domingo, 28abril, 2024
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Hermanos de ácido

L. Jonás Vega Velasco
L. Jonás Vega Velasco
Natural de La Adrada, Villa abulense cuya mera cita debería ser suficiente para despertar en el lector la certeza de un inapelable respeto histórico; los casi cuarenta años que en principio enmarcan las vivencias de Jonás VEGAS transcurren inexorablemente vinculados al que en definitiva es su pueblo. Prueba de ello es el escaso tiempo que ha pasado fuera del mismo. Así, el periodo definido en el intervalo que enmarca su proceso formativo todo él bajo los auspicios de la que ha sido su segundo hogar, la Universidad de Salamanca; vienen tan solo a suponer una breve pausa en tanto que el retorno a aquello que en definitiva le es conocido parece obligado una vez finalizada, si es que tal cosa es posible, la pausa formativa que objetivamente conduce sus pasos a través de la Pedagogía, especialmente en materias como la Filosofía y la Historia. Retornado en cuanto le es posible, la presencia de aquello que le es propio se muestra de manera indiscutible. En consecuencia, decide dar el salto desde la Política Orgánica. Se presenta a las elecciones municipales, obteniendo la satisfacción de saberse digno de la confianza de sus vecinos, los cuales expresan esta confianza promoviéndole para que forme parte del Gobierno de su Villa de La Adrada. En la actualidad, compagina su profesión en el marco de la empresa privada, con sus aportaciones en el terreno de la investigación y la documentación, los cuales le proporcionan grandes satisfacciones, como prueba la gran acogida que en general tienen las aportaciones que como analista y articulista son periódicamente recogidas por publicaciones de la más diversa índole. Hoy por hoy, compagina varias actividades, destacando entre ellas su clara apuesta en el campo del análisis político, dentro del cual podemos definir como muestra más interesante la participación que en Radio Gredos Sur lleva a cabo. Así, como director del programa “Ecos de la Caverna”, ha protagonizado algunos momentos dignos de mención al conversar con personas de la talla de Dª Pilar MANJÓN. Conversaciones como ésta, y otras sin duda de parecido nivel o prestigio, justifican la marcada longevidad del programa, que va ya por su noveno año de emisión continuada. Además, dentro de ese mismo medio, dirige y presenta CONTRAPUNTO, espacio de referencia para todo melómano que esté especialmente interesado no solo en la música, sino en todos los componentes que conforman la Musicología. La labor pedagógica, y la conformación de diversos blogs especializados, consolidan finalmente la actividad de nuestro protagonista.
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análisis

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Perteneciente, siquiera por una mera cuestión cronológica, a una generación dotada de aparente flexibilidad en lo tocante a la valoración de los factores llamados a considerar la fuerza de determinadas relaciones; confieso que a estas alturas me resulta muy complicado entender los flujos y reflujos que, a modo de mareas, han podido influir a la hora de pergeñar la relación que de manera tan específica define a los que hoy he decido erigir en protagonistas de mi devaneo.

Inmerso en las disquisiciones propias de una generación que fundamenta la intensidad de sus debates no tanto en la fuerza de sus argumentos, como sí más bien en la estridencia de los maullidos por algunos emitidos, lo ciertos es que cuestiones que en cualquier otro lugar podrían darse por sentadas, aquí han de ser necesariamente explicadas. Así, a pesar de que el fenómeno de la postmodernidad hace años que irrumpió con fuerza dotando de valor afirmaciones del tipo de uno no es de donde nace, sino de donde pace, otras si cabe más altisonantes tales como las llamadas a encumbrar las relaciones de amistad por encima de las filiales ganaron terreno; creo yo que no por su valor esencial, como sí más bien por la constatada certeza de que cuando una sociedad se siente débil, lanzar dentelladas para destruir, resulta mucho más sencillo que esforzarse en construir. 

Es desde tal relato, que me siento hoy en la obligación de traer a colación el fenómeno histórico de los “Hermanos de Leche”.

Fenómeno de amplia radicación, se trata de uno de los hechos más refrendados en la historia, hasta el punto de que su reconocimiento en múltiples lugares, a la sazón casi tantos como en épocas, nos lleva a poder afirmarlo como uno de esos hitos destinados a hacer comprensibles sucesos y constataciones de otro modo difícilmente explicitables.

Viene a ser, a título explicativo, el hecho llamado a acontecer cuando una mujer, generalmente primeriza, constaba que tras haber dado a luz su cuerpo no había sido capaz de generar los protocolos biológicos destinados a facultar para la lactancia.

El hecho, cuyas consecuencias son fácilmente previsibles sobre todo si ocurría en una familia de clase humilde, tenía no obstante y como casi siempre, distinta solución de suceder en una familia digamos, con poderío. Era en ese caso cuando se hacía necesaria la asistencia de una Ama de Cría. Venía a ser tal figura la desempeñada por una mujer, de extracción social generalmente inferior a la de la demandante del servicio; que debido a su mayor fertilidad tenía su cuerpo capacitado para proveer en épocas de lactancia de una cantidad tal de alimento como para satisfacer las demandas alimenticias de su hijo, y del infante cuya madre no podía así mismo proveer.

