domingo, 28abril, 2024
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La bomba atómica humana ya estalló

Millones de migrantes clandestinos entran cada año de forma irregular el imperio más poderoso del planeta

Carlos de Urabá
Carlos de Urabá
Escritor y documentalista de origen colombiano
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análisis

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En nuestro planeta estamos experimentando en estas primeras décadas del siglo XXI el éxodo de millones de parias tanto de América Latina, África o Asia con destino Norteamérica o Europa. Su misión es dirigirse a la otra orilla del Mediterráneo o del río Bravo que marca la frontera entre los EEUU y México. Y es que esa famélica legión de desheredados también reclama el derecho a participar en el gran banquete capitalista. El Tercer Mundo se ha amotinado. El verbo que más se conjuga es el ir en su tiempo presente: “me voy” en singular o en plural “nos vamos” porque la decisión no es individual sino colectiva, ya sea junto a su esposa e hijos o familiares y amigos.

En principio, los candidatos, sin importar su raza, sexo o religión, son generalmente jóvenes entre los 12 y 35 años. Eso significa que participan también menores de edad, muchos de los cuales no tienen familia o son huérfanos. Este es el resultado de la desestructuración social que sufren nuestros pueblos, que no ha dejado otra opción que escapar en busca de la tierra prometida.

No hay obstáculo ni ejércitos que detengan esta estampida humana procedente de México, Centroamérica, de Suramérica, del Caribe, de África o de Asia. “Me voy” porque no aguanto más tanta humillación, es un dolor insoportable el saberse perdedores. La sentencia es inapelable. Abatidos y psicológicamente destrozados solo encuentran el consuelo en las drogas y el alcohol. Les han negado el derecho al futuro y no hay ninguna oportunidad ni esperanza de progresar; desempleados, dedicados a la economía informal, sin seguridad social, sin prestaciones ni jubilación; pasa el tiempo y van envejeciendo y lo más crítico es que a partir de cierta edad se les considera inútiles. Carecen de estudios superiores y apenas saben leer y escribir porque no son más que siervos sin tierra o lacayos de un patrón.

A esto hay que sumarle las consecuencias del cambio climático, la sequía severa o las lluvias torrenciales, la hambruna o las enfermedades o el desplazamiento forzado. Definitivamente, les han caído las siete plagas de Egipto. En una tierra estéril, el campesinado agoniza y no le queda más remedio que migrar a las grandes urbes (como primera fase) para después embarcarse al extranjero.

El efecto llamada que se trasmite por la televisión, internet o los teléfonos celulares es el cordón umbilical que nos conecta con el mítico Disneyworld donde todo lo que brilla es oro. En el imperio capitalista cualquier ciudadano trabajando fuerte puede en un corto espacio de tiempo convertirse en multimillonario. Nuestros cerebros están dolarizados y hambrientos de consumismo. La revolución se ha convertido en migración, millones de migrantes que se niegan a luchar por cambiar el destino de su patria.

Éxodo a Estados Unidos. Tapachula, México | Foto: Carlos de Urabá

Porque ya es la hora de liberarse del yugo embrutecedor al que durante siglos los sometieron. Nadie se resigna a su suerte y ya nadie se cree esas falsas promesas redención que tanto pregona el poder establecido. Así que a quemar las naves y vender todas las propiedades o las pertenencias; el carro, la moto, el televisor, la nevera, el ventilador o la hornilla, etc., o lo que sea. Además de contar con un buen fiador que los respalde para empeñarse con los prestamistas y usureros que a cambio les proveerán de las divisas necesarias para su bolsa de viaje. Luego una vez que logren cruzar la raya y empiecen a cobrar sus sueldos en EEUU o Canadá tendrán que pagar con altos intereses de las deudas. Este es el sistema vigente y hay que acatarlo al pie de la letra.

Prohibido ser pobres

¡Prohibido ser pobres! Así que a echarse la mochila al hombro y adelante, no importa si tienen que irse sin papeles, a pie, en el tren “La Bestia”, en autostop, camión o en el remolque de los tráilers y siempre esquivando a la policía o a los militares en los retenes donde los detienen y les obligan a pagar los sobornos o les roban el dinero. En esta diabólica aventura los clandestinos apuestan la vida y si pierden no importa porque de hecho ya están muertos.

