Las fotos de Colón las carga el diablo para las derechas de este país. Que se lo digan a los otrora líderes Albert Rivera o Pablo Casado, entre otros. Pese a los riesgos evidentes, la inquebrantable hoja de ruta marcada en Génova 13 por el principal gurú de Alberto Núñez Feijóo, su coordinador general, Elías Bendodo, se mantiene firme hacia un ensamblaje amistoso con la extrema derecha, una foto conjunta este domingo próximo en Barcelona de sus dos líderes nacionales con la que los populares buscan a corto y medio plazo culminar un sinuoso abrazo del oso, iniciado sin complejos tras la fallida investidura del candidato del PP a la Presidencia del Gobierno, que desemboque en una repetición electoral que no dé como resultado una infructuosa división de las derechas patrias, como la que en la actualidad las mantiene en un quiero y no puedo constante en el panorama político nacional.
“Elecciones o amnistía”, vaticinó Feijóo en su intervención final cuando el Congreso de los Diputados dictaminaba su inapelable derrota democrática como aspirante a presidente del ejecutivo, al tiempo que constataba que no tenía más compañeros de aventuras que 33 diputados ultraderechistas, sin contar la diputada canaria de CC y otro navarro de UPN. Compañeros con los que el pasado 23 de julio no logró en absoluto culminar el objetivo de llegar a la Moncloa con la mayoría “holgada” que le auguraban la inmensa mayoría de las encuestas afines y no tanto.
Solos y con una minoría palpable, la manifestación de este próximo domingo en Barcelona convocada por Societat Civil Catalana para protestar por una futurible amnistía de un hipotético nuevo ejecutivo de Pedro Sánchez puede ser la prueba definitiva para el ya líder de la oposición, que consciente de la mayoría territorial lograda en las últimas elecciones municipales y autonómicas del pasado mayo, pretende utilizar la calle como altavoz de sus objetivos, no logrados en la sede de la soberanía nacional.
La presidenta madrileña es la única dirigente del PP que sobrevive a las sucesivas fotos que el PP ha protagonizado junto a Vox en las protestas de 2019 y 2021
Si en 2019 el predecesor de Feijóo en el PP, Pablo Casado, acudió a la Plaza de Colón madrileña para hacerse la foto junto a Abascal y los suyos contra las negociaciones del PSOE con los independentistas catalanes, también fue Casado quien no dudó un instante en acudir en 2021, con la misma compañía y al mismo lugar, contra los indultos a los líderes encarcelados por el procés catalán del 1-O. Casado ya es historia reciente en el PP y muchos de los dirigentes de Vox que aparecían en aquella foto junto a Abascal también son ya puro recuerdo.
Feijóo sabe que no puede dejar sola a Isabel Díaz Ayuso un día tan señalado como este domingo 8 de octubre, ya que fue la primera que dio el paso adelante confirmando su asistencia a la manifestación de Barcelona. Pero es precisamente la presidenta de la Comunidad de Madrid prácticamente la única dirigente del PP que sobrevive, sin contar al incombustible Aznar, a las sucesivas fotos que el PP ha protagonizado junto a los dirigentes de Vox en las protestas de 2019 y 2021 por idénticos motivos.
El ganador de las pasadas elecciones generales del 23 de julio ha constatado en el fallido debate de investidura que es necesario mucho más que ser la lista más votada en unos comicios para alcanzar la Moncloa. Insistir en ir de la mano de la ultraderecha en sus iniciativas populares y populistas puede abocarlo, como ya le sucedió a su predecesor, a la insustancialidad política. La táctica del abrazo del oso y el ansia de una repetición electoral tampoco parecen ser la panacea para sus objetivos, ya que las últimas encuestas publicadas siguen sin otorgarle una mayoría suficiente para gobernar, ya sea en solitario o de la mano del partido negacionista de la crisis climática y de la violencia de género, homófobo, nostálgico de la dictadura franquista, xenófobo y promotor de ilegalizar los partidos democráticos nacionalistas.
La foto que sigue ahí
La foto de este domingo de Feijóo junto a los dirigentes de Vox tiene un componente intangible de imprevisibles consecuencias que la puede hacer más peligrosa aún si cabe que la que aún martillea constantemente la actualidad mediática, protagonizada por el actual líder del PP hace casi 30 años junto al narcotraficante Marcial Dorado, que el portavoz del Grupo Socialista en el pasado debate de investidura, Óscar Puente, volvió a sacar a relucir durante su discurso. “Después, cuando esa amistad quedó al descubierto, ¿trató de hacer creer a toda España que usted no sabía en 1995 lo que se sabía en toda Galicia y buena parte de España desde 1990?”, le reprochó el diputado socialista al líder del PP.
Solo decir q el articulo me ha gustado bastante. En cuanto a ayuso, no necesita hacerse fotos con los de vox, ya se encarga ella sola, con sus surrealistas palabras, de ocupar ese espacio. Ella a su bola.