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Varios argumentos a favor de ‘Zorra’, una canción para la historia

El tema de Nebulossa elegido para representar a España en Eurovisión tiene mensaje, provocación, subversión, parodia y nostalgia por los ochenta

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análisis

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Tal como era de prever, Zorra, la canción que representará a España en Eurovisión, ha dividido a las dos Españas. A las nuevas generaciones de hoy, el tema de los valencianos Nebulossa puede parecerles una brutal transgresión, algo rompedor y subversivo, pero en realidad no inventa nada nuevo. Ya en los ochenta las vascas Vulpes se atrevieron con una letra aún más adelantada a su tiempo con aquel temazo de culto, Me gusta ser una zorra, que pasó a la historia del punk español.

Las Vulpes no tenían pelos en la lengua y se expresaban tal cual eran. “Nos gusta ser como somos y pensamos que a nadie debe escandalizar que digamos que nos masturbamos, porque eso es natural, eso lo hace todo el mundo. Es más fuerte poner películas violentas u obligar a niños a seguir determinado tipo de religión”, decía una de sus integrantes en una célebre entrevista. Ole sus coños morenos. Corría el año 83 y aquellas muchachitas de Bilbao, todas ellas “zorritas”, tal como constaba en sus nombres de guerra, pusieron el país patas arriba en el mítico programa de TVE Caja de Ritmos. El ABC pidió dimisiones en la cadena pública; el Partido Demócrata Popular (la democracia cristiana española hoy extinta) protestó por el videoclip y hasta el fiscal general del Estado presentó una querella por escándalo público. Todo se saldó con la dimisión del director del espacio musical, el gran Carlos Tena, y la clausura del programa. Las cositas de esa España nuestra siempre secuestrada por una derecha carpetovetónica, casposa y rancia.

Hoy la polémica retorna con fuerza de la mano de Nebulossa, una banda que ha visto el filón del morbo para reventar de éxito en el Benidorm Fest, antesala de la gala de Eurovisión. ¿Es la canción más apropiada? ¿Haremos el ridículo otra vez? En realidad, importa más bien poco. Hace tiempo que ese concurso hortera, neurotizado y friqui se ha convertido en una broma pesada más que en el certamen representativo de la música europea del momento. Quedémonos con los aspectos positivos de la canción. Para empezar, si ha logrado enervar a esa derechona mojigata siempre tan dispuesta a juzgar a los demás y tan indulgente con los pecados propios, a muchos demócratas ya nos representa. Solo por ver la cara de alguna que otra puritana escandalizada con el atracón de carne de esos dos querubines de látex elegidos para el cuerpo de baile (algo fofisanos, todo hay que decirlo) merecía la pena la experiencia. Más de una (y de uno) aún no se ha recuperado del soponcio de los dos culazos en tanga, en primer plano y en prime time. La caverna denuncia el trauma que esto ha supuesto para los niños, o sea aquello de no te lo perdonaré jamás, Manuela Carmena. Aunque siendo honestos, a esa hora los niños deben estar cenados, meados y acostados y no delante del televisor, si los padres son responsables.

Indudablemente, entre los puntos a favor de Zorra está el mensaje libertario que Nebulossa pretende lanzar a todas las mujeres del mundo, una propuesta contra la que ningún demócrata de verdad puede estar en contra. “Si salgo sola, soy la zorra / Si me divierto, la más zorra / Si alargo y se me hace de día / Soy más zorra todavía”. Todo un alegato que ya se ha convertido en el nuevo himno contra las ataduras del machismo patriarcal. Que tiemblen los hombres acomplejados de Abascal, porque cuando esta canción empiece a pegar fuerte en las discotecas no van a verle el pelo a sus señoras ni un solo sábado por la noche.

Siempre que se habla de feminismo, la rebeldía, la desobediencia, el empoderamiento contra el poder macho establecido y la provocación deben ser elementos esenciales. Y Zorra (insulto machista donde los haya, de ahí la parodia) tiene todos esos ingredientes y alguno más. Está claro que no es un dulce poema de Rigoberta Bandini, ni pretende serlo, pero es dinamita pura, corrosión pegadiza. Además, uno, que es un nostálgico de los ochenta, quiere ver un tímido homenaje a aquellos libertinos tiempos, a la new wave y la música disco, al glam y al tecno pop, a la Alaska y Dinarama de A quién le importa que contribuyó a la revolución sexual definitiva en este país. Lástima que ya no quede nada de aquella Olvido Gara licenciosa y provocativa de entonces, hoy engullida por la sombra de Mario Vaquerizo, ese conservador disfrazado de progre.

Por último, y no menos importante, está la historia humana de la pareja triunfadora, el dúo de electropop español (quizá mejor “pop petarda”) formado por María Mery Bas y el teclista Mark Dasousa. Que una pareja de maduritos unidos por el amor y la música pueda disfrutar del éxito ya en el crepúsculo de sus carreras resulta conmovedor. Y una lección para todos, ya que el éxito no se jubila nunca y puede llegar en cualquier momento. Mery posee ese aire de gran diva no ya de los ochenta, sino del vodevil de los años treinta. Su estilo garçón ambiguo y su melena platino nos trae aromas de Marlene Dietrich, de aquellos humeantes cabarets de la Europa de entreguerras en los que la promiscua e inconsciente felicidad convivía con la tragedia del odio nazi. Todo eso que hoy vuelve a estar tristemente de actualidad. “No tenemos veinte años. Me la suda todo”, asegura Mery, que hace gala de un carisma propio de las grandes estrellas ya consagradas.

“A mí me parece que el feminismo no solamente es justo, sino que es divertido; este tipo de provocaciones tienen que venir necesariamente de la cultura”, ha asegurado Pedro Sánchez siempre dispuesto a mojar en la salsa del escándalo por un puñado de votos y bendiciendo lo que va camino de ser el temazo del verano. Sin duda, a la “fachosfera” le hubiese gustado llevar el Cara al Sol a Eurovisión, tal como dice el presidente, de modo que si la canción escuece, misión cumplida.

Más que un grupo emergente, Nebulossa es un “grupo de emergencia”, como ellos mismos se definen. Al final, la banda ha pasado la censura previa de los prebostes televisivos de la siempre luterana Europa, muy tolerantes cuando se trata de blanquear a la genocida Israel pero muy estrecha de mente con la liberación sexual. Así que allá vamos Malmoe, prepárate para zorrear.

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3 COMENTARIOS

  1. La cancion es mala con coj.ones
    Y nunca mejor dicho eso de coj.ones jeje
    Si se sabe leer la letra si que es rebelde y feminista,pero poco mas.
    Y aquellos y aquellas que se rasgan las vestiduras por la cancion,mas vale que se las rasgaran por permitir que Israel participe y por doble motivo:uno,que Israel no es Europa por mucho judio sionista que haya y segundo,porque esta cometiendo genocidio y holocausto en directo contra los palestinos.

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