrontan valientemente las consecuencias de su actitud.

 

¿Cuál sería vuestro libro soñado?

–Hay un tema que me da vueltas en la cabeza, pero a veces le fallan a uno las fuerzas por el tiempo disponible, por la edad. Ese tema es el referente a la guerra hispana-cubana, la guerra de Independencia. Entre otras cosas porque mis abuelos intervinieron, como los de muchos cubanos y españoles. Nosotros éramos cinco hermanos y nuestros abuelos nos contaban sobre las cargas al machete de los mambises, los movimientos de tropas, las columnas españolas y el carácter de los combatientes. Eso me apasionaba de niño y todavía sigue haciéndolo como algo que llama a tu puerta para que le des una salida. Mis padres fueron cubanos al igual que mis abuelos y bisabuelos. Todos nacieron en una laguna de la zona sur de la provincia de La Habana. En esa zona se fundó la primera ciudad del País, San Cristóbal de La Habana. Pues bien, yo quisiera escribir una novela sobre esos acontecimientos.

Galina también quiere dar su respuesta sobre el libro soñado de Antonio y nos dice- creo que él, al decírtelo, no se dio cuenta, pero lo cierto es que ya escribió su libro soñado. Se trata de “Callejones del Arbat“, que es su gran obra. La más completa, trascendente y compleja de toda su trayectoria literaria. Exilio, campos de concentración, la acción de la novela transcurre en Moscú y refleja la vida y las penurias de numerosos escritores soviéticos defenestrados por Stalin. Aquí se habla de la falta de libertad de los creadores en los regímenes totalitarios. Y, por supuesto, en la novela se narra también el drama de los escritores en Cuba.

Añade Antonio– narrada en primera persona por un cubano, periodista y escritor que va a trabajar al COMECON, conoce a un “niño de la guerra”, uno de los miles de niños españoles que en 1936 fueron salvados de las bombas y trasladados a Rusia en barco desde el norte de España. Este español termina convirtiéndose en traductor de literatura rusa y gran conocedor de la obra de Boris Pasternak y otros escritores de entonces. Utilizo de esa manera a ese personaje español para construir la trama, sin dejar de lado las peripecias del cubano cuando las autoridades de su país descubren sus textos, inaceptables para el régimen de la Isla. Este es un libro impregnado del espíritu de la literatura y el arte rusos.

 

¿Tus escritos, Antonio, pueden ayudar a entender mejor el conflicto cubano?

A pesar de que llevo 25 años fuera de Cuba, mi alma sigue siendo cubana. Yo quisiera que en Cuba se conociera mi obra, pero creo que allí solamente se conocen mis tres primeros libros de cuentos, publicados antes de salir de la Isla. El protagonista de mi primera novela es José Martí, pero las autoridades del país me excluyeron de la lista de escritores cubanos, porque pedí asilo político en Suecia. Por otra parte, tengo una novela publicada que trata de José Raúl Capablanca, campeón mundial de ajedrez. Este libro no se conoce en Cuba. Probablemente, cuando yo muera mis libros llegarán allá. Son libros escritos por un cubano que ama a su país, una persona comprometida con la libertad y la democracia, que desea además el respeto de las autoridades cubanas hacia su pueblo. Estoy seguro que con mis libros ayudo a comprender mejor el conflicto cubano.

 

Eres una persona vehemente, apoyas tus comentarios con expresiones sólidas, ¿Quién manda en casa, tú o ella?

Contesta primero Antonio – bueno en realidad nadie manda, Galina es muy pragmática, muy racional, le gusta prever las cosas. Antonio está más en las nubes –dice ella-, mi mundo es más de la ciencia, de la lógica, me gusta tocar el suelo, llevo la economía y la planificación de la casa, saco los billetes de avión, programo los viajes, incluso la comida. Por cierto, me gusta la cocina española, excepto los cocidos, que son pesados y muy calóricos. Las tapas son una maravilla, empezando por los pinchos de San Sebastián, que pudimos probar cuando Antonio ganó el Premio Kutxa, de Irún. Y en cuanto a tu pregunta sobre el vodka y otras bebidas populares en Rusia, no solemos beber tragos fuertes. Además, ya sabes, en Rusia el vodka se bebe de un trago, y eso es duro. Allá hay dos bebidas muy populares, el vodka y el cognac.

 

¿Qué es lo mejor y lo peor para vosotros, y quién es la persona muerta que más admiráis?

