En el momento de dar comienzo a estas lineas me encuentro en el mediodía del 8 de Diciembre, Festividad Nacional (civil y religiosa) en España y Portugal, y en gran parte de las naciones hispanas americanas, siendo La Virgen de la Inmaculada Patrona de los pueblos hispanos, Patrona del Arma de Infantería, del Ejército de Tierra y de la Armada, de Instituciones Heráldico-Militares como La Real Maestranza y Festividad Solemne en el Calendario Litúrgico Católico, y de manera especial en el de la Historia Hispánica, como ahora explicaré para Diario 16.
Nos informan las crónicas que, el 7 de diciembre de 1585, el Tercio del Maestre de Campo Francisco Arias de Bobadilla (compuesto por unos cinco mil hombres) combatía durante la Guerra de los Ochenta Años en la Isla de Bommel, Países Bajos.
La situación era desesperada, militarmente hablando, para los Tercios Hispanos, debido a la escasez de víveres, provocada por el asedio de las tropas enemigas.
El enemigo propuso a las tropas hispanas la rendición, pero la respuesta fue clara:
«Los infantes españoles preferimos la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos».
La respuesta provocó que el pérfido comandante holandés diera la orden de abrir los diques para cercar a las tropas españolas, obligándoles a agruparse en la colina donde se alzaba la Iglesia de Empel; la derrota parecía segura.
Los españoles empezaron a cavar trincheras para defenderse y morir con honor, como era propio de su Juramento a Dios y a Los Tercios.
Durante esas labores, un simple soldado español encontró una tabla con una imagen de la Inmaculada Concepción, despreciada teológica y militarmente por los pérfidos protestantes holandeses (financiados por usureros de toda Europa) y los de toda Europa.
Aquel hallazgo fue interpretado por las tropas del Tercio Hispano como una señal del Cielo, de su Amada Madre, María.
Esa misma noche un viento gélido descendió sobre el Río Mosa y las aguas se congelaron. Este hecho, que los españoles consideraron milagroso, cambió completamente el signo de la batalla.
Los barcos holandeses tuvieron que retirarse para no quedar encallados en el hielo, y los españoles pudieron romper el cerco y lanzarse al ataque contra los rebeldes que huyeron despavoridos.
Se dice que el comandante holandés, atónito ante lo ocurrido, comentó:
«Tal parece que Dios es español al obrar tan grande milagro».
En 1644 el Rey Felipe IV proclamó el 8 de Diciembre Fiesta Nacional de Guardar en todos los dominios del Imperio Hispano, para rememorar tal hazaña.
El Papa Pío IX declaró la Inmaculada Concepción Dogma de la Santa Iglesia Católica.
Los pueblos hispanos en Europa y América, considerados histórica y teológicamente como Tierra de María, somos vanguardia en la Devoción y Culto Mariano, no hay más que ver las incontables capillas, cofradías y municipios con advocaciones marianas y en especial a la Inmaculada Concepción.
Pretender separar, y vaciar de contenido religioso verdadero, los acontecimientos históricos de los religiosos, no sólo es un mal para el Pueblo sino un error político y de gestión de los asuntos de la »Res Publica», sea Monarquía o no, sea conservadora, tradicional, liberal, socialista o comunista. La Historia confirma también este supuesto al que haremos mención, Dios mediante, en otro artículo y análisis para Diario 16.
