En un contexto político donde la estabilidad y el diálogo son fundamentales para el bienestar de España, el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, busca una reunión con el presidente del Gobierno en funciones y líder del PSOE, Pedro Sánchez, para evitar lo que él mismo denomina «bloqueo» e «ingobernabilidad» en el país. Sin embargo, al analizar la situación con mayor profundidad, es preciso reflexionar sobre el papel que el PP y Feijóo han desempeñado en la política española y cómo han contribuido al estancamiento institucional siempre que han podido y con especial mención, en la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
Feijóo, haciendo uso de una retórica hasta irritante, afirma que España no se merece una situación ingobernable, olvida mencionar que su propio partido ha sido un factor determinante en la falta de avances para la renovación del CGPJ durante los últimos cinco años. El PP ha obstaculizado el proceso, generando una parálisis institucional que ha afectado negativamente la independencia y el correcto funcionamiento del poder judicial. Esta situación ha sido señalada por diversos organismos y entidades internacionales que han alertado sobre la necesidad de resolver esta cuestión.
La apelación de Feijóo al «diálogo responsable» resulta cuestionable cuando su partido ha demostrado una postura cerrada y poco dispuesta a llegar a acuerdos con el gobierno de coalición liderado por el PSOE. En lugar de buscar consensos y soluciones a los desafíos que enfrentaba España, el PP ha preferido el bloqueo y la confrontación, generando un clima de polarización que perjudica a la sociedad en su conjunto.
Durante esta legislatura, el Partido Popular ha llevado a cabo una oposición irresponsable y obstruccionista, diciendo «no» sistemáticamente a todas las propuestas del Gobierno, incluso en los momentos más difíciles que ha atravesado España, durante la pandemia, los populares manifestaron una ausencia absoluta de sentido de Estado. En lugar de mostrar un compromiso con el bienestar de la ciudadanía y colaborar en la búsqueda de soluciones, el PP siempre ha optado por una estrategia de bloqueo, votando en contra de medidas que suponían avances y progreso para el país. Esta actitud intransigente y cortoplacista contrasta frontalmente con su llamamiento actual al diálogo y la responsabilidad con el PSOE.
Es significativo también que Feijóo destaque el respaldo ciudadano obtenido por el PP en las últimas elecciones generales. No obstante, el sistema democrático no se limita a la mera suma de escaños, sino que implica la búsqueda de acuerdos y la capacidad de construir mayorías parlamentarias que permitan avanzar en beneficio de la ciudadanía.
Resulta paradójico que el líder del PP pida que gobierne la lista más votada, considerando que su partido, tras las elecciones de mayo, ha llegado a acuerdos con la extrema derecha de Vox para gobernar en territorios donde el PSOE había sido la lista más votada.
En contraste, el presidente en funciones, Pedro Sánchez, ha demostrado su disposición al diálogo y la búsqueda de consensos a lo largo de su mandato. Su gobierno de coalición, aunque complejo, ha trabajado para enfrentar los retos del país y atender las demandas de la ciudadanía en diversos ámbitos. A pesar de las diferencias ideológicas, el PSOE ha buscado mantener un clima de diálogo y entendimiento en el marco de la democracia.
