La Guardia Civil de Alicante ha informado de un presunto caso de violencia de género ocurrido en Orihuela Costa, en el que un hombre de 82 años ha sido detenido por la muerte de su esposa, una mujer de 76 años de nacionalidad británica. Según el informe preliminar, las lesiones de la víctima sugieren que fue atacada con un arma blanca.
Las autoridades recibieron notificación del incidente a las 7:40 horas de este viernes. El detenido es un hombre de 82 años de nacionalidad noruega. Hasta el momento, no se han registrado antecedentes de violencia de género entre la pareja. Si se confirma como un caso de violencia de género, esta sería la cuarta víctima mortal en la Comunitat Valenciana y la 45 en España este año, además de ser la 1.229 víctima desde que se tienen registros.
La lacra de la violencia de género
La violencia de género no tiene fronteras; afecta a mujeres jóvenes y mayores, y a parejas de todos los orígenes culturales y económicos. Es alarmante que, a pesar de las numerosas campañas de sensibilización y las leyes instauradas para combatirla, la violencia de género continúa siendo un problema crítico en España y en el mundo.
Recursos de Ayuda
Las víctimas de violencia machista deben saber que existen recursos disponibles para ellas. El número 016 proporciona asistencia en 52 idiomas diferentes y está disponible las 24 horas del día. Además, se puede contactar con el servicio a través de WhatsApp en el número 600 000 016, y los menores pueden comunicarse con el teléfono de la Fundación ANAR al 900 202 010.
En una situación de emergencia, imprescindible contactar inmediatamente con las autoridades llamando al 112, a la Policía Nacional (091) o a la Guardia Civil (062). La aplicación ‘Alertcops’ también permite enviar una señal de alerta a la policía con geolocalización.
Las llamadas al 016 no aparecen en la factura telefónica. Sin embargo, para garantizar la privacidad, se debe eliminar el número del registro de llamadas del dispositivo.
La persistencia de la violencia de género es una mancha en la conciencia colectiva. No es un problema aislado, sino un síntoma de una cultura más amplia de desigualdad y desempoderamiento de las mujeres. Cada caso es un grito urgente para intensificar nuestros esfuerzos en erradicar esta lacra social. Cada número en las estadísticas es una vida arrebatada, una familia destrozada y una comunidad traumatizada. Es responsabilidad de todos actuar ahora.
