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La OMS alerta sobre los perjuicios de los cigarrillos electrónicos y la urgencia de regular su comercialización

El consumo de esos productos con nicotina crece mucho más entre los niños de 13 a 15 años que entre los adultos en todo el mundo. Pese a las pruebas alarmantes de los daños que causan en la salud, las autoridades permiten su libre venta y promoción, dirigida sobre todo a los jóvenes. La agencia sanitaria mundial insta a poner coto a esas prácticas

Juan Carlos Ruiz
Juan Carlos Ruiz
Periodista y Licenciado en Ciencias de la Información
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análisis

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Los cigarrillos electrónicos no ayudan a dejar de fumar y hay pruebas alarmantes de que perjudican la salud; sin embargo, las autoridades han permitido su libre comercialización y la gran presión publicitaria y social ejercida para que los jóvenes los consuman, ha alertado la Organización Mundial de la Salud (OMS), pugnando por la pronta regulación de estos productos.

«Se necesitan medidas urgentes de control de los cigarrillos electrónicos para proteger a los niños y a los no fumadores y reducir todo lo posible los efectos de estos productos en la salud de las personas», apunta la agencia sanitaria de la ONU.

Actualmente, 34 países prohíben su venta, 88 no han establecido una edad mínima para comprarlos y 74 carecen de normativas.

El director general de la OMS lamenta que los cigarrillos electrónicos se promocionen entre personas muy jóvenes para crearles adicción a la nicotina. 

«Las autoridades nacionales deben actuar con firmeza para prevenir el consumo de estos productos y proteger así a sus ciudadanos, sobre todo a los niños y los jóvenes», dice Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Dañinos y muy adictivos

La OMS afirma que los cigarrillos electrónicos con nicotina son dañinos para la salud y muy adictivos. Aunque no se conocen del todo sus efectos a largo plazo, se ha demostrado que liberan sustancias tóxicas cancerígenas o que aumentan el riesgo de sufrir trastornos cardiacos y pulmonares. 

Además, esas sustancias pueden afectar al desarrollo del cerebro y causar trastornos del aprendizaje en los jóvenes. Se sabe también que la exposición del feto a los cigarrillos electrónicos que consume la madre puede perjudicar su desarrollo. 

Y más aún, cualquier persona puede sufrir los efectos de las sustancias que emiten estos productos cuando pasa en la calle junto a alguien que los está consumiendo.

Publicidad dirigida a niños y jóvenes

En estos momentos se promocionan en las redes sociales cigarrillos electrónicos de más de 16.000 sabores. Esos anuncios se dirigen a los niños y cuentan con influencers y personajes de dibujos animados para publicitarlos. 

Esas campañas han dado como resultado que el consumo de esos productos entre los niños de 13 a 15 años crezca a tasas alarmantemente más altas que entre los adultos en todo el mundo. 

La OMS cita como ejemplo el caso de Canadá, donde su consumo se duplicó entre los jóvenes de 16 a 19 años entre 2017 y 2022. En Inglaterra se ha triplicado en los últimos tres años.

El organismo de salud explica que los estudios muestran sistemáticamente que los jóvenes que consumen cigarrillos electrónicos tienen casi tres veces más probabilidades de fumar cigarrillos posteriormente.

Regular la venta y publicidad

Ante este panorama, la Organización Mundial de la Salud urge a tomar medidas para prevenir el consumo de esos productos y contrarrestar la adicción a la nicotina, así como a adoptar un enfoque global del control del tabaco que tenga en cuenta las circunstancias de cada país y que regule su venta y publicidad.

«Sobre la base de las pruebas disponibles en la actualidad, las autoridades no deben autorizar la venta de cigarrillos electrónicos como productos de consumo para dejar de fumar«, enfatiza la OMS desaconsejando el uso de estos productos en estrategias de abandono del tabaco, incluso si se hace de forma controlada.

La agencia argumenta que los fabricantes de tabaco que se lucran con los perjuicios para la salud de los consumidores presionan a las autoridades para que no apliquen políticas sanitarias contrarias a los cigarrillos electrónicos. 

La OMS tiene constancia de que estas empresas financian estudios para generar pruebas falsas de que estos nuevos productos reducen los daños para la salud, y las distribuyen ampliamente. Al tiempo, promocionan de forma agresiva los cigarrillos electrónicos entre los niños y los no fumadores y siguen vendiendo miles de millones de cigarrillos.

«Se necesitan medidas firmes y decididas para prevenir el consumo de cigarrillos electrónicos, basándose en el conjunto cada vez mayor de pruebas sobre los daños que causan en la salud de los niños y los adolescentes», insiste el organismo sanitario mundial.

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