El magnate y «fliántropo» Bill Gates, ha afirmado esta semana ante la CNBC que la crisis que estamos sufriendo en Europa respecto al abastecimiento de energía «es buena a largo plazo», porque esto conllevará, entre otras cuestiones, que «la gente no querrá depender del gas ruso».
Gates señala que la gente, en general, fue muy optimista creyendo que la transición energética se llevaría a cabo de una manera rápida. Sin embargo, apuntó que el proceso se llegará a alcanzar en las próximas tres décadas.
En su intervención explicó que actualmente, mucha gente depende de las energías que consumimos, por lo que el cambio no puede hacerse de manera radical. Sin embargo, es necesario, apuntó, «un plan para acelerar el proceso».
Precisamente, al describir lo que Gates entiende por «su plan», señaló que las nuevas tecnologías que produzcan «energía limpia», deben desarrollarse de una manera justa, sin dejar por el camino a los países en vías de desarrollo. Por eso, considera que sería necesario «ayudar a las personas a adaptarse a las nuevas circunstancias, financiando a la industria».
Avances asombrosos y tendencias deprimentes
Gates también estuvo presente en la Cumbre sobre energía celebrada en Seattle esta semana, organizada por el fondo de riesgo de Gates, Breakthrough Energy.
En su intervención, Gates se centró en las inversiones prometedoras y en las tendencias que ha observado en la industria. Señaló que tanto él como otros inversores de su fondo, como Jeff Bezos, estaban preocupados cuando en 2015 consideraban que no había empresas en las que invertir, y, sin embargo, ahora, tienen ya a más 100 empresas que trabajan en el almacenamiento de energía de larga duración, alternativas a la carne, edificios eficientes, acero limpio y otros productos y medios para reducir las emisiones.
Según Gates, en su experiencia, ha visto cómo se están desarrollando «avances asombrosos», mientras se siguen produciendo «tendencias deprimentes».