La propaganda que transmite el imperialismo capitalista a través de los medios de comunicación de masas es demoledora. La antorcha de la estatua de la libertad guía su camino. Esas alucinaciones y espejismos son como un imán que atrae a una juventud que ha perdido la fe en la tierra que los vio nacer. Se sienten traicionados y excluidos, y su sueño revolucionario es el sueño americano.

“Papá, mamá, la bendición porque me voy. Esta es una puerca vida donde no hay más que violencia, abusos e injusticias”. Y sin paz ni seguridad están condenados al exilio político y económico. Lo cierto es que los desterrados firman un pacto de sangre con sus familiares mediante el cual se comprometen a enviarles cumplidamente las remesas en dólares para su sostenimiento.

Pero no solo los más fuertes se atreven a afrontar esta peligrosa travesía sino también y, aunque parezca mentira, madres embarazadas, paralíticos, enfermos y hasta niños y ancianos. Y encima aparte de soportar el hambre, el cansancio, las enfermedades o las inclemencias del tiempo corren el riesgo de caer en las garras de las maras y los carteles delincuenciales. Porque en el momento menos pensado los atracan, secuestran, los esclavizan, los usan de “mulas” o por puro sadismo los asesinan. ¿Quién puede detener el éxodo bíblico que amenaza con invadir el imperio yanqui? Donald Trump prometió que “si gana la presidencia en el 2024 utilizará todos los recursos estatales, locales, federales y militares necesarios para llevar a cabo la mayor operación de deportación nacional en la historia de EEUU”.

“No tenemos elección. Se aplicará un considerable aumento de la patrulla fronteriza y un colosal enrolamiento en la cantidad de oficiales de deportación del ICE (Inmigración y Control de Aduanas)”. Además, pedirá a todas las agencias estatales y federales que identifiquen a todos los pandilleros conocidos o sospechosos en EE.UU y a todos los que entran ilegalmente para poder expulsarlos”. Es un hecho la reactivación de la construcción del muro hoy ralentizada por Biden, y para hacerlo aún más infranqueable será rematado con enjambres de alambres de púas y concertinas.

Border Patrol controlando las carreteras de California | Foto: Carlos de Urabá

Fruto del crecimiento demográfico desaforado -las llamadas por los supremacistas blancos: “razas inferiores”- pretenden “vilmente” contaminar a la raza superior anglosajona. Los WASP (White Anglo-Saxon and Protestant) se sienten amenazados por esta “plaga de alimañas” y hay que fumigarlas (higiene racial).

Respuesta militar y represora

Según las previsiones de los demógrafos, en menos de medio siglo serán los “latinos” o “hispanic” la comunidad más numerosa en muchos estados de la Unión. E incluso hasta tendrán la capacidad de elegir un presidente. ¡Alerta! El Departamento de Estado está decidido a tomar medidas radicales antes de que sea demasiado tarde. Y la respuesta no puede ser otra que militar y represora: ¡Váyanse del país, regresen a sus pocilgas! Media humanidad ha decidido que su futuro se encuentra en Estados Unidos, Canadá o Europa y este anhelo, sea como sea, tienen que materializarlo.

La invasión de los “nuevos barbaros” será el principal eje del debate en la campaña a las elecciones de 2024 en EEUU. Porque el candidato que brinde mejores soluciones para un control migratorio más riguroso y eficaz será el vencedor. Y es que la “bomba atómica humana” está a punto de estallar o quizás ya estalló. La situación social de América Latina y el Caribe es insostenible. Hay millones de personas dispuestas a convertirse en clandestinos y lanzarse a la conquista del imperio más poderoso del mundo.

Washington presiona a los gobiernos de México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Panamá o Colombia para que detengan las caravanas de migrantes ilegales. Que se militaricen las fronteras, que los encadenen, que los encierren y deporten antes de que atraviesen el tapón del Darién en Panamá (uno de los mayores desastres humanitarios en el mundo y este año transitado por más de 500.000 clandestinos) o el río Suchiate en Tapachula (México). O sea, a las buenas o a las malas hay que impedir que continúen su camino hacia el río Bravo. La realidad geopolítica ha decretado que México sea el principal gendarme al servicio de EEUU. El presidente AMLO, de la forma más rastrera, le regaló al gobierno de Donald Trump 28.000 soldados para el control migratorio después de que este lo amenazara con imponerle un arancel general del 5% como castigo por promover la inmigración irregular.

