La mayoría de los compradores de vehículos de segunda mano están evitando adquirir coches eléctricos, optando en la mayoría de los casos por vehículos con motor de combustión. Los concesionarios principales a nivel europeo presentan los datos y apuntan a que esta tendencia no va en línea con los objetivos europeos de cara a reducir las emisiones del transporte por carretera, según ha publicado Euractiv.
En Alemania, que es el principal mercado de automóviles en la UE, los vehículos eléctricos usados representan el 1,58% de los registros de nuevos propietarios en el mes de noviembre de 2023. Aunque supone un aumento respecto al 1,23% registrado en 2022, es una subida demasiado modesta para el interés que tiene la UE en impulsar el uso de estos vehículos. Las asociaciones italianas y españolas sitúan las cifras por debajo del 1%.
Según Marcus Weller, del ZDK, grupo industrial que representa a los concesionarios de automóviles alemanes, «al observar estas cifras, surge la pregunta de si es posible hablar de un mercado real de automóviles eléctricos en este momento».
¿Qué factores influyen en los compradores a la hora de tomar las decisiones de compra en vehículos de segunda mano?
Los vendededores de automóviles, según Euractiv, señalan que son varios los factores que impulsan la «desgana de los consumidores» a la hora de acceder a vehículos eléctricos de segunda mano. En primer lugar, los precios, que siguen siendo más altos en los eléctricos que en los vehículos más antiguos de gasolina y diésel. La falta de infraestructuras de carga de baterías es otro factor determinante, así como la «persistente ansiedad sobre la autonomía de los coches con batería eléctrica».
Es una de las preocupaciones más habituales, puesto que los puntos de recarga no son todavía suficientes y el tiempo para dedicar tampoco resulta atractivo.
La rapidez en las mejoras deja en el camino a los vehículos usados
Señala la citada publicación que, si bien es cierto que se ha avanzado mucho en la tecnología de las baterías de los vehículos eléctricos que están saliendo ahora al mercado, cosa que calma los miedos sobre la autonomía y la pérdida de rendimiento, por otro lado, perjudica a los vehículos que ya estaban en el mercado, que son precisamente los que se ofrecen en la venta de segunda mano. Es decir, que los vehículos que salen ahora, ofrecen muchas mejoras en comparación con los que, a pesar de no tener tantos años, han quedado ya obsoletos.
«En los últimos años se han logrado avances considerables en el sector de las baterías en términos de densidad de energía, y por lo tanto, también de posibles mejoras en las autonomías», señala Weller. «Sin embargo, estos vehículos no estarán disponibles en el mercado de segunda mano hasta dentro de dos o tres años como poco. E incluso entonces, surgirá la pregunta de si los vehículos que salen al mercado son mucho mejores», añade.
Sensación de seguridad en la compra con los vehículos de gasolina y diésel
Desde la Asociación comercial que representa a los concesionarios de automóviles a nivel europeo, AECDR, Friedrich Trosse señala a Euractiv que los temores ante los vehículos eléctricos, empujan muchas veces a los compradores de segunda mano a adquirir vehículos de diésel o gasolina, por una cuestión de seguridad.
«La situación en toda Europa es más o menos la misma. Para decirlo claramente, es casi imposible vender vehículos eléctricos usados», ha afirmado el Secretario General de la organización.
«Hay un problema que viene del lado del fabricante: los coches eléctricos suelen estar en el segmento premium», apunta Trosse. «Específicamente, los coches pequeños, si existen, son increíblemente caros, mucho más caros que su alternativa de motor de combustión interna».
Estas circunstancias hacen que los objetivos que se había marcado la UE para hacer que los vehículos de cero emisiones sean más asequibles, no se puedan llevar a cabo como se esperaba.
El objetivo concreto era, para la UE, tener 30 millones de automóviles sin emisiones circulando por nuestras carreteras en el año 2030. Sin embargo, la falta de interés que se está evidenciando ante la compra de los primeros modelos de vehículos eléctricos, apunta Euractiv, «corre el riesgo de obstaculizar los objetivos de reducción de emisiones de transporte por carretera en la UE».
Sobre los objetivos marcados a nivel nacional, los expertos apuntan a que tampoco es realista plantearse los objetivos marcados en un primer momento. La decisión del gobierno alemán, por ejemplo, de eliminar el apoyo a la compra de vehículos eléctricos, ha sido muy criticada por los representantes de los concesionarios, que consideran que así será imposible alcanzar el objetivo de ventas marcado en 15 millones.
Precio asequible y puntos de recarga: objetivos a cumplir
«Se debe prestar más atención al estímulo de ventas de automóviles nuevos para vehículos eléctricos para que los 15 millones de vehículos que se espera tener en 2030 no desaparezcan completamente en el reino de los cuentos de hadas», ha advertido Weller.
Los defensores de la movilidad eléctrica, sin embargo, tienen otro punto de vista. Desde AVERE, el grupo con sede en Bruselas que aboga por esta movilidad de cero emisiones, cuestiona la versión presentada por los concesionarios de automóviles.
Euractiv recoge las declaraciones de Philippe Vangeel, secretario general de la organización, quien considera cuestionables las estadísticas sobre las ventas de vehículos de segunda mano, argumentando que los distintos métodos a la hora de contabilizarlos dependiendo del país, supone no tener datos realmente fiables.
«La presión sobre el meracdo de segunda mano es bastante grande en términos de demanda de vehículos eléctricos, y la gente realmente está buscando dónde encontrarlos», señala. Además afirma que el mercado de vehículos de segunda mano de motor diésel está reduciéndose.
Desde BEUC, la organización europea del consumidor, consideran que la compra de un vehículo pequeño eléctrico es la más sostenible desde el punto de vista financiero. Estudian los costes y los beneficios tanto a medio como a largo plazo y consideran que se trata de la opción más rentable.
Monique Goyens, directora general de BEUC, considera que «Al mismo tiempo, los grupos de consumidores no pretenden pasar por alto los problemas que enfrentan las personas al pasar a la conducción eléctrica. Para aquellos que dependen de un coche, cargar un vehículo eléctrico debe ser tan fácil como cargar uno de gasolina. Por eso aconsejamos a la UE que impulse más y mejores infraestructuras de carga, con métodos de pago sencillos y donde los precios también deberían ser fácilmente comparables por kilovatio hora”.
PUede consultar todo el informe realizado por BEUC pulsando aquí
