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Pedro Sánchez y la rentabilidad política del victimismo narcisista

La trayectoria política del actual presidente del Gobierno ha estado basada en golpes de efecto y la aplicación del victimismo personalista como herramienta de afianzamiento en el liderazgo político, focalizando de este modo que su proyecto está basado en el personalismo y en nada más

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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análisis

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En estos cinco días en los que Pedro Sánchez ha abandonado sus responsabilidades de gobierno, es decir, su trabajo, éramos muchos los que, desde una posición no partidista dábamos por seguro que no iba a dimitir. La trayectoria política de Pedro Sánchez así lo indicaba y hubiera sido, por el bien de España, habernos equivocado. Sin embargo, el presidente del Gobierno no suele decepcionar.

La decisión final de Pedro Sánchez de no dimitir es una muestra más de cómo ha rentabilizado nuevamente el victimismo narcisista como herramienta política. Es su manual de supervivencia. Lo hizo cuando fue defenestrado en octubre de 2016 y lo ha vuelto a hacer hoy. Al menos, en su comparecencia desde la Moncloa, no ha fingido llantos y lágrimas, como en otras ocasiones.

Sánchez pensará que ese victimismo le fortalece cuando, en realidad, debilita aún más no sólo a su partido, sino también al gobierno. Si una simple apertura de diligencias previas ha conseguido quebrarle, ¿qué ocurriría si se hubiera dado una imputación o un procesamiento? ¿Dos semanas en vez de 5 días de reflexión? Esto no es serio.

Hace 8 años, en la revista mensual de Diario16, se publicó un análisis sobre las convergencias o similitudes entre el matrimonio Sánchez y el matrimonio Underwood de la serie House of Cards. Hoy se acumulan esos puntos de convergencia entre la realidad y la ficción.

La carta de Sánchez y los 5 días de reflexión no han sido más que una performance más del manual de resistencia de Pedro Sánchez. La decisión estaba tomada. No iba a abandonar el poder, pero necesitaba provocar una movilización personalista y presidencialista a su favor. Lo consiguió y en ese punto se ha apoyado para justificar su decisión final.

«Queremos agradecer de corazón las muestras de solidaridad y de empatía que hemos recibido, de todos los ámbitos sociales. Lógicamente, me van a permitir un agradecimiento especial a mi querido Partido Socialista. En todo caso, gracias a esa movilización social que ha influido decisivamente en mi reflexión y que vuelvo a agradecer», ha dicho Sánchez.

Eso demuestra que era lo que estaba buscando, igual que ocurrió en 2016 que derivó en la vuelta triunfal en aquel primer mitin en Xirivella que le aupó a ganar las primarias frente a Susana Díaz y Patxi López. Esa utilización del victimismo narcisista se pudo ver en aquella entrevista con Jordi Évole en la que acusó a determinados poderes empresariales y mediáticos (algunos le apoyan ahora) de haber precipitado su caída. Ahora es exactamente lo mismo.

Desde un punto de vista orgánico, Sánchez refuerza un liderazgo que ni siquiera estaba cuestionado, aunque ya comenzaba a generar dudas en algunas federaciones. Ahora se ha vuelto más intocable de lo que ya era. No hace falta generar un bulo para convertirse en enemigo. La mera crítica, aunque sea constructiva, se convertirá en causa de traición al líder.

Desde el punto de vista del gobierno es otra cosa. La decisión de Sánchez de no dimitir va a debilitar al Ejecutivo, salvo que, como ha afirmado, sea realmente un punto y aparte y proponga una crisis de gobierno histórica en la que el único superviviente dentro de la parte socialista. No hacerlo, dejará un gobierno mucho más débil de lo que ya es por el condicionamiento constante de una mayoría parlamentaria extremadamente débil.

Si toda esta performance tenía como objetivo el fortalecimiento de un proyecto presidencialista, habrá salvado su continuidad, pero el fracaso será terrible porque reforzará a la derecha y a la extrema derecha de cara una contienda electoral futura.

En otro orden, el «punto y aparte» que ha señalado Sánchez tiene que ser muy bien explicado, porque no se puede basar en una unidad de discurso en el que no exista la crítica o la investigación periodística que lleva al control del poder. Otra cosa es que se publiquen bulos o fake news. Sin embargo, ¿cómo se controla eso desde el Código Penal? Ya existen artículos que tratan sobre la injuria, la infamia y los delitos contra el honor.

Si el «punto y aparte» pasa por una regeneración democrática, ese proceso no se puede hacer sólo desde un lado ideológico, sino que ha de pasar irremediablemente por la transversalidad política. En consecuencia, se tiene que contar con el Partido Popular. Y eso, a día de hoy, es imposible porque el PP no ha admitido todavía los resultados electorales del 23 de julio de 2023 y que la democracia española es parlamentaria y no presidencialista.

Sin embargo, Pedro Sánchez sí que mantiene una visión presidencialista y personalista de la democracia. Hay que tener claro una cosa. Si hoy Sánchez hubiera dimitido, no estaba en peligro el gobierno de coalición porque, tras la tramitación parlamentaria y las consultas al Jefe del Estado, se podía investir a un nuevo presidente o presidenta. Por tanto, el mensaje que daban desde el PSOE de que sin Sánchez no había gobierno progresista es falso.

Lo mismo desde un punto de vista orgánico de los socialistas. El problema está en que Sánchez ha generado una estructura de poder basada en el personalismo y hoy ha vuelto a hacer un ejercicio del mismo.

La realidad es que Sánchez se ha contestado a sí mismo, a su propia carta. Ahora llega el momento de ver si las intenciones se convierten en hechos y él mismo se ha puesto un listón demasiado alto con la debilidad parlamentaria que tiene. Los métodos utilizados para reafirmarse, los de siempre.  

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4 COMENTARIOS

    • La alternativa es la MAFIA PP CON SUS FAKE NEWS SE INVENTAN DENUNCIAS FALSAS PARA ALCANZAR EL PODER Y ESTAFAR AL PUEBLO.
      ALGUIEN TENÍA QUE PARARLE LOS PIES A ESTOS RASTREROS FABRICANTES DE NOTICIAS FALSAS.
      QUE ATAQUEN A PEDRO SANCHEZ (COMO POLITICO) PERO QUE DEJEN EN PAZ A SU FAMILIA.

  1. Sr Jose Antonio:
    ¿hacerce la victima?NO!! ser victima,ojala que usted como director de una prensa no pase por los mismo.Pienselo,sientalo.
    En el cargo y el sueldo de un presidente de gobierno va la confrontacion politica,pero con el cargo de presidente no va que una presidenta de una comunidad le llame hijo de puta en publico, como no va en el sueldo suyo como director de Diario16 que se lo llamen publicamente a usted,tampoco que se utilice malas artes destructivas atacando al suegro,al hermano,a su esposa con mentiras,bulos y sin pruebas¿Quiero eso para usted?
    Pedro Sanchez ha pasado y pasa por un mal momento emocional que es tan malo como un mal momento fisico¿Le hubiera parecido mejor que hubiera estado 4 dias retirado de la vida publica por haber tenido un infarto?
    Si en vez de ser un democrata,es un dictador,usted estaria ya «purgado»..ojo,que si gobierna PP-vox,usted no se librara de serlo.

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