Un ejemplo de este macabro pacto fue la desgarradora tragedia en la estación migratoria de Ciudad Juárez, donde murieron quemados 40 migrantes centroamericanos y venezolanos. Los carceleros de Instituto Nacional de Migración se negaron a abrirles la puerta del albergue-cárcel donde los habían recluido bajo llave. Sus superiores les ordenaron aplicar mano dura contra esos “peligrosos delincuentes ilegales”. Por lo general a los migrantes detenidos apenas si les suministran agua y la comida es pura bazofia. Esto es lo que el presidente AMLO llama “humanismo mexicano”. ¿Pero son migrantes o refugiados? Definitivamente son refugiados, desplazados y también desterrados y su pasaporte real es el de apátridas.

Y es que en Tijuana, aunque parezca mentira, existe un creciente racismo por parte de los mexicanos -que étnicamente son los mismos- contra sus propios hermanos centroamericanos, suramericanos o caribeños. Claro, ahora, como pertenecen al T-MEC, se creen blancos, rubios y de ojos azules.

Protesta de mexicanos contra la migración | Foto: Carlos de Urabá

El gobierno de Biden ha implementado una nueva normativa (aparentemente más humanitaria) tras el fin del título 42 de salud pública a causa de la pandemia del coronavirus. El Departamento de Estado y el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) resuelven aplicar el título 8 y a partir de ahora cualquier migrante que cruce ilegalmente el muro será devuelto a México o deportado a su país de origen. No podrán volver a realizar los trámites legales hasta dentro de cinco años. Y si lo intentan de nuevo se exponen a ser enjuiciados y encarcelados por varios años.

Nuevas reglas migratorias en Estados Unidos

Estas son las nuevas reglas migratorias con las que el gobierno de EEUU se propone desbaratar las organizaciones del narcotráfico o los contrabandistas de seres humanos. Los ciudadanos de Cuba, Nicaragua, Haití y Venezuela que reúnan los requisitos pueden postularse para residir en a EE.UU a través de un proceso riguroso íntegramente en línea examinarán sus antecedentes penales y se evaluará los riesgos que afecten la seguridad nacional y seguridad pública. Lo más importante es que los candidatos necesitan tener un benefactor en EEUU que se comprometa a prestar apoyo económico y el alojamiento y manutención. Se dará prioridad a la reunificación familiar. Los migrantes que ingresen en México o Panamá sin autorización no serán elegibles para estos procesos. Durante el 2022 la patrulla fronteriza de EEUU detuvo a 2,5 millones de migrantes irregulares.

Ahora, los migrantes, según las nueva normativa del US Departament of Homeland  Security, tendrán que realizar sus gestiones para ingresar en EEUU de manera virtual en la página web del CBP One (Mobile Application-U.S Customs and Border Protection). Que programen su cita para presentarse en un POE o Inmigration Check. Esta es la mejor táctica del CBP One para darles largas y mantenerlos por meses a la expectativa, mejor dicho, dejar pasar el tiempo y no comunicarles una respuesta para que se cansen y desistan de su actitud de ingresar en EEUU. Que regresen a sus países y realicen las gestiones en los consulados americanos.

La nueva modalidad (basada en la inteligencia artificial) discriminará a los postulantes por su aspecto físico (indígenas o negros) también por los tatuajes, piercing o pinta sospechosa, con el riesgo de clasificarlos en la categoría de potenciales delincuentes o mareros. Ahora los funcionarios de petición de asilo del CBP One harán las entrevistas a los casos más dramáticos y que cuenten con pruebas fidedignas. EEUU ofrece asilo político a aquellas personas amenazadas o perseguidos por sus ideas o que hayan sufrido ataques, atentados o torturas, y también por su condición de raza, religión o género entre los que se incluye ventajosamente a la comunidad LGBTI. Si es elegible para el RCA o estatus de inmigración con un Social Security Number y sus beneficios para refugiados de carácter humanitario.

EEUU solo aceptará un cupo de 30.000 migrantes de los países que pueden recibir una autorización de viaje especial cada mes, siempre y cuando pasen una revisión de antecedentes y cuenten con alguien que los patrocine económicamente (por un plazo no mayor de tres años). El Congreso aprobó otorgar unas 125.000 visas H-2B, aunque realmente solo procesará 35.000 para trabajadores temporales. A los EEUU le interesa mantener una economía informal para explotar a los braceros latinoamericanos que trabajan en el campo o las maquilas.

