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Estados Unidos y China, dispuestos a darle la estocada final a Rusia para disputarse la hegemonía mundial

Pekín mueve ficha y trata de buscar una mejor relación diplomática con Washington mientras Putin ve cada día más lejos una victoria en Ucrania

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análisis

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La guerra de Ucrania puede terminar convirtiéndose, tanto para Estados Unidos como para China, en una buena oportunidad de liquidar al tercero en discordia en la lucha por la hegemonía mundial. Aunque el régimen de Pekín siempre se ha mostrado como un fiel aliado de Moscú, a nadie se le escapa que el desastroso desarrollo de la guerra está llevando a los rusos a una situación de decadencia y de crisis como no se había visto desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Las fuertes sanciones económicas impuestas al Kremlin por Estados Unidos y Europa, la caída en picado de la economía rusa y del rublo, la alarmante disminución de las exportaciones de gas ruso, el PIB por los suelos y a la altura de los países más pobres de la Unión Europea y el hundimiento de los oligarcas de Putin –perseguidos por corrupción en todo el mundo–, han llevado a Rusia a un callejón sin salida. El antiguo espía del KGB hoy autoproclamado salvador de la patria sabe que está perdiendo la guerra y que cada día que pasa su situación se hace más insostenible. La oposición política interna se robustece por momentos, al tiempo que surgen movimientos cívicos disidentes contestatarios en todo el país, mientras no pocos medios de comunicación, hasta hoy órganos de propaganda putiniana, se revuelven contra el mandatario ruso cuestionando una invasión que no ha traído más que calamidades al país.

Los mercenarios rusos vuelven a casa

El último mensaje alarmante para Putin ha llegado en las últimas horas, cuando 50.000 mercenarios del grupo Wagner, la guardia pretoriana del autócrata del Kremlin, le han recordado que sus contratos para tomar parte en la invasión ucraniana se han extinguido ya, de modo que han decidido volver a sus casas. Esta nueva derrota, casi una humillación a ojos de todo el mundo, ha debido dolerle en lo más profundo e íntimo a Vladímir Putin. Mientras tanto, Ucrania sigue estrechando lazos de cooperación económica y militar con Occidente y China se mantiene a la expectativa para, en el momento en que Rusia se desmorone, dar el decisivo paso adelante y disputarle a los norteamericanos la hegemonía global en el nuevo orden estratégico mundial.

Es evidente que tanto a Washington como a Pekín les interesa quitarse de encima a un tercero en discordia que hace tiempo dejó de ser una de las dos superpotencias hegemónicas. Sin Rusia sobre el tablero, americanos y chinos podrán entrar por fin en un cuerpo a cuerpo, en una carrera económica, tecnológica, militar y espacial por el dominio y control total del planeta. Tres imperialismos son demasiados, China lo sabe y no está dispuesta a arruinar su crecimiento económico en un escenario negro e incierto como una guerra que no lleva a ninguna parte más que a alimentar los delirios de grandeza de un paranoico en sus horas más bajas. Además, según todas la previsiones del Fondo Monetario Internacional, en 2023 un tercio de las economías globales entrarán en recesión, una razón más para que Xi Jinping esté deseando cambiar de estrategia, pasar la triste página de Ucrania y centrarse en el desarrollo económico de su país siguiendo la hoja de ruta capitalista.

Putin sospecha que el socio chino está harto de su plan fallido que solo ha traído destrucción, miseria y recesión. Hoy por hoy, Pekín no es más que un aliado frágil que en cualquier momento puede dejar irremediablemente solo y en la estacada al líder del Kremlin. En ese contexto se produce una sorprendente declaración de la diplomacia china, que hace solo unas horas ha asegurado que espera mejorar su relación con Estados Unidos. El nuevo ministro de Exteriores de China y hasta ahora embajador en Washington, Qin Gang, mantuvo este domingo una conversación telefónica con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, en la que expresó su esperanza de “promover la mejora de las relaciones” entre ambas potencias. Qin, que dejará su puesto de embajador, se despidió de Blinken y recordó las múltiples reuniones con el secretario de Estado durante su estancia en Washington, que calificó de “sinceras, profundas y constructivas”, según ha informado este lunes el Ministerio de Asuntos Exteriores de China. Esa invitación de Pekín a mejorar las relaciones con Washington ha debido sentar como un tiro a Vladímir Putin, que a esta hora se pregunta si estadounidenses y asiáticos no estarán tramando un complot o conspiración contra él para darle el golpe de gracia definitivo a la vieja y obsoleta madre Rusia.

