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No son Molinos, son gigantes

Jesús Ausín
Jesús Ausín
Pasé tarde por la universidad. De niño, soñaba con ser escritor o periodista. Ahora, tal y como está la profesión periodística prefiero ser un cuentista y un alma libre. En mi juventud jugué a ser comunista en un partido encorsetado que me hizo huir demasiado pronto. Militante comprometido durante veinticinco años en CC.OO, acabé aborreciendo el servilismo, la incoherencia y los caprichos de los fondos de formación. Siempre he sido un militante de lo social, sin formación. Tengo el defecto de no casarme con nadie y de decir las cosas tal y como las siento. Y como nunca he tenido la tentación de creerme infalible, nunca doy información. Sólo opinión. Si me equivoco rectifico. Soy un autodidacta de la vida y un eterno aprendiz de casi todo.
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Las nubes recorren el cielo a gran velocidad. Aunque la temperatura es buena para haber sobrepasado la mitad del mes de octubre, la amenaza de lluvia es inminente. La inestabilidad del tiempo atmosférico macera mal con un día de conflictos políticos en el que una huelga general ha dejado Barcelona sin servicios, con tiendas y locales cerrados.  Las marchas por la libertad entrarán a mediodía en la ciudad después de haber recorrido durante tres días cientos de kilómetros, tras haber pasado dos noches a la intemperie, en polideportivos, casas particulares y hasta hostales, y miles de ciudadanos cansados de un sistema de corrupción en el que no hay futuro, marcharán pacíficamente por las calles de la Ciudad Condal pidiendo independencia.

En el Carrer de Pelai, cercano a la Plaza de Catalunya y en la acera del Centro Comercial  “El Triangle”, un tipo enjuto, rubio, con pelo largo, rastas y tirabuzones, revuelve las bolsas de basura de uno de los contenedores en las que el comercio ha vaciado la noche anterior, sus desechos. Ha encontrado una caja impoluta rotulada como “Lacer Blanc Plus”, y ha pensado que siempre puede sacar un euro por un tubo de pasta de dientes que está sin empezar. Se lo ha echado dentro de la mochila y ha seguido rebuscando.

Mason es un sin techo de nacionalidad estadounidense que llegó a Barcelona en busca de aventura y que ha acabado en la calle. Vive en el hueco de una escalera de la calle Estruc con lo poco que saca de reutilizar cosas que la gente tira a la basura y que revende en un puesto callejero en la Plaza de Catalunya.

Mientras revuelve en el contenedor, van llegando cada vez más claras las voces de los miles de personas que se dirigen en manifestación al centro de la ciudad. El no está lejos. De pronto, sin que siquiera se haya percatado, un coche de la policía municipal ha parado a su lado. Se bajan dos agentes que le cogen del cuello, le tiran al suelo y le detienen. Le acusan de intentar quemar el contenedor en el que está rebuscando cosas que vender. Fuera, en el suelo, hay dos rollos sucios de papel higiénico que Mason ha sacado del contenedor y que por su volumen le molestan para la búsqueda. Por más que Mason les dice ser estadounidense, estar ahí buscándose la vida y desconocer que había huelga general y manifestación, la policía le mete en el coche y lo lleva a comisaría.

En la radio televisión pública, todos los noticiarios abren con la detención de un antisistema extranjero detenido por disturbios, enfrentamientos con la policía y como integrante de un comando que se dedicaba durante las Marchas de la Libertad a quemar contenedores y romper escaparates en Barcelona. El diario con más tirada nacional, El Alcázar de España, titula “El estadounidense que se coló en las protestas del procés” y relata a tres columnas como el impoluto trabajo policial, acabó tras la pista y detención de un peligroso antisistema norteamericano que provocó numerosos altercados el 18 de octubre, rompiendo escaparates, destrozando papeleras y habiendo sido pillado “infraganti” cuando le prendía fuego a un contenedor. En su mochila, se había encontrado un potente acelerante del fuego.

Han pasado dos años desde que Mason fue detenido. Tras estar cinco meses en la cárcel, la juez dictaminó libertad provisional hasta la celebración del juicio. Ahora, en un vídeo tomado horas después de que las marchas recorrieran Barcelona, se ve el contenedor dónde fue detenido Mason. No sólo no está chamuscado, sino que hay otra persona rebuscando entre sus restos. La defensa ha aportado que el famoso acelerante del fuego del que la policía hizo relación en el acta de detención, en realidad era un blanqueador de dientes que Mason había encontrado en el cubo de la basura. No hay constancia por los bomberos de ningún contenedor quemado en esa zona durante ese día. No hay constancia de ningún escaparate roto. La Jueza decide que Mason es inocente y que el juicio nunca debería haberse celebrado.

