¿Qué habría pasado si en la década de los ’50, los estados democráticos europeos y sus colonias, así como los estados democráticos americanos, hubieran encontrado un vínculo entre la religión católica, la “ideología” católica en general, y la dictadura del general Francisco Franco: impuesto tras una guerra sangrienta por un golpe de estado fallido, y con un sistema político hermano a los de Adolf Hitler y Benito Mussolini? No, no estamos defendiendo que así fuera, ni menos que los católicos sean defensores de un sistema semejante. Pedimos otro punto de vista para hacer lectura de la realidad…

No les habría faltado tiempo a muchos historiadores para encontrar en el pasado español señas horripilantes de un estado católico con inquisición y sin inquisición, con constituciones y sin constituciones. Y, tal vez, el ateísmo republicano habría sido mirado de muy distinta forma a nivel mundial, incluso por los cristianos “moderados”, aquellos cristianos no católicos, y denominados por la iglesia católica como “protestantes” o incluso “herejes”, y que junto a los “falsos conversos”, tuvieron un pasado doloroso. Incluyendo, en esa mirada, a buena parte de la derecha democrática y cristiana no católica.

La inmigración originaria de los países de mayoría católica (gobernados por dictaduras, y democracias muy frágiles y dependientes, durante casi todo el siglo XX), habría sido vista de otra manera… Y no entraremos en la posibilidad de que el IRA hubiera sido emparentado con la mayoría católica irlandesa y algunos medios sensacionalistas hubieran encontrado vínculos entre el gobierno de Francisco Franco y el propio IRA, o de financiación del IRA por parte de católicos “inmigrados”, aunque fueran nacionales con orígenes hispánicos, italianos o irlandeses en la cuarta generación de ascendencia de algún progenitor…

¿Qué habría pasado con la “mantilla” o el “mantón” si hubieran sido definidos en los diccionarios del resto de las lenguas europeas como “velos católicos”? ¿Cómo se interpretaría la vestimenta de la mayoría de la población de la península ibérica en la época franquista o qué significado tendrían los rosarios y otros elementos característicos del catolicismo del momento, fuera de nuestras fronteras, sobre todo en los años ’60, con el boom de la emigración española?… Tal vez los denominados “dos bloques”, hubieran encontrado un enemigo común que salvara la guerra fría. Pero no habría dejado de ser injusto en sí mismo con respecto a la realidad católica, que va más allá de las estructuras religiosas, en cuanto conjunto de individualidades humanas, con historias vitales únicas.

Posiblemente el número de católicos en el mundo hubiera forzado a crear la opción del católico “moderado” y el “nacionalcatólico”, emparentado este último con los estados dictatoriales en los países hispanoparlantes. Obligando a las personas practicantes del catolicismo, a una relectura de sí mismos, en la que los habitantes de países extranjeros (algunos de ellos exilados, y con una experiencia vital muy concreta, con respecto al papel de muchos miembros de la estructura eclesiástica católica, durante la Guerra Civil previa a la dictadura del general Franco), habrían sido los dedicados a definir las costumbres “españolas” que forman parte de las características del “nacionalcatolicismo”. Esto es, hasta la “boina” o la “maleta de cartón-piedra” podrían haber sido legisladas fuera de nuestras fronteras, consideradas como un “símbolo” del “nacionalcatolicismo”…

Al hamdulil-Lah no se cometió tan grave error, que habría dañado profundamente a muchos seres humanos. Ojalá se tuviera en cuenta, para analizar cualquier opción de pensamiento o “din”,que los seres humanos somos, ante todo, seres humanos, cuyas creencias buscan encaminarnos hacia el camino más amable y fraternal entre nosotros. Y que la inmensa mayoría de los seres humanos tendemos a la compasión antes que a aprovecharnos abiertamente del más débil, aunque la realidad quiera desmentirnos, porque unos pocos utilicen las nomenclaturas con las que se identifica un conjunto de seres humanos, para justificar situaciones de explotación del ser humano por el ser humano.

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