En su mensaje navideño de este año, Putin aseguró que su país nunca cederá ante los intentos de Occidente de usar a Ucrania como una herramienta para destruir a Rusia. Lógicamente no dijo nada contra China (sigue necesitándola como proveedora de tecnología, armamento y recursos financieros en la guerra ucraniana), pero todos los analistas internacionales dan por hecho que existe un enfriamiento en el eje Pekín-Moscú. Una vez más, el debilitado y cada vez más acorralado Putin se vio obligado a tirar de nacionalismo al asegurar que los rusos estaban luchando en Ucrania para proteger a su “patria” y asegurar la “verdadera independencia” de su pueblo. En realidad, el futuro de Rusia nunca ha estado en peligro por un ataque de la OTAN (el verdadero peligro, de existir, viene del poder omnímodo de quien gobierna aquel país con mano de hierro), pero el dirigente del Kremlin vuelve a utilizar la vieja artimaña de amedrentar al pueblo creándole un enemigo común inexistente con la única finalidad de seguir manteniéndose en el poder.

En su mensaje de Año Nuevo de nueve minutos, Putin acusó a Occidente de mentirle a Rusia y de provocar a Moscú para lanzar lo que llama una “operación militar especial” en Ucrania. “Durante años, las élites occidentales nos aseguraron hipócritamente sus intenciones pacíficas”, dijo en el discurso filmado en la sede del distrito militar del sur de Rusia. “De hecho, en todas las formas posibles estaban alentando a los neonazis que llevaran a cabo un terrorismo abierto contra los civiles en el Dombás”, afirmó Putin en un discurso de Año Nuevo inusualmente combativo, generalmente dedicado a los buenos deseos para el próximo año.

Horas antes, el sábado, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, había prometido que la victoria en Ucrania era “inevitable” y elogió el heroísmo de los soldados rusos que luchaban en el frente y de los que murieron durante la guerra de 10 meses. “Occidente mintió sobre la paz”, dijo Putin. “Se estaba preparando para la agresión y ahora están usando cínicamente a Ucrania y a su gente para debilitar y dividir a Rusia. Nunca hemos permitido esto y nunca permitiremos que nadie nos haga esto”, proclamó.

Actores rusos que se hacen pasar por soldados

Así las cosas, a Putin solo le queda la propaganda para seguir manteniendo la ficción de que está ganando la guerra, una propaganda cada vez más chusca y de baja estoja. En el citado discurso navideño quedó al descubierto el burdo montaje de Kremlin que ha vuelto a convertir a Rusia en el hazmerreír del mundo. Algunos expertos en comunicación se percatado de que tras el presidente ruso había un coro de militares-palmeros muy particular y entre ellos una soldado cuyo rostro resultaba familiar: una mujer rubia que ya ha aparecido en otros actos oficiales y mítines del dictador. La extra era la misma persona que había posado como marinera y como devota de la iglesia rusa (entre otros papeles) en otros vídeos. Algunos han apuntado que esta misteriosa mujer se parece a Larisa Sergukhina, miembro de la Comisión de la Duma Regional sobre el seguimiento de la legislación.

Putin ha sido acusado repetidas veces de recurrir a actores para mostrar un supuesto apoyo popular a su causa en un intento de copiar las puestas en escena que hace su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski. “Putin quería copiar a Zelenski, quien se acercó a los defensores ucranianos en Bakhmut. Pero después de diez meses de guerra a gran escala, incluso los actores escasean en Rusia”, dijo la coganadora del premio Nobel de la paz 2022, Oleksandra Matviichuk, en redes sociales.

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1 COMENTARIO

  1. El titular de este artículo está mal, tendría que poner Estados Unidos y CHINA dispuestos a dar la estocada final a Europa ,porque es exactamente lo que está pasando no solamente a Europa que es el que va a salir peor que se dirige al Tercer Mundo de cabeza, va a perder todo el G20 al final van a quedar solo Estados Unidos China y como aliado de China los BRICS y Rusia .Rusia no será la mayor potencia económica pero es la primera potencia en cuanto a poder militar mundial ,lo que salva a estados unidos son su flota ,además China no tiene otra opción que ser un aliado total de Rusia la tiene al lado y necesitas toda la energía de Rusia el petróleo y el gas además se está produciendo la Unión de forma directa del gas ruso hacia China y ya incluso una unión física entre ambos países mediante un puente y hay algo importantísimo de lo cual se va a aprovechar China es que la crisis de Rusia con Estados Unidos le va a facilitar su ataque a Taiwán y por último hay un arma de destrucción masiva Rusa que no es de armamento sino económica está ya trabajando y a punto de salir ,ya ha sido avalada por el gobierno ruso la salida de una criptomoneda que se basa en oro este es el fin del G20 porque cómo pueden competir las monedas digitales de Europa Estados Unidos y el G20 qué son monedas digitales fiduciarias dictatoriales que no tienen ningún respaldo frente una moneda que está avalada por oro y es digital, por eso Rusia ha estado almacenando oro durante años años y años a lo bestia será seguido por sus aliados los Brics y dejarán a las monedas digitales cbdc del G20 en una situación desastrosa una moneda que no vale nada frente a otra avalada en oro que cumple basilea IV,simplemente no hay color China y sus aliados pasarán a primer plano de la economía mundial en todo caso China y seguido ya muy debilitado por Estados Unidos EEUU intenta ganar tiempo y lo va a hacer hundiendo a Europa quedándose con su dinero y empresas .

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