El cuidado personal es un factor que ocupa un papel destacado en la rutina de belleza facial y corporal. El rostro muestra algunos signos visibles del paso de los años a través de las Arrugas de expresión.
Los gestos de la cara destacan por su alto valor expresivo en la comunicación que se desarrolla por medio del lenguaje no verbal. De hecho, este tipo de líneas suele formarse en torno a dos de las zonas más características del rostro: la sonrisa y la mirada (aunque también suelen aparecer en la frente).
Cómo influyen las líneas de expresión en la apariencia del rostro
Pueden tener una imagen muy marcada y, en consecuencia, aportan un aspecto más envejecido. Especialmente, cuando se forman de manera prematura como consecuencia de un estilo de vida condicionado por la presencia de variables negativas como el estrés, el tabaco, la falta de descanso o la exposición solar.
Además, ten en cuenta que pueden llegar a acentuarse todavía más con el paso del tiempo a partir de gestos repetidos que dejan su propia huella en la cara.
Una parte de la rutina de belleza suele tener un enfoque preventivo para potenciar la firmeza, la luminosidad, la juventud y la hidratación. Aunque actualmente también existen soluciones especializadas para mimar la piel en profundidad como muestran los tratamientos no quirúrgicos que son muy efectivos y poco invasivos. Son el reflejo evidente de la innovación existente en el sector de la belleza y la estética. Es decir, hay diferentes cuidados que ofrecen resultados visibles y no requieren de cirugía.
Tratamientos respaldados por la innovación tecnológica y el conocimiento especializado
Son tratamientos muy profesionales que están respaldados por un aspecto esencial: el criterio experto. El diagnóstico y el consejo especializado son decisivos, por otra parte, para tener expectativas realistas en torno a los resultados de un proceso concreto. Es decir, el cuidado facial siempre debe alinearse con la salud, la autoestima, el bienestar y la seguridad. Para ello, es fundamental atender las necesidades individuales de cada persona en el momento en el que se encuentra y las características concretas del tipo de piel analizado desde un punto de vista holístico (más allá de la edad).
Los tratamientos no invasivos no dejan en un segundo plano otros hábitos esenciales de la rutina diaria de belleza, sino que pueden complementar el cuidado personal a través de técnicas que aportan un extra de firmeza, resiliencia, luminosidad o tersura. Es decir, reducen de forma visible las arrugas marcadas. Como consecuencia de ello, mejora el aspecto del rostro y, en ocasiones, ese punto de inflexión también incide de manera positiva en el bienestar emocional de quien contempla su rostro en el espejo con un mayor grado de seguridad y autoconfianza.
Por lo tanto, son tratamientos que ofrecen resultados significativos a corto plazo por medio de un proceso sencillo (puesto que no requiere de cirugía). En consecuencia, la persona no tiene que hacer frente a un complejo proceso de recuperación ni experimenta grandes molestias durante los días posteriores.
