La ciudad de Mariupol es una de las zonas más afectadas por la guerra en Ucrania. Varios miembros del personal de Médicos Sin Fronteras (MSF) están refugiados en la ciudad con sus familias. Uno de sus trabajadores ha relatado esta mañana lo siguiente:
«La situación es la misma que en los últimos días, pero esta noche los bombardeos han sido más fuertes y han sonado más cerca. Ayer recogimos nieve y agua de lluvia para poder beber. Hoy hemos intentado conseguir agua en las distribuciones, pero la cola era enorme. También intentamos conseguir pan, pero no hay claridad en cuanto al horario ni los lugares donde se distribuye. Según cuenta la gente, varias tiendas de alimentación han sido destruidas por los misiles y las cosas que podían salvarse fueron tomadas por personas desesperadas. Seguimos sin electricidad, ni agua, ni calefacción ni red de telefonía móvil. Nadie ha oído hablar aún de ninguna evacuación. Las farmacias no tienen medicamentos«.
Christine Jamet, directora de operaciones de MSF, pide que se establezcan vías seguras para que los civiles puedan salir de Mariupol, incluido el personal de MSF y sus familias. La población de Mariupol está atrapada en la ciudad. La guerra llegó allí tan repentinamente que muchas peersonas no pudieron ni siquiera huir.
«Los civiles no pueden quedar atrapados en una zona de guerra«, dijo Jamet. «Las personas que buscan seguridad tienen que poder ponerse a salvo, sin miedo sufrir los efectos de la violencia».