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La Alianza de Civilizaciones, España y Naciones Unidas

David Balsa
David Balsa
Es Enviado Especial de la Presidencia de la Corte Centroamericana de Justicia para Naciones Unidas. Ha sido nominado al Premio Nobel de la Paz 2023 por su labor en Centroamerica. Nacido en Lausanne ( Suiza) y licenciado en Geografia e Historia en la especialidad de Historia Contemporanea por la Universidad de Santiago de Compostela ( España). Ha ejercido responsabilidades en diversas instituciones internacionales y europeas, entre otras Enviado Especial de la Presidencia del Parlamento Centroamericano para Naciones Unidas asi como Jefe de Gabinete de la Presidencia de la Asamblea Parlamentaria Eurolatinoamericana. Anteriormente estuvo desarrollando labores como Cooperante en Irak, Palestina, Kosovo, Albania, Macedonia, Indonesia y otros paises en conflicto.
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análisis

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El secretario general de las Naciones Unidas, el ex primer ministro portugués Antonio Guterres, pronunció un importante discurso en 2020 al inicio de la pandemia del Covid-19 advirtiendo de las consecuencias sanitarias, económicas y sociales de la emergencia sanitaria y previendo la consiguiente inestabilidad política que crearía y la previsible agudización de los distintos conflictos bélicos en el planeta. En este sentido, el secretario general de las NNUU Antonio Guterres hizo un llamado a un «alto el fuego» mientras durase la epidemia para poder concentrar todos los recursos y esfuerzos en asistir a la población afectada, en especial en las regiones más vulnerables (Medio Oriente, Latinoamérica, Europa Oriental, Asia y África). Los dramáticos conflictos actuales en Ucrania, en varios estados de África o el recrudecimiento de la situación en Oriente Medio dan fe ahora de cómo la epidemia de Covid-19 ha tensionado y convulsionado la relación entre los países, agravando problemas y desafíos. Las Naciones Unidas, a través de la Organización Mundial de la Salud con sede en Ginebra, han estado desplegando una amplia batería de medidas para incentivar la respuesta coordinada de los países ante el coronavirus, que continúa aún castigando a las zonas más deprimidas del planeta, así como proveer a aquellos estados más necesitados de vacunas, material médico y sanitario con envíos periódicos. En el plano sanitario, con recursos limitados y graves problemas de financiación en la OMS, las Naciones Unidas han dado un ejemplo al esforzarse por promover la cooperación y la solidaridad como vías para poder frenar y vencer la epidemia, así como restablecer la paz y el diálogo entre países y culturas diversas en la Comunidad Internacional.

El aumento de la carestía de los alimentos a nivel global – según la FAO, el alza más elevada en las últimas décadas – ha contribuido a deteriorar aún más la situación en el plano político y de seguridad, tal y como vaticinó el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, la situación se ha radicalizado gravemente en varias regiones del planeta. La violencia está aflorando desde las calles de Johannesburgo a Santa Cruz de la Sierra. El deterioro económico de las poblaciones unido a la conmoción provocada por el gran número de afectados por la epidemia sumado al alza de los alimentos y las materias primas ha polarizado los conflictos y reabierto tensiones latentes.

Miguel Ángel Moratinos, el respetado diplomático Alto Representante de Naciones Unidas para la Alianza de Civilizaciones, ha impulsado en estos tiempos complejos el accionar de esta iniciativa de diálogo intercultural e interreligioso. Esta iniciativa promovida en su día por el ex Presidente español José Luis Rodríguez Zapatero y el Presidente turco Recip Tayyip Erdogan se está mostrando como una herramienta muy útil para rebajar tensiones, abrir cauces de diálogo y promover la concertación en diversos foros internacionales en esta pandemia mundial y con varios conflictos bélicos abiertos en diferentes áreas del planeta. La amplia experiencia del exministro de Asuntos Exteriores español y exalto representante de la UE en Medio Oriente está siendo clave para establecer una diplomacia preventiva desde la sede de NNUU en Nueva York donde se encuentran las oficinas de esta agencia de Naciones Unidas.