Ni la radio televisión pública, ni el Alcázar de España, han sacado titulares con la absolución de Mason. Ni tampoco han pedido perdón por haberse inventado un relato sacado de un atestado policial sin contrastar. Es más, están esperando la próxima movilización para volver a echar mierda sobre alguien que lleve rastas y tenga “pinta” de antisistema. Es lo que da audiencia y lo que vende periódicos. Es lo que crea opinión a favor del sistema. La verdad es superflua.

*****

No son Molinos, son gigantes.

Se preguntaba el otro día el Juez Miguel Pasquau  “¿Qué se ha hecho mal para que tantos ciudadanos prefieran hoy 100 euros en su bolsillo a prestaciones públicas (no sólo sociales) de las que son o serían beneficiarios por importe muy superior a 100 euros?”. Suponiendo que fuera verdad que la gente tenga 100 euros en el bolsillo, porque quiénes más aceptan la teoría de que los impuestos son malos son los que menos tienen y por tanto los que menos deberían pagar en un sistema impositivo justo y progresivo, bajo en impuestos indirectos, la respuesta, desde mi punto de vista es evidente: es imposible luchar contra un bombardeo constante de un mundo imaginario que los medios de incomunicación, sobre todo la tele, se empeñan en relatar todos y cada uno de los días del año.

Cada vez que se rotula en primera página a tres columnas un intento (invento) de acusación de corrupción contra un partido político, ya sea una gilipollez como dejar a tu hijo al cuidado de una de tus asesoras (que para serlo tiene que ser tu amiga), ya sea una burda manipulación de un supuesto documento de entrega de dinero en Venezuela, ya sea la falsa pertenencia del padre de su líder a un grupo terrorista, se está manipulando la realidad, y creando una corriente de fuerte rechazo a todo lo que venga de ese partido. Lo peor no son las tres columnas del periódico, lo peor son los titulares  de esos “periódicos” repetidos como mantras en todos los programas de televisión. Lo peor, los repasos de las radios a los titulares del día sean o no verdad, vengan o no de aquellos que ya han sido condenados por mentir.

Cada vez que se oculta en la televisión, sobre todo en la pública, uno de los cientos casos de corrupción de ese partido cuyo líder es un papanatas que dice cosas sin sentido o expone perogrulladas como si fueran complicadas teorías de movimientos de partículas subatómicas, se está manipulando la realidad para crear fuerte apego a una parte de la política que son quiénes, en realidad, están cercenando derechos, apostando por bajar impuestos porque siempre queda capital que no pueden evadir, y acaban sirviéndose de lo público en lugar de gestionarlo por el bien común.

¿Cuántos de ustedes, queridos lectores saben que un juez ha imputado al presidente y al gerente del PP en Salamanca por presunta financiación ilegal en las primarias que ganó el actual Presidente de Castilla y León? ¿Cuántos de ustedes saben que se les acusa de pagar las cuotas de afiliados anónimos con el fin de poder emitir el voto por ellos? Y si lo saben, no será gracias a RTVE, al diario de Salamanca o a la 8 de rtvcyl.

Es imposible luchar contra un mundo televisivo en el que todos los días se trata a los fascistas como libertadores, en el que, como decía el domingo Jonathan Martínez en Naiz.eus, los censores se hacen la víctima y acusan a los demás de censurarlos, se les deja que mientan impunemente sin que ningún periodista se atreva a decir que lo que cuentan es un relato inventado. Que es simplemente mentira. Es imposible luchar contra la manipulación constante en las noticias, dónde los trabajadores en huelga son tratados como peligrosos criminales, achacándoles muertes por haber cortado el paso a una ambulancia con una persona herida o se centra la información en como lanzan piedras con tirachinas cuando se está omitiendo que primero se han disparado pelotas de goma en horizontal, que se pegan porrazos innecesariamente a ancianos indefensos o que se hace circular una tanqueta por medio del barrio en conflicto atemorizando a las personas como si estuviéramos en guerra.

