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Feijóo amenazó a Rajoy para evitar que «los catalanes» se quedaran con las cajas gallegas

En concreto, le dijo a Mariano Rajoy que, si La Caixa pasaba a controlar Nova Caixa Galicia, él no se volvería a presentar a las elecciones porque la venta a los catalanes suponía una humillación “nacional” y que, en cualquier caso, el venezolano Escotet se había comprometido a mantener la sede central en La Coruña

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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análisis

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Una de las acusaciones más rastreras que Alberto Núñez Feijóo fue que Pedro Sánchez había sido culpeble de la quiebra de Cajamadrid por haber sido miembro de la Asamblea de la caja de ahorros. Esto es falso y, además, Feijóo calló sobre su papel en la venta a un banquero extranjero de la entidad financiera gallega nacida de la fusión de Caixa Galicia y Caixanova.

Nova Caixa Galicia (NCG) fue vendida a Banesco, propiedad del venezolano Juan Carlos Escotet, en uno de los mayores pelotazos que el sector financiero español ha vivido en los últimos años.

En concreto, Escotet puso sólo 400 millones que se trajo de la matriz Banesco, radicada en Venezuela, con actividades en el Caribe y en Florida y se quedó una entidad que había recibido 9.000 millones, que se volatilizaron, y traspasado más de 5.000 millones a la SAREB, con unos activos fiscales a su favor valorados en 2.300 millones de euros. Con sólo un par de movimientos y ajustes contables, obtuvo en cuestión de meses 2.700 millones.

Lo que resultó más sorprendente es que en la carrera por NCG participaron, según el FROB, las entidades españolas más importantes. ¿Solamente Escotet se dio cuenta del «chollo» que encubría la operación?

Con independencia de lo que pasara en otros casos en los que se desconoce, por la complejidad de los mecanismos utilizados, en cuánto se han beneficiado los compradores de los fondos que todos los españoles pagaron con dinero público, en este caso la operación aparece transparente a los medios de comunicación y a la opinión pública sólo un año después de anunciarse.

Feijóo no quería a «los catalanes»

Fuentes cercanas a la entidad gallega indicaron que varios ejecutivos de La Caixa habían llegado en noviembre de 2013 para «tomar posesión» de su conquista. No era ningún secreto que Isidro Fainé quería conquistar Galicia y, aprovechando las ingentes ayudas prestadas por el Estado, sanear su balance y despejar su futuro.

En ese momento ya existía cierta desconfianza del PP hacia la entidad catalana aunque ello no parecía suponer un problema. Fue en ese instante en el que, casualmente, apareció Escotet pero en el sector financiero nadie daba un duro por el venezolano.

Además, en aquel año, procesado el ex presidente de la Caja del Sur de Galicia, Julio Gayoso, por aparentes irregularidades en la fijación de la retribución de los ejecutivos, el Gobierno del PP y algunos políticos de la oposición temían en qué manos pudiese caer NCG.

Las mismas fuentes señalan extrañas operaciones que tenían su origen en Caixa Galicia y de la que habían sido beneficiarios todos los partidos políticos, especialmente el PP, pero también todos los que tocaban poder en aquel momento, municipal, provincial o autonómico, es decir Bloque Nacionalista Galego y PSdeG-PSOE. Al presidente de Caixa Galicia se le cubrió con el manto de indiferencia y con un plan de pensiones de 16 millones de euros y de él nunca más se supo. ¿Se acuerdan de cómo se llamaba?

Extraoficialmente, desde el gobierno gallego negaron esta razón para justificar que La Caixa estuviera «tomando posesión» de la entidad gallega, aunque no fuese la adjudicataria, sino que, en realidad, se trató de un pulso por el poder entre Alberto Núñez Feijoo y Luis de Guindos.

La amenaza a Rajoy

El actual candidato del Partido Popular a la Presidencia del Gobierno, según señalan las mismas fuentes, le dijo a Mariano Rajoy que si La Caixa pasaba a controlar NCG, él no se volvería a presentar a las elecciones porque la venta a los catalanes suponía una humillación «nacional» y que, en cualquier caso, Escotet se había comprometido a mantener La Coruña como centro de decisión.

Finalmente, el Banco de España, a través de su vicepresidente Fernando Restoy, muñidor de operaciones varias como la posible fusión de Banco Popular con el Santander, cedió y entregó NGG a Escotet.

Sea por un motivo, muy sórdido el primero, muy político el segundo, el resultado final es la demencial transferencia de riqueza que el PP permitió desde el Estado al ya de por sí elevado patrimonio de Juan Carlos Escotet, el que fuera el banquero de pro en la Venezuela chavista.

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