El horror de Bielorrusia se hace patente hasta en los Juegos Olímpicos. Mientras, aún es tímida la postura de la Unión Europea ante una dictadura justificada con elecciones amañadas. Pocos ciudadanos europeos tienen conciencia de lo que realmente ocurre en un país donde las torturas, la falta de libertad y la perversión hieren de muerte a la Democracia sin que parece que afecte mucho al resto del continente.
Así, las cosas, ayer apareció ahorcado un disidente, Vitally Shishov (el oído de la casa bielorrusa en Ukrania) . Es el hombre, según información facilitada a Diario16 por docentes universitarios bielorrusos, «que ayudó a nuestros refugiados políticos a establecerse en Ucrania».
Nadie cree que se ahorcara. Más bien que lo asesinaron los hombres de Aleksandr Lukashenko, presidente de la República de Bielorrusia. Mientras, muy lejos de este horror, en Tokio, una joven deportista trata de huir y buscar refugio en la embajada polaca.
Reacción del COI
De hecho, el Comité Olímpico Internacional (COI) está investigando las condiciones en las que Bielorrusia trató de forzar a la velocista Krystina Tsimanouskaya a regresar a su país, mientras la deportista espera viajar a Polonia, el país que está dispuesta a acogerla como refugiada.
La atleta mientras se encuentra en la Embajada polaca de Japón. A punto estuvo de no poder trasladarse a su refugio diplomático. El comité bielorruso trataba de forzar su repatriación, después de que miembros de su comité nacional la llevaran hasta el aeropuerto en contra de su voluntad para embarcarla en un avión de vuelta a su país. Un acto que ella calificó de «secuestro».
De haber tenido éxito, la joven deportista hoy estaría en un prisión en Bielorrusia con riesgo de aparecer muerta con apariencia de suicidio.
Cautela de Japón y el COI
El país centroeuropeo, que apoya a refugiados políticos bielorrusos y a la oposición democrática contra el régimen de Aleksander Lukashenko, fue el primero en ofrecerse a recibir a la atleta olímpica, mientras el Gobierno de Japón y el COI optaron por la cautela sin posicionarse claramente de su lado. Así, la diplomacia vuelve a perjudicar la acción de la defensa de los derechos humanos.
La portavoz de la Comisión Europea, Nabila Massrali, ya ha mostrado «la total solidaridad» de la UE con la atleta y elogiado a los Estados miembros que le ofrecieron apoyo.
Para Europa, el intento de repatriar la deportista a la fuerza supone «otro ejemplo de la brutalidad de la represión del régimen de Lukashenko, que golpea a todas las categorías de la sociedad bielorrusa, incluidos atletas, y no respeta ninguna tregua olímpica», según afirma Massrali.
En Bruxelas culpan a Putin, pero hay que admitir que nadie hace nada y son un pais independente. Se Les puede forzar a despedir a este subhumano sin utilizar ninguna fuerza. Lo saben en la ONU, allá por new york.