Tal y como publicamos en Diario16, la Unión Europea sigue excluyendo a Estados Unidos de su lista de paraísos fiscales. Todo ello a pesar de que varios estados norteamericanos se han convertido en el refugio del dinero de las grandes fortunas y, junto a Emiratos Árabes, en el mayor centro de blanqueo de capitales del mundo.
El problema es que Estados Unidos está absorbiendo la riqueza de los países de Latinoamérica a través de un sistema con un nombre peculiar: el «Cóctel del Cowboy» que, en concreto, se refiere a las leyes de fideicomiso en Wyoming que permiten a los ricos del mundo moverse y gastar dinero en un secreto extraordinario, protegido por algunas de las leyes de privacidad más estrictas del mundo.
El Cóctel del Cowboy es esencialmente un juego de manos financiero. Por unos pocos cientos o miles de dólares, los administradores de dinero pueden establecer una empresa cuyos verdaderos propietarios permanecen ocultos. Por un precio un poco más alto, pueden establecer un fideicomiso que permita a sus beneficiarios controlar su dinero mientras aceptan la ficción legal de que no lo controlan, protegiendo los activos de los molestos acreedores, las fuerzas del orden público y los excónyuges.
El dinero de la corrupción y del delito
Líderes políticos, empresarios, grandes fortunas y organizaciones criminales latinoamericanas han encontrado en Estados Unidos un refugio perfecto para ocultar sus fortunas y los beneficios obtenidos gracias a la corrupción y el delito.
Esto tiene unas consecuencias muy graves porque el dinero conseguido de manera lícita rara vez se queda en los países latinoamericanos. Respecto al dinero ilícito, también huye hacia el norte donde es blanqueado, protegido y escondido. El secreto y el crimen son primos que se besan. Las leyes que envuelven los sistemas financieros en secreto, en el mejor de los casos protegen y en el peor apoyan la actividad delictiva.
El precio de la corrupción
Las Naciones Unidas estiman que se roban anualmente 2,6 billones de dólares a través de la corrupción y más de 1 billón se gasta en sobornos. Para poner eso en perspectiva, el presupuesto anual de ayuda exterior de Estados Unidos supone sólo 50.000 millones de dólares.
El precio es aún más alto cuando se consideran los costes colaterales.
El blanqueo de dinero permite a los funcionarios cleptocráticos solidificar su poder y hace que sus gobiernos sean menos vulnerables a las sanciones, extendiendo el reinado de dictaduras brutales y peligrosos estados parias.
Es más, los cleptócratas también dejan a sus países con escasez de efectivo e incapaces de brindar servicios básicos como educación, sanidad e infraestructuras. Estas condiciones a menudo impulsan el extremismo y el malestar.
