El expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha sido formalmente acusado de cuatro cargos federales por un gran jurado en Washington. Los cargos están relacionados con una investigación en curso que examina su presunta participación en intentos de socavar los resultados de las elecciones de 2020, las cuales otorgaron la victoria a Joe Biden.
La presentación de cargos, liderada por el fiscal especial Jack Smith, fue realizada de manera confidencial para evitar que el acusado evada la justicia o tenga conocimiento prematuro de las acusaciones en su contra. Estos cargos incluyen conspiración para obstruir el proceso de recopilación, conteo y certificación de los resultados presidenciales mediante el uso de tácticas deshonestas y fraudulentas, lo que podría conllevar una condena máxima de cinco años de prisión.
Adicionalmente, Trump enfrenta cargos por conspiración para impedir la certificación de los resultados electorales por parte del Congreso, con una posible sentencia máxima de 20 años de prisión, así como conspiración contra el derecho al voto, con una pena máxima de 10 años de prisión.
Un cuarto cargo se relaciona con el intento de obstruir la certificación de las papeletas, lo que podría acarrear una sentencia de 20 años de prisión. La jueza de distrito Tanya Chutkan, designada por el expresidente Barack Obama, supervisará el caso, y su historial indica que es conocida por dictar sentencias rigurosas en casos relacionados con el asalto al Capitolio.
El equipo de campaña del expresidente Trump, expresó en una declaración en la plataforma Truth Social, describió este proceso como un «capítulo corrupto» impulsado por el «títere Departamento de Justicia» de la «familia criminal de Biden», con el objetivo de influir en las elecciones presidenciales de 2024.
Los fiscales federales sostienen que Trump estaba empeñado en mantenerse en el poder tras su derrota en las elecciones de 2020, propagando información falsa sobre el fraude electoral durante más de dos meses. Alegan que estas declaraciones engañosas crearon un clima de desconfianza y hostilidad, minando la confianza pública en el proceso electoral.
La acusación también sostiene que Trump manipuló a los manifestantes al insinuar que el entonces vicepresidente Mike Pence tenía la capacidad de cambiar los resultados electorales, lo que, según se alega, contribuyó a la violenta irrupción en el Capitolio tras la negativa de Pence.
La Fiscalía, dirigida por Smith, tiene como objetivo llevar a cabo un juicio expedito para que las pruebas sean presentadas en el tribunal y juzgadas por un jurado imparcial de ciudadanos.
Mientras tanto, tanto políticos demócratas como republicanos han reaccionado ante la acusación. El presidente de la Cámara de los Representantes, Kevin McCarthy, sugiere que el Departamento de Justicia busca distraer la atención de otros asuntos, mientras que líderes demócratas consideran esta acusación como la más seria y significativa hasta el momento.
La acusación también señala a posibles cómplices, incluidos abogados y funcionarios que presuntamente colaboraron en los esfuerzos para socavar los resultados electorales.
Donald Trump comparecerá en el tribunal el próximo jueves, enfrentando una serie de acusaciones que podrían tener implicaciones significativas para su futuro legal y político.
