La organización de control gubernamental Accountable.us ha publicado un informe, al que Diario16 ha tenido acceso, en el que se detalla cómo las comunidades de color, tanto a nivel nacional como internacional, se han visto obligadas de manera desproporcionada a pagar el precio de los daños ambientales de la industria del petróleo.
Según señalan desde la organización, la publicación de este profético análisis, titulado Discriminación sucia: la historia del racismo ambiental de las grandes petroleras, «sigue a los esfuerzos recientes de los senadores Alex Padilla y Richard Durbin para financiar la recién establecida Oficina de Justicia Ambiental del Departamento de Justicia».
El análisis comienza con un ejemplo escalofriante de la insensibilidad de la industria petrolera: «En 2017, la NAACP publicó un estudio que encontró que los afroamericanos enfrentan niveles más altos de contaminación proveniente del petróleo que los estadounidenses blancos; hallazgos incluso confirmados más tarde por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de la administración Trump. Aunque inicialmente se negó a comentar, el principal grupo de presión de intereses especiales de las grandes petroleras, el Instituto Americano del Petróleo (API), finalmente calificó el estudio de la NAACP como un ‘ataque’ a la industria petrolera y, en cambio, culpó a lo que consideraba que era el verdadero problema que enfrentan los afroamericanos: ‘genética’».
El informe expone la práctica de décadas de la industria petrolera de utilizar comunidades de negros, morenos e indígenas como sitios para la producción de petróleo y gas, exponiéndolos a una contaminación mortal relacionada con mayores tasas de cáncer, enfermedades cardíacas y muerte prematura.
Las emisiones, las fugas y los derrames de petróleo pueden amenazar la calidad del aire, el suministro de agua, los alimentos, las perspectivas laborales y el ecosistema de las comunidades. Además, el informe revela que Chevron, Phillips 66 y ConocoPhillips operan refinerías en dos ciudades con una población mayoritariamente negra que han coincidido con tasas desproporcionadas de cáncer, asma y mortalidad.
En este sentido, Jordan Schreiber, director de Energía y Medio Ambiente de Accountable.us ha denunciado que «a pesar de las dudosas afirmaciones de las grandes petroleras de apoyo a la diversidad y el antirracismo, la industria continúa contaminando sistemática y desproporcionadamente a las comunidades negras. Durante décadas, las compañías de petróleo han obligado a las personas ‘no blancas’ a vivir con una contaminación potencialmente mortal, poniendo en riesgo su salud para maximizar los márgenes de beneficios».
A nivel internacional, los grandes gigantes petroleros como Chevron, Shell y TC Energy han devastado tierras indígenas, destruido ecosistemas y empeorado las condiciones de salud pública, y a menudo han empleado medios violentos para aplastar la oposición popular a la construcción de infraestructura de combustibles fósiles.