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La extrema derecha imprime carácter a los jóvenes católicos

Los jóvenes que han acudido a la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa no han dudado en corear lemas utilizados en la extrema derecha, lo que demuestra que la conexión entre ultras y el catolicismo sigue muy latente

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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análisis

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El fascismo y el franquismo se apoyaron mucho en el catolicismo para tener un soporte moral del que, por sus propias características, carecían. Por su parte, la Iglesia Católica se aprovechó de ello para colocarse nuevamente en la cumbre del escalafón social, un puesto de privilegio que había perdido tras la Revolución Industrial y la culturización de las clases trabajadoras.

La Iglesia, ya se sabe, crece donde hay más incultura y analfabetismo. No hay más que ver cómo hay una alarmante crisis de vocaciones en los países más desarrollados, mientras que el tercer mundo es el verdadero granero donde siguen logrando captar adeptos, sacerdotes, frailes y monjas.  

El sentimiento religioso, la fe, las creencias que cada cual quiera tener, son absolutamente libres y respetables. En España y en la gran mayoría de los países de Occidente la libertad religiosa está completamente vigente y se respeta, salvo en determinados casos aislados protagonizados por fanáticos de todas las religiones. El sentimiento religioso nada tiene que ver con la ideología política. No se puede afirmar que para ser católico haya que ser conservador o de derechas porque eso es falso.

Sin embargo, el catolicismo, como organización, siempre ha estado más cercano al poder que a la ciudadanía. Políticamente, sobre todo a partir de la Revolución Industrial, la Iglesia siempre ha protegido o avalado al conservadurismo frente al progresismo y, sobre todo tras la I Guerra Mundial, ha sido la cómplice necesaria para los regímenes dictatoriales de corte fascista.

En la Italia fascista, Mussolini permitió la existencia de capellanes en las milicias y organizaciones juveniles, obligó a que las aulas y los tribunales fueran presididos por crucifijos, y estableció la obligatoriedad de la enseñanza de la religión católica en la escuela pública.

Respecto al nazismo, el papa Pío XII es considerado por los más importantes historiadores como el papa de Hitler por su política de colaboración y su pasividad ante el traslado de judíos de Italia a los campos de concentración. En Polonia, los católicos fueron pieza clave para el exterminio de los judíos polacos, sobre todo en Cracovia y Varsovia.

En España, los dos pilares del régimen de Franco eran el Movimiento Nacional y la Iglesia Católica, que legitimó el franquismo desde el primer momento. Tanto durante la guerra civil como en los años más duros del régimen, no era inusual ver a sacerdotes en los piquetes de fusilamiento con un arma. En muchos casos, los curas se presentaban voluntarios, ya fuera para ejecutar «rojos» o para pegar el «tiro de gracia». Muchos sacerdotes, sobre todo en las zonas rurales, trabajaban mano con mano con la Guardia Civil para localizar a personas escondidas que, una vez detenidas, eran ejecutadas, llevadas a los campos de concentración u obligadas a trabajar como esclavos en las grandes infraestructuras.

En la actualidad, aunque hay cierto desapego de las organizaciones políticas respecto a la Iglesia, lo cierto es que continúa existiendo una conexión entre sotanas y formaciones conservadoras o de extrema derecha. No hay más que ver la relación entre organizaciones ultrafascistas de corte ultracatólico como El Yunque y Vox. Lo mismo se puede decir de los llamamientos que en las últimas elecciones han realizado obispos para que los católicos votaran a Alberto Núñez Feijóo o Santiago Abascal.

Estos días se está celebrando en Lisboa uno de los eventos propagandísticos clave para el catolicismo: la Jornada Mundial de la Juventud. Decenas de miles de jóvenes acuden para ver al papa. Es uno de los momentos en los que la Iglesia Católica hace una enorme ostentación para intentar hacer ver al mundo que todavía tiene capacidad de convocatoria.

Los españoles también tienen su representación, no en vano Portugal está cerca y, quizá, junto con los portugueses, sea el país con más presencia de gente. Sin embargo, los jóvenes españoles están dando un espectáculo lamentable haciendo proselitismo de la extrema derecha, sobre todo en un momento en que la tensión aún está reciente por la celebración de las elecciones.

A través de redes sociales se ha podido ver cómo grupos de jóvenes españoles presentes en la Jornada Mundial de la Juventud viajaban cantando una de las consignas de las que la extrema derecha ha hecho una especie de himno: «¡Que te vote, Txapote!».

La extrema derecha está haciendo alarde de estas imágenes cuando, en realidad, lo que hacen es avergonzar a la patria. Estos niñatos cantarán eso porque ahora está de moda sin saber siquiera ni quién es Txapote ni lo que hizo.

En el vídeo se puede comprobar cómo nadie inquiere a los jóvenes a que se callen. No hay censura de ningún tipo, más bien alegría. Es como cuando los flechas falangistas cantaban la Canción del Legionario, el Cara al Sol o el Giovinezza fascista, sin saber siquiera lo que cantaban ni lo que esas letras representaban.

Ahora, entre los cayetanos católicos, está de moda cantar el «¡Que te vote Txapote!». Sólo les falta ir a ver al Papa con las camisas pardas, total, no tendrán ni idea de lo que eso representa.

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2 COMENTARIOS

  1. Nada nuevo bajo el sol.
    Iglesias con sus lavados de cerebros y conservadurismo en lo politico van de la mano desde hace cientos de años y me quedo corto en el tiempo,pues solo el catolicismo lleva 2000 años arrimado a quien mas tiene,salvo ese corto periodo en donde la «teoria de la liberacion» catolica funciono en latinoamerica y tuvo curas guerrilleros que luchaban por los desfavorecidos.
    No se libra ni una religion,ni una, de controlar a la poblacion desde el inicio de la historia humana,eso si,el nivel de degradacion humana que la iglesia catolica ha llegado a lo largo de su historia no tiene parangon.
    Que sabio fue quien dijo aquello de:»la religion es el opio del pueblo».

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