Una vez desvelado el pacto de Gobierno PP-Vox en la Comunitat Valenciana para los próximos cuatro años, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, asume a partir de ahora con todas las consecuencias lo que hasta ahora venía siendo un ‘accidente’ temporal de su antecesor, Pablo Casado, gran benefactor del pacto de populares con la ultraderecha para conformar un gobierno de coalición en Castilla y León. De este modo, Feijóo tendrá que responder en primera persona desde ahora a todos los exabruptos, salidas de tono y no escasas decisiones polémicas que protagonicen sus socios de gobierno en comunidades autónomas y unos 135 municipios en todo el país a partir de este próximo sábado cuando se conformen la composición de los ayuntamientos.
La reunión secreta que el pasado 22 de septiembre mantuvieron los líderes nacionales de PP y Vox en Madrid comienza a escenificarse sobre el terreno una vez celebradas las pasadas elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo. Feijóo ha decidido no aguardar a que pase la próxima cita de las generales el 23 de julio para aclarar qué planes tenía guardados en la guantera conjuntamente con la ultraderecha, conocedor de las necesidades de consensuar acuerdos con esta formación política al ser prácticamente la única vía posible de acuerdos en el actual espectro político nacional, una vez absorbido de facto el anterior electorado de Ciudadanos y fagocitados en gran medida sus representantes públicos en las propias candidaturas populares a ayuntamientos, autonomías e incluso para las próximas elecciones generales.
El destino de Feijóo y el líder valenciano de Vox volverán a encontrarse tras el 23 de julio ya que el condenado por violencia machista podría ser elegido diputado en el Congreso
De este modo, el PP de Feijóo, no ya el de Pablo Casado como hasta ahora se venía argumentando en las filas populares a modo de escudo protector, será el que asuma las salidas de tono de los Juan García-Gallardo de turno en sus respectivos territorios, ya sean comunidades autónomas o ayuntamientos municipales. El caso de las negociaciones del Gobierno en la Comunitat Valenciana no ha sido más que el primero de los que tienen que venir en otras autonomías y municipios en los próximos días y semanas antes del 23J.
El caso del líder de Vox en la Comunitat Valenciana, condenado por violencia machista y que el PP ha vetado para entrar en el nuevo ejecutivo autonómico, no es en absoluto un muro de contención o línea sanitaria que Génova haya levantado contra Vox o sus principales tesis negacionistas, sino sólo un gesto hacia una persona concreta, cuyos destinos, los del PP y los de Carlos Flores Juberías, se pueden volver a encontrar después del próximo 23 de julio si el PP de Feijóo necesita a la ultraderecha para conformar un gobierno de coalición en España, ya que el líder valenciano de Vox condenado por violencia machista será el cabeza de lista de su partido por Valencia para las generales de este verano.
Y el sr. Feijoo va adecir algo respeto al ROBO que hizo su antecesor Rajoy con el guindos del Banco Popular donde su gobierno robó la propiedad a mas de 300.000 FAMILIAS.O es que justifica tambien dicho robo.Jamas los robados y sis familias daremos el apoyo al partido ie nos robó la propoedad privada. Que no cuenten con nosptros.Estos desgraciados robaron para luego regalarselo al sanladron y liego recobir sus cargos y prebendas.
Muchas risas sr. Feijoo pero sabes tu que fuë tu partido el que robó el Banco Popular y arruinó a mas de 1000.000 de españoles.NADA MAS QUE DECIR.Que te vote Chapote como sigas con el silencio.
Pongamosle remedio ,ya sabemos a quien hay wue votar el 23 J