El Tribunal Supremo ha rebajado de 37 a 29 años de cárcel la pena de prisión impuesta a un hombre que asestó 83 puñaladas a su pareja mientras dormía. La de apuñaló y finalmente, degollándola, acabó con su vida en septiembre de 2018 en Bilbao. Lo hizo en la vivienda que compartían y en presencia de sus dos hijas de 4 y 2 años a las que dejó solas junto al cadáver hasta que fueron encontradas por una vecina. Sucedió siete horas después de que el agresor se marchara.
El Supremo rebaja la pena a un asesino machista
El Tribunal de Justicia del País Vasco le condenó por los delitos de asesinato, abandono de menores, maltrato y lesiones psíquicas. Sin embargo, el alto Tribunal sostiene que no ha quedado acreditado que las niñas sufrieran lesiones psíquicas.
Todo a pesar de los informes periciales de psicólogos y de que recibieron hasta 22 sesiones de terapia en la casa de acogida en la que se quedaron después del asesinato de su madre porque no hubo informe médico que apoyara el diagnóstico.
La sentencia afirma que “no consta que las lesiones precisaran tratamiento médico” y que “lo decisivo es que un médico establezca que un determinado tratamiento era objetivamente necesario para la sanidad”.
Sentencia patriarcal del Tribunal Supremo
Los magistrados tampoco tienen claro “si las secuelas de las menores -una de ellas perdió hasta el habla- se debieron al asesinato de su madre o al abandono al que fueron sometidas durante siete horas cuando se marchó su padre. “No puede excluirse la posibilidad de que las perturbaciones psíquicas sufridas por las menores bien pudieran tener su origen en el abandono sufrido”, explica la sentencia.
La abogada de la familia de la mujer asesinada, Jone Goirizelaia, ha señalado que “esta sentencia demuestra que falta perspectiva de género en los tribunales”.