Víctimas de las mafias de la migración

En 2022, más de un millón de solicitantes de asilo fueron expulsados del territorio americano, de los que se excluyen menores no acompañados y niños pequeños con sus familias. Son muy contados los cambios que ha implementado en estos tres años el gobierno demócrata del presidente Biden y su política migratoria continúa en la misma línea de su predecesor Donald Trump.

El Muro en Tijuana | Foto: Carlos de Urabá

Vaya maldición más grande que les ha caído, saben que es imposible que los dejen entrar legalmente porque la oficina de inmigración USCIS los mantienen en lista de espera indefinida. Algunos llevan más de un año sin que les contesten sus peticiones de asilo político o humanitario. Y es que, sin pagarle a un buen abogado para que mueva el caso, cualquier trámite es infructuoso. Y si no pueden pasar legalmente pues no queda otra que jugársela a la ruleta rusa y convertirse en mojados con la ayuda de los coyotes y polleros. Los amos del contrabando humano cobran de 1.500 a 5.000 dólares por cruzar el río Bravo o por 10.000 dólares se comprometen a trasladarlos en el remolque de un tráiler desde la propia raya hasta ciudades como San Diego, Los Ángeles, Phoenix, Tucson, Dallas, o San Antonio. El muro todavía tiene secciones inconclusas y puntos vulnerables. A lo largo de esta frontera de 3.200 kilómetros siempre hay muchos resquicios por donde burlar la estrecha vigilancia de la US Border Patrol.

También se abren túneles o tienden grandes escaleras con el propósito de saltarlo. Y hasta esos lugares recónditos llevan a los migrantes clandestinos, a los que embadurnan con pimienta para despistar a los perros rastreadores. Pero cuidado porque las estafas y asaltos están al orden del día. Atención, que el crimen organizado domina cada metro del muro fronterizo y para ello cuenta con drones, vehículos, armas y casas de seguridad. Incluso con arcos y flechas se las han ingeniado para enviar cocaína o fentanilo a sus contactos al otro lado del muro. En estas últimas semanas el perverso gobernador republicano de Texas, Greg Abbot, ordenó colocar en el río Bravo boyas con sierras puntiagudas que son prácticamente infranqueables.

Muro fronterizo entre Sonora y Arizona | Foto: Carlos de Urabá

Tras culminar la epopeya de miles de kilómetros esquivando infinitos peligros: mares embravecidos, selvas impenetrables, cordilleras, pantanos o ríos caudalosos ahora tienen que desafiar al desierto de Sonora o de Arizona (con una extensión de 260.000 kilómetros cuadrados es uno de los más calurosos del mundo). Muchas veces deben caminar hasta siete días achicharrados bajo un sol inclemente en verano con temperaturas superiores a los 45 grados y las noches invernales puede alcanzar los 10 grados bajo cero. O uno se muere de calor o se muere de frío si no se tienen los equipos de supervivencia necesarios aparte de agua o comida.

El infierno del desierto

Ahora las rutas son cada vez más largas, pues tienen que burlar a la US Border Patrol, que cuenta con tecnología punta para localizarlos. Pero este desierto es una enorme máquina de matar, es el reino de las serpientes cascabel, escorpiones, coyotes o pumas. Y hasta con una brújula los más expertos exploradores pueden perderse. Qué extraño, las bandadas de zopilotes revolotean en el cielo y esa es una fatídica señal. Cada año se recuperan los cadáveres de 200 a 300 personas. Pero la verdad es que son muchos más pues los cuerpos se descomponen y desaparecen devorados por las aves carroñeras o la fauna carnívora salvaje.

Las autoridades de California, Nuevo México, Arizona y Texas cuentan con servicios de emergencias de la Patrulla Fronteriza dotado con ambulancias y helicópteros para prestarles auxilio y rescatar a los sobrevivientes que han decidido entregarse voluntariamente mediante una llamada de auxilio. Por Internet y las redes sociales se publica el siguiente mensaje: “Si conoce a alguien que está actualmente perdido en el desierto de Arizona o Nuevo México con necesidad de rescate llámenos al 5