MAI

MAI fue creada de manera espontánea a iniciativa de la Dra. Nadiya Popel en diciembre de 2020 respondiendo a la necesidad de tantas personas que se sentían abandonadas y traicionadas por el sistema sanitario y, a día de hoy, esa sigue siendo su principal razón de ser.

En su tiempo de existencia MAI ha atendido a miles de personas muchas de las cuales habían sido desahuciadas por parte del sistema sanitario o dañadas por sus prácticas y protocolos (irónicamente llamados «científicos» y «basados en la evidencia» pero que en realidad son «criminales» y «basados en el poder de la industria farmacéutica» tanto para imponer su agenda como para diseñar y manipular estudios clínicos a su antojo). En este contexto tan complejo MAI ha sido una luz en la oscuridad,  tanto para las personas que han recibido asistencia, como para los terapeutas, médicos, psicólogos, sanitarios y voluntarios que han colaborado con el Movimiento, para unos como esperanza de recuperación y para los otros como  la plataforma que les ha permitido ejercer su vocación al servicio de las personas y  de la vida.

Personalmente uno de los elementos que más me ha marcado de ser parte de MAI ha sido poder ser testigo directo del dolor generado de forma claramente intencionada durante estos años a través de las campañas masivas de coacción y terrorismo mediático, de protocolos hospitalarios criminales, del sistemático ataque e intentos de desprestigio y difamación tanto de terapias efectivas y seguras como la ivermectina,la hidroxicloroquina,  el dióxido de cloro etc. como de las personas que, conocedoras de su gran potencial terapéutico, han intentado impulsar su uso, entre ellas médicos, científicos y expertos de renombre mundial que han sido atacados y cancelados  de forma coordinada y sistemática. Todo lo cual muestra y demuestra de forma patente que la verdadera intención de los impulsores y colaboradores de esta ignominia no es la salud y el bienestar de la población sino el control social y la subyugación de las personas mediante la confusión, el miedo y la manipulación psicológica y emocional. Por todo ello agradezco a MAI (y a Nadiya) el haberme dado la posibilidad de aportar un pequeño granito de arena para paliar este sufrimiento.

Una de las principales fortalezas del Movimiento es su carácter inclusivo y respetuoso con las diferentes formas de entender la salud y las diferentes aproximaciones y visiones terapéuticas; tanto desde aquellas cimentadas en el conocimiento científico como de las  que están basadas en tradiciones médicas ancestrales o terapias energéticas, entendiendo que,  más allá de sus diferencias, todas ellas comparten el común denominador de poner a las personas por delante de cualquier otra consideración (sea ésta económica, burocrática o partidista ) donde además del entendimiento, independientemente de las herramientas utilizadas, el factor humano, la empatía, el amor y el respeto a la dignidad son los elementos fundamentales en cualquier disciplina terapéutica. Son precisamente estas características las que hacen de MAI un elemento incómodo para un sistema deshumanizado y corrupto donde las personas son meros números en un ordenador, tratados como ganado y el arte y la ciencia de la Medicina han sido reducidos a protocolos diseñados por la industria farmacéutica con la intención principal de lucrarse a costa del sufrimiento y la enfermedad.

Desde luego MAI no es perfecto, ni tampoco lo pretende, pero no cabe duda de que es una semilla de una nueva (o quizás ancestral) forma de entender la salud, una bella expresión de la dignidad del ser humano, que ahora y siempre, se levantará contra la oscuridad para dejar claro que, mientras tengamos el aliento de la vida, no vamos a permitir que sus lacayos controlen el mundo y decidan el futuro de la humanidad.