El universo camina hacia el caos, y el medio utilizado es el paso del tiempo. Si la teoría está completa en todos sus vértices y en todo su argumento, nada intercederá ni evitará la conclusión. Otra cosa serán las posibles desviaciones que traiga el futuro a toda teoría del caos, y por ello al posible acercamiento de la conclusión.
La cercanía de las próximas elecciones ha traído un caos grotesco, un alboroto ensordecedor por diferentes partidos políticos y diferentes políticos, con el único propósito de aturdir el pensamiento y desocuparnos de cualquier reflexión. Es fácil dar cuenta de ello en las diversas propuestas y en los discursos proféticos que procuran algunos líderes políticos.
En un país acostumbrado al escándalo y a toda clase de grotescos personajes, los que últimamente ha aparecido y seguirán apareciendo en la escena política, dando pie a toda clase de insensateces, de aborrecibles miserias, de proposiciones crueles, de fanatismos que rayan la criminalidad, puede parecer que todo ello no fuera más allá de producir en el ciudadano más que la contemplación de otros personajes del teatro absurdo de “esta España nuestra”; y sin embargo, despistará nuestra reflexión, nos desocupará del pensamiento, creeremos que nada de eso podrá llegar a darse, que toda intención de regresar a tiempos remotos es imposible, pero esos grotescos cómicos del absurdo innegociable irán arañando votos e introduciéndose en las mentes de otros iguales que creerán que si es posible, y usarán todas las trampas y crueldades viables para que se dé la posibilidad.
Poco a poco, el caos irá posicionándose para nublar el pensamiento de muchos ciudadanos. En las próximas semanas, los actos, las promesas y los discursos proféticos de muchos de esos actores, intentarán hilvanar la debilidad y la necesidad de todo ciudadano para componer en sus mentes un mañana diferente, y en ello, sopesarán que quizás, un país de armas en el bolsillo, de desestimar algunos derechos humanos, de quedar plegados a ciertos condicionamientos sociales, no sea tan caótico si a cambio queda abolida tanta debilidad y tanta necesidad económica.