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El PSOE de Madrid presenta una moción de urgencia en defensa de los restos de brigadistas en Montecarmelo

Maroto destaca la importancia de respetar la memoria histórica y de proceder con la investigación arqueológica recomendada, en lugar de confiar en estudios preliminares basados en georradar, criticados por su falta de fiabilidad en este contexto específico

Eva Maldonado
Eva Maldonado
Redactora en Diario16, Asesora de la Presidencia de la Conferencia Eurocentroamericana.
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análisis

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A la preocupación y acción del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Madrid por el reconocimiento y la localización de los restos de los brigadistas internacionales, se suma ahora un nuevo capítulo. La portavoz socialista, Reyes Maroto, ha acusado directamente al delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, de intentar «dar carpetazo» rápidamente a la búsqueda de estos restos para avanzar con la construcción de una nueva instalación municipal en Montecarmelo. Según Maroto, esta acción no solo desatiende la memoria histórica, sino que además implica un gasto público cuestionable y un desinterés por el bienestar de los vecinos de la zona.

Maroto destaca la importancia de respetar la memoria histórica y de proceder con la investigación arqueológica recomendada, en lugar de confiar en estudios preliminares basados en georradar, criticados por su falta de fiabilidad en este contexto específico. Esta situación ha llevado al PSOE a registrar una moción de urgencia para el próximo Pleno de Fuencarral-El Pardo, con el objetivo de instar a la administración municipal a acelerar la concesión de la licencia necesaria para llevar a cabo la prospección arqueológica recomendada por el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática. La moción busca garantizar un proceso transparente y riguroso que pueda confirmar la presencia o ausencia de los restos de brigadistas en el terreno previsto para el nuevo cantón de limpieza.

Esta petición se enmarca en una disputa más amplia sobre el respeto y la preservación de la memoria histórica, evidenciando la tensión entre el desarrollo urbano y la necesidad de honrar el pasado de la ciudad. La insistencia de Maroto en respetar las recomendaciones de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento refleja una preocupación por la integridad del proceso y el reconocimiento adecuado de aquellos que lucharon por la democracia en España.

Con la acusación de Maroto hacia Carabante por su prisa en descartar la existencia de restos y su preferencia por proyectos municipales sobre la memoria histórica, se plantea un debate crítico sobre las prioridades de la administración municipal y la importancia de abordar adecuadamente las heridas del pasado.

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