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Tiempo de Ilusión, no de abstención

Javier Pérez Cobo
Javier Pérez Cobo
Graduado en Historia por la Universidad Autónoma de Madrid, especializado la Segunda República y Guerra Civil española, progresista, interesado en devolver la memoria y dignidad a quienes lucharon por la democracia y libertad.
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análisis

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La campaña del 10N se está desarrollando bajo una atmósfera de frustración y desesperación. Los progresistas españoles afrontaron las elecciones generales del 28 de abril con la ilusión de un proyecto político conjunto entre Unidas Podemos y el Partido Socialista. Este finalmente se fue diluyendo en las negociaciones y los reproches que ambos partidos se lanzaron.

Este proyecto ha quedado paralizado, aunque estoy seguro de que por ambas partes hay intención de reanudarlo, puesto que es la necesidad la que debe abocar a PSOE y UP a entenderse.

Necesariamente el discurso del entendimiento debería pesar en sus campañas, no pueden desarrollar una estrategia política con la única intención de erosionar al otro pilar que sostiene el bloque de las izquierdas. En ese sentido, el PSOE, está desarrollando unos discursos más moderados que UP, partido que ha llegado a afirmar que, tras el 10N podría haber un pacto entre PP y PSOE, lo cual sustituiría a las especulaciones de los morados de cara al 28 de abril, en donde el PSOE iba a pactar con Ciudadanos.

Respecto al pacto con Ciudadanos, es cierto que durante 2016 Pedro Sánchez y Albert Rivera estuvieron en cierta sintonía, sin embargo, los números no daban sin el apoyo de UP. En cualquier caso, tras el 28 de abril, pudieron haber pactado, aunque ya no era el mismo escenario, el escoramiento a la derecha de Ciudadanos ha sido más que evidente tras los pactos con la extrema derecha postfranquista El partido naranja, que a priori se presentaba a sí misma como progresista ya no tiene una careta con la que convencer al votante centrista y moderado,

Desde mi punto de vista es el PSOE el que ha recogido el testigo del “Centro”, con propuestas económicas moderadas que están muy alejadas de ser revolucionarias, aunque con propuestas sociales muy importantes para el desarrollo de los derechos civiles, dignas incluso del anterior gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero.

La realidad es que nos encontramos en varias luchas entrelazadas, la primera es la que se da en las izquierdas, el objetivo de esta es la hegemonía.

La actitud de los partidos en la derecha es diferente, puesto que, al igual que deberían hacer los partidos progresistas, saben que deben actuar en bloque, tienen claro que el campo de batalla principal es por el gobierno y que no solo se juega en sus respectivos espectros.

La derecha como ya nos ha demostrado en las últimas elecciones se mantendrá unida siempre que den los números. ¿Por qué la izquierda no puede hacerlo? ¿No es más importante la gobernabilidad del país que los egos y las discrepancias entre los líderes políticos?

Este 10 de noviembre no solo nos jugamos unas elecciones, nos jugamos el futuro del país. España necesita reformas para garantizar ya no solo estabilidad política, sino que necesita recuperar los derechos perdidos durante la etapa de Rajoy además de afianzar las conquistas sociales que, aunque pocas, ha conseguido el gobierno salido de la moción de censura.

A quien considera que el entendimiento entre los partidos progresistas es inútil les recordamos que tanto PSOE como UP ya estuvieron colaborando y se vieron los fructíferos resultados a no mucho tardar, la pregunta es: ¿Por qué no iban a hacerlo ahora?

La lucha por la hegemonía debe pasar a un segundo plano, para ello los partidos y especialmente el PSOE debe renunciar al gobierno en solitario. La suma de proyectos y fuerzas es lo que transformará España y no un solo partido. El abandono de los gobiernos en solitario no debe verse como una pérdida de estabilidad, sino que debería afrontarse como una fuente de oportunidades en cuanto a propuestas y proyectos.

Si los partidos de izquierda no abandonan parte de sus posiciones y no hacen concesiones no van a tener nada que hacer frente a una derecha unida.

Por todo esto debemos concentrar el voto en los partidos progresistas, una amplia mayoría tanto en el Congreso como en el Senado es lo que podría forjar la coalición que necesitamos el 10N.

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1 COMENTARIO

  1. Autor del articulo, y tocayo: Me cuesta mucho creer, que tu realmente te creas lo que escribes. Y me cuesta creerlo, porque considero imposible que desconozcas el hecho de que los dos grandes partidos, poseen un trayectoria de corrupcion a lo largo de decadas, que ya de por si, autaticamente deberia inhabilitarles para ejercer ningun tipo de funcion publica. Y tambien me cuesta creer, que no veas lo evidente, o sea, otros tres hermanos pobres y hambirentos de corruptas prebendas, esgrimiendo ya sin disimulo esa arma cargada de futuro, llamada oportunismo. Tocayo, no tendras dos identidades escindidas como jekyll y hide, verdad.. por eso si que podria explicar, este extraño caso tuyo

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