La Corte Centroamericana de Justicia, como una de las principales instituciones de la integración en los países del área, ha sido testigo también del impacto de la crisis sanitaria del Covid-19 y los dramáticos efectos sobre la población y las infraestructuras de los huracanes «Eta» e «Iota» en Centroamérica. Este tribunal regional de justicia, constituido con la firma de su Estatuto en 1992 en Ciudad de Panamá por parte de los Jefes de Estado y los Presidentes de las Cortes Supremas Nacionales de Justicia, se encarga de la muy importante tarea de analizar y resolver con sus sentencias y pronunciamientos desde su sede central en Managua, Nicaragua, los diversos diferendos y litigios sometidos a su consideración por los estados parte del SICA. El Sistema de Integración Centroamericano (SICA) es el principal organismo de integración regional y está conformado por los estados de Honduras, Nicaragua, El Salvador, Panamá, Belice, Costa Rica, Guatemala y la República Dominicana. La labor de la Corte Centroamericana de Justicia, como la de la Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya, está siendo muy importante para solventar y reconducir pacíficamente, en el marco del Derecho Internacional, el Estatuto de Panamá de la Corte Centroamericana de Justicia y la Carta de las Naciones Unidas, las diferencias y controversias entre los estados facilitando además un marco de seguridad jurídica tanto a los países como a los ciudadanos. Hay que destacar también que la labor de las agencias de Naciones Unidas como UNICEF, la FAO o la citada Alianza de Civilizaciones/UNAOC está siendo clave para la recuperación en todos los ámbitos de Centroamérica.

En esta línea, el Presidente de la Corte Centroamericana de Justicia, el prestigioso jurista salvadoreño, César Ernesto Salazar Grande, ha iniciado los trámites oficiales para la incorporación como Organización Internacional con el estatuto de Observador a Naciones Unidas de la Corte Centroamericana de Justicia. En este proceso, como en el de la reconstrucción de Centroamérica tras la epidemia de Covid-19 y los huracanes provocados por el Cambio Climático, la contribución de España puede ser una vez más muy valiosa. El trabajo de los diplomáticos españoles en Naciones Unidas a favor de Centroamérica, en especial la del Embajador de España ante Naciones Unidas Agustín Santos – un gran amigo de Latinoamérica -, es una contribución muy importante a la recuperación de Centroamérica y continua la línea marcada por el Presidente Pedro Sánchez en sus discursos tanto en la reunión con la presidenta de Honduras Xiomara Castro en su visita oficial el pasado febrero a Madrid como en el viaje oficial en junio de 2021 del Presidente Pedro Sánchez a San José de Costa Rica ante la Cumbre España – SICA.

España está apostando por reforzar la integración regional centroamericana y sus instituciones, ampliar la relación España-Centroamérica y trabajar unidos en el marco multilateral de las Naciones Unidas ante los desafíos y retos del siglo XXI. El Rey de España, Felipe VI, recibió en el Palacio de La Zarzuela, tras su nombramiento como Alto Representante de Naciones Unidas para la Alianza de Civilizaciones, a Miguel Ángel Moratinos para visualizar el compromiso de España que, junto con Turquía, fueron los estados copatrocinadores e impulsores de esta iniciativa. El Foro Global de la Alianza de Civilizaciones, celebrado en la ciudad de Fez, Marruecos, en noviembre pasado de 2022, fue otra demostración de la eficacia, utilidad y poder de convocatoria de esta institución internacional al reunir, en un ambiente de debate sereno y constructivo, a delegaciones oficiales de alto nivel con la presencia de más de un millar de delegados en representación de un centenar de gobiernos e instituciones internacionales y de la sociedad civil de los cinco continentes. En este evento internacional en Marruecos intervinieron, con sendos y muy aplaudidos discursos, entre otros representantes españoles, la Secretaria de Estado de Cooperación Internacional española, Pilar Cancela, y el ex Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. La «Declaración de Fez» avanzó en los objetivos de Naciones Unidas de promover el diálogo intercultural e interreligioso y dar respuestas globales a desafíos como las migraciones, la crisis alimentaria o los crecientes conflictos en todo el planeta. La Alianza de Civilizaciones, con la inestimable contribución de España, sin duda puede ser el puente y enlace ideal entre las diversas regiones y culturas del planeta para afrontar y superar unidas y en colaboración los crecientes desafíos y retos – cambio climático, epidemias, guerras, etc.- del siglo XXI.

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