Es imposible luchar contra una propaganda fascista que cuenta una manifestación de unos pocos policías y guardias civiles como si fuera la generalidad de todos, que intenta convencernos de que se les va a dejar indefensos cuando no sólo no es cierto, sino que la cuestión de veracidad absoluta, que no la tiene ni dios, está convirtiendo a un policía cuya ideología está basada en la imposición, mis huevos y aquí mando yo en juez y parte con total impunidad. ¿Por qué no se cuenta que hay un sindicato policial la “Agrupación Reformista de la Policía” que no sólo aboga por la derogación de la Ley Mordaza, sino que además se tiene que declarar como demócrata? ¿Por qué se oculta que el que fue su secretario general sufre las consecuencias, con una falta grave, pese haber ganado en los juzgados, por haber sido la cara visible de un sindicato policial que aborrece las torturas, que quiere implantar medidas democráticas y que se opone al uso de la policía para fines políticos como los presuntamente utilizados en el caso Gürtel para espiar enemigos del PP?

¿Cómo vamos a tener una sociedad más justa, una sociedad que crea en la democracia, que crea que los impuestos son necesarios para dar a todos la misma oportunidad de curar una enfermedad, de estudiar lo que desee, de tener cuidados paliativos cuando uno es mayor y no puede moverse, de tener una pensión digna que te permita vivir con decencia tus últimos años de vida, si todos los días se le da voz a ciertos especímenes que viven a costa de las víctimas del terrorismo, aunque ya no haya terrorismo y sus mensajes se centran en fomentar el odio en lugar de la solidaridad? ¿Cómo vamos a fomentar la unión, la cohesión y la hermandad de las dos Españas si todos los días hay un energúmeno en la tele que en lugar de abogar porque el conocimiento, cuanto más mejor, se empeña en denigrar el idioma de algunas de las nacionalidades de este país y en poner el foco en el empeño de no pertenecer a él? ¿Cómo van a querer ser españoles si todos los días se les denigra, se les llama terroristas, se hacen chistes con su idioma y se les está invitando a que se vayan?

¿Cómo vamos a avanzar en la libertad, la igualdad y el fomento de la cohesión social si hay una cadena de Televisión, que emite gracias a una concesión administrativa, que está 24 horas llenando de mierda el cerebro de nuestros jóvenes, abogando no por la inteligencia, la formación o la persistencia, sino por la belleza física, tratando a las mujeres como muebles exóticos y fomentando el machismo y el revanchismo?

¿Cómo vamos a avanzar en igualdad y feminismo, cuando se deja la educación en manos de misóginos, de meapilas cínicos y ciudadanos hipócritas? Luego, todos estos medios que fomentan el fascismo, la educación religiosa católica, el hijoputismo, la “libertá” y toda su maléfica hipocresía dicen extrañarse porque en el último barómetro de la juventud uno de cada 5 jóvenes entre 15 y 29 años crea que la violencia contra la mujer es “un invento ideológico” cuando hace dos años apenas eran 1 de cada 9. O que 1 de cada 10 hombres en ese rango de edad crea que la desigualdad de género no existe. O se lleven las manos a la cabeza porque en este año hayan sido asesinadas 37 mujeres y 5 menores por maltratadores.

Luchar todos los días contra unos gigantes disfrazados de molinos, televisión, prensa, radio, judicatura, policía y fuerzas armadas, cuya ideología se aleja cada día más de posturas democráticas y se acerca más al Franquismo 1.0 es como intentar convencer a un niño que ve constantemente a sus padres enganchados al móvil todas las horas del día, que fuman hachís con la misma habitualidad de quién fuma tabaco, o que se meten entre pecho y espalda y en las ocasiones más variopintas, pelotazos de whisky a palo seco, que el móvil, las drogas y el alcohol son malos y le joderán la vida.

Hoy, no quiero dejar pasar esta tribuna, sin recordar a una mujer. Grandiosa novelista que nos dejó el sábado. Almudena Grandes no sólo describió la épica de los perdedores, sino que relató el hijoputismo, el cinismo, la sinvergonzonería, la caradura, la violencia y el fascismo de aquellos que dieron el golpe del 36 y aniquilaron no sólo la paz y la democracia de la República, sino el pensamiento y el destino del país en al menos los siguientes 100 años. Allá donde estés, que te acompañe la Alegría de Inés y que los Aires nunca te sean difíciles. Gracias por tanto, maestra. Que la tierra le sea leve.

Salud, feminismo, ecología, república y más escuelas públicas y laicas.

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