Ha sido un fin de semana emocionante, o quizá más frenético que emocionante. Los muros de Bakú siempre hacen que sucedan cosas interesantes.
Duele un poco ver a Charles Leclerc hacer pole tras pole y ver que su Ferrari en carrera no está a la altura y no aguanta.
Los Mercedes tampoco han logrado brillar en el Gran Premio de Azerbaiyán 2023; a pesar de algunos destellos de genialidad por parte de Russell.
Y Fernando Alonso ha conseguido lo máximo que se podía conseguir dadas las circunstancias.
Pero todo lo anterior era nada porque se trataba de una GUERRA CIVIL EN RED BULL. El altivo y cada vez más engreído, o al menos esa es la sensación que transmite: Max Verstappen, y el grandísimo y mucho más humano: Checo Pérez.
Checo Pérez ganó la carrera Sprint, pero salía tercero en la Gran Carrera…
Es evidente que los dioses estaban mirando lo que sucedía en Bakú. A los dioses, y a muchísimos espectadores, Pérez les caía mucho más simpático que Max. Y por una vez la suerte jugó a favor del piloto mexicano.
Pero desde aquí creemos que Checo habría pasado a Max en pista si no hubiese salido ese safety car (seiftikar ;).
Amén de los dioses y la buena suerte y demás cosas intangibles que digamos, estaba LA VOLUNTAD DE CHECO PÉREZ. Checo Pérez tenía la voluntad de ganar a Max en Bakú a cualquier precio, porque es un circuito que se le da muchísimo mejor que al holandés, porque el año pasado ya aguantó muchas impertinencias del hijo de Jos y se tragó la increíble descortesía de pedir un favor y que le fuese negado. Checo habría pasado a Max en pista. Eso es lo que desde las Almas y la Fórmula 1 creemos.
Porque quería, porque se lo merecía. Y también porque la FIA está dispuesta a parar a Red Bull a cualquier precio para que no les arruine el espectáculo del campeonato Mundial de Fórmula 1, y el único modo que tiene Red Bull de sobrevivir es que haya auténtica lucha entre sus dos pilotos.
Por supuesto harán cuantas triquiñuelas puedan para favorecer a Max, al cabo es el súper favorito de los patrones, pero ¡señoras y señores! Checo Pérez está enorme, está lleno de ganas, y todos podemos soñar con verlo convertido en campeón del mundo de Fórmula 1 este año.
Tigre Tigre