Lo peor que nos pasó fue el llamado “periodo especial” en Cuba. Fueron 4 o 5 años terribles. Galina reconoce que el tiempo que vivió allí siempre fue duro, por la mala alimentación y la calidad de vida en general, pero la sufría por amor, por mantener su matrimonio. Lo mejor sería que toda nuestra familia tuviera siempre salud y que nuestros nietos crecieran sanos, inteligentes y buenas personas. Y como dices, sí pienso siempre más en mis seres cercanos que en mí. También desearía que nuestros lectores siguieran creciendo en número. Antonio apunta que siempre ha tenido un sueño: estar con Galia sobre un escenario, recibiendo un premio por una novela escrita a cuatro manos con ella. Tenemos un plan previsto para escribirla, es decir, si nuestra resentida vista nos lo permite.

Cuando se les pregunta cuál es la persona muerta que más admira, Antonio responde con seguridad y sin pensarlo que es José Martí, dice que es un tema personal de admiración. Su vida fue un rosario de sacrificios por su país y por su gente.

Galina contesta- he conocido a muchas personas que fueron de mi admiración por su honestidad, honradez y su forma de vivir. Si debo destacar una, esa sería Yuri Gagarin, el cosmonauta soviético, primer ser humano en viajar al espacio exterior y fallecido trágicamente en Novosyolovo, cerca de Moscú al estrellarse su caza de entrenamiento. Cuando realizó su proeza, yo era una niña de 12 años. Gagarin fue un gran hombre para mi país de origen, Rusia, cuyo pueblo se siente orgulloso de haber tenido un hijo como él.

 

¿Respeto por la gente que lucha por la independencia de su patria?

Responden ambos- por nuestra parte, total. A un independentista no se le puede condenar, si su lucha es democrática y opta por los acuerdos y las negociaciones. Aun cuando un Pueblo es sometido y colonizado, la violencia es el último recurso. Es algo a tener en cuenta en los procesos catalán y vasco. Y en cuanto a Europa, hay que recordar cómo se fragmentó después de la segunda guerra mundial y la desintegración de la antigua URSS; cómo se hizo también el reparto de zonas y de países. También la guerra en Yugoeslavia entre países hermanos. Hoy todavía hay muchas heridas abiertas por cómo se han hecho las cosas y cómo se han tomado las decisiones. A Europa y al mundo todavía le llegarán nuevas convulsiones con los repartos territoriales. Un asunto fundamental es el equilibrio de la riqueza y de los poderes. A nosotros nos gustaría que en España reinara la concordia y que los acuerdos primaran en las decisiones parlamentarias, pues aquí nos sentimos muy a gusto. Es un país precioso para vivir y para compartir. Creo que España todavía no se ha encontrado a sí misma. A nosotros nos reciben muy bien en todas partes y eso es cordialidad y es la base de casi todo. Galina concluye diciendo que su familia rusa sufrió mucho con la desintegración de la Unión Soviética –un país con 150 nacionalidades– lo cual supuso para mucha gente tremenda desgracia, la división entre familias y pueblos hasta entonces sin conflictos, y es algo que no desea para España.

Galina Álvarez desvela en su última novela –todavía no publicada- algunos de esos momentos. Y apunta que en los pueblos pequeños de la Rusia profunda, hay mucha gente que todavía lo pasa muy mal por las carencias existentes, por su miserable vida social y el alcoholismo. En cambio, en las grandes ciudades como Moscú, San Petesburgo y algunas otras, muchísima gente vive con lujo. Estos son los contrastes sociales que surgieron después los drásticos cambios sociales acaecidos en el país.

 

¿Y tú héroe de ficción, Antonio?

Tendría, sin lugar a dudas, que buscarlos en la literatura rusa. Por ejemplo, alguno de los personajes de Tolstoi en Guerra y Paz.

 

¿La máxima expresión de la miseria?

Galina– cuando uno se levanta por la mañana y no sabe lo que le va a dar de comer a sus hijos porque carece de casi todo. Antonio- también es ver a los niños en África, con esas barrigas hinchadas, los huesos pronunciados, en contraste con la máxima ostentación del lujo que hace diariamente las personas en la sociedad moderna de forma innecesaria.

Gracias Antonio y Galina, os deseo mucha suerte en vuestro periplo español. Gracias amigos, gracias hermanos. Que sigáis escribiendo bellas historias de la vida.

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