Aznar ha entrado en campaña. Y lo ha hecho, cómo no, para aportar su contradictoria visión sobre ETA. El expresidente se ha sumado a las críticas por la inclusión de exetarras con delitos de sangre en las listas de Bildu, un asunto que le sirve para darle estopa a Pedro Sánchez pese a que el presidente del Gobierno no tiene nada que ver con ese tema. Bildu es un partido legal sin ninguna relación con el PSOE más allá de que ambas formaciones puedan votar a favor de las leyes que va proponiendo el Ejecutivo de coalición. Por si fuera poco, la Fiscalía acaba de archivar la denuncia por las candidaturas de los etarras. El fiscal jefe de la Audiencia Nacional afirma que tras revisar las sentencias no ve “circunstancia alguna” que impida a los militantes abertzales concurrir a las elecciones del próximo 28M. En todo caso estamos ante una cuestión ética o moral: la repugnancia que provoca en toda persona de bien que un exasesino a sueldo de la banda pueda llegar a ser concejal de su pueblo. Y tampoco da para mucho más la polémica después de que los propios interesados de Bildu hayan dicho que piensan renunciar a sus actas en el caso de que sean elegidos.
En los años 90 ETA existía y mataba
Pero Aznar siempre ha sido un político de brocha gorda y cómo iba a desperdiciar él la oportunidad de mojar en ese plato demagógico alimentado por el PP y Vox. En las últimas horas ha dado un paso más: sostiene que Pedro Sánchez está excarcelando etarras y acercándolos al País Vasco como pago a Bildu por mantenerle en la Moncloa. Una vez más, estamos ante la memoria selectiva del expresidente, que ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Con todos los gobiernos ha habido traslados de presos, tal como informaba ayer La Sexta. Con el Gobierno de Aznar, más de 400 presos etarras fueron acercados a Euskadi. Pero hay una gran diferencia entre hoy y los años 90: entonces ETA existía y mataba. De 1996 a 1999, ETA asesinó a 24 personas. El entonces ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, justificó los traslados por un “anhelo de paz”. Cómo han cambiado hoy los discursos. Qué raro suena hoy esa muletilla tan manida del PP: “Sánchez el traidor ha claudicado ante ETA”.
Aznar intentó negociar con la banda y su Gobierno llegó a conceder a los presos etarras beneficios penitenciarios. Eran los tiempos, ya olvidados, del “movimiento vasco de liberación”, tal como lo definió el propio Aznar.
ETA y el independentismo, las armas electorales del PP
El expresidente del Gobierno ha advertido de que, “tras la salida masiva de etarras” y “el blanqueamiento de Sortu y de Bildu”, el “precio siguiente” a pagar por el actual jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, para continuar gobernando, será una consulta sobre la independencia tanto en el País Vasco como en Cataluña.
“Hemos visto el pago de un precio a ese apoyo, por eso se elimina el delito de malversación, por eso se acepta el golpe de Estado, y hemos visto otro precio, el blanqueamiento de Sortu, de Bildu, y la entrega masiva de etarras y la salida masiva de etarras. ¿Cuál es el precio siguiente si ganase? Consultas. Si la coalición de gobierno continúa, el precio para que Sánchez siga en el Gobierno es una consulta en Cataluña y en el País Vasco”, asegura en un coloquio junto al alcalde de Madrid y candidato del PP a la reelección, José Luis Martínez-Almeida, según informa Europa Press.
Así, Aznar sostiene que “la única manera de evitar eso es un Gobierno fuerte del PP”, ya que “si prevalece” el Gobierno de Sánchez “quiere decir que se va hacia un proceso de cambio constitucional”. Además, afirma que “el PSOE de Sánchez solo puede estar en el Gobierno con el apoyo de separatistas catalanes y de terroristas de Sortu. Bildu, si no tiene ese apoyo no está en el Gobierno de España”, por lo que “Madrid no puede ser la capital de eso, de un residuo” cuando es “la expresión de la libertad, de la constitucionalidad”.