No ha de resultar ahora complicado comprender la relación que entre esos infantes estaba llamada a producirse. En adelante conocidos ya fuera de manera categórica o en silencio como Hermanos de leche, la relación que entre ellos se había gestado además de eterna, era en muchos casos mucho más intensa que la llamada a producirse entre los naturales o “Hermanos de Sangre”, hecho que se muestra ante nosotros en toda su magnitud cuando comprobamos que no en vano la sabia naturaleza está acostumbrada a hacer de la necesidad virtud.

Sin embargo y con todo, no podemos ni debemos obviar uno de los hechos superficialmente esgrimidos, y que ahora ha de aflorar en toda su extensión como es el hecho de la diferencia social existente entre los protagonistas de nuestra historia, o de las que en el pasado la facultan. Porque si bien es cierto que en de niños es fácil enjugar las diferencias de rango o pertenencia, la propia naturaleza de las mismas las lleva a tornarse en ostensibles a medida que el paso del tiempo lleva a cabo su labor. Es entonces cuando lo que antes unía ahora separa, y cuando, de manera que ese origen común, hasta ahora celebrado, termina por mostrar su cara más amarga, tornando en irrecuperable una relación tantas veces jurada por eterna.

Es así que Albert RIVERA y Pablo IGLESIAS son HERMANOS DE ÁCIDO.

Criados ambos a los pechos de una sociedad cuyas capacidades democráticas estaban ostentosamente deterioradas, ambos sustituyeron el natural alimento, por otro es este caso procedente de fuentes mucho más amargas, destinado a conferir en ambos una suerte de frustración que acabó por tornar en destructivos esfuerzos otrora tenidos por constructivos.

Siendo ambos resultados coherentes de lo que como no puede decirse de otro modo habremos de definir como el tiempo que les es dado en tener como propio; no es menos cierto que ese momento es tan específico, como crítico; pues a nadie con visos objetivos se le escapará el dato constatable según el cual IGLESIAS y RIVERA son el fruto no tanto de una acción, como sí más bien de una reacción.

Surgidos cuando no brotados de una realidad democráticamente recalentada, ambos protagonistas lo son debiendo mucho, si no todo su prestigio; a un discurso entrañable cuando no populista, que de haber acontecido en cualquier otro momento no sólo no hubiera germinado, sino que su recuerdo, de existir, quedaría relegado a los catálogos de colección de coleccionistas y amantes de lo extraño.

No obstante, y a las pruebas me remito, algo habrán hecho bien toda vez que ambos no sólo sobreviven, sino que abiertamente se reparten ese espectro no sé si ideológico o de mero acaparamiento de electores que en un país aún hoy poco desarrollado en ciertos protocolos democráticos en otros lugares mucho más practicados, parecen reducir su papel a evitar que otros consigan la ansiada mayoría absoluta.

Con todo y con eso, muchos son sus parecidos, y otros se intensifican o les vienen dados cuando, por ejemplo, la evolución electoral los pone a prueba obligándoles a desempeñar papeles de responsabilidad inequívoca, y de cuya superación, a modo de prueba o examen, dependerá en gran parte su propia supervivencia. Será en el desempeño de esos papeles, o más concretamente en el de las expectativas que les son atribuidas, donde sus déficits más evidentes resulten.

La causa es evidente: Ambos, y a la sazón sus estructuras, son el resultado de una reacción. Ambos surgieron alimentando su espíritu fundacional sabiendo en todo momento lo que no hay que hacer; y superado ese momento, la misma sociedad que vio cómo para eso eran muy útiles, hoy le exige algo más. Un algo más que marca la diferencia, un algo más que en términos cuantitativos sirve para comprender lo mucho que ha cambiado España, y sobre todo sus necesidades políticas, y que hace imposible que los que entonces hicieron fortuna como picapedreros, aspiren hoy a pasar por Maestros Constructores sin cambiar ni tan siquiera la herramienta.

En medio, como siempre, los ciudadanos. Angustiados primeros, saciados después, la mayoría estamos a estas alturas muy cansados de ejercer esa vertiente de electores a la que los usos electorales nos arrojaban hasta hace poco, periódicamente; para hacerlo hoy de una manera en el fondo degenerada, en tanto que la falta de respeto con la que se mueven nuestros representantes queda escenificada en el hecho de que ahora con tanta frecuencia nos obliguen a refrendar, unas veces a ellos, y otras, en el peor de los casos, a su ausencia de competencias.

Sea como fuere, IGLESIAS y RIVERA, PODEMOS y CIUDADANOS, se mueven en esa simetría que proporciona el saberse equidistantes a un centro una vez se ha definido un intervalo. Pero que no se confundan ya que si esa posición puede parecer cómoda en el desarrollo de una Ciencia Exacta, se torna absolutamente imposible de sostener en el contexto de un ejercicio como es el propio de la Política, en el que tan importante como llegar, resulta poder decir a ciencia cierta y sin el menor género de dudas si lo has hecho procedente de la izquierda, o de la derecha.

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3 COMENTARIOS

  1. ls hechos y las vivencias no son tan importantes como el caracter y el contexto .
    ya qe si no no evolucionariamos ni podsriamos cambiar
    Un hecho doloroso en una persona buena hace qe quiera ayudar a ls demas y cambiar el mundo
    en una persona mala aprovecharse y repetirlo a su favor

  2. C,s elque supuestamente está viviendo en las zona más cara de Madrid con vecinos estrellas del futvol y como lomima la prensa Los. Ni-?ñ¤-? $ ? -v ¤-¿ni ¿-t¤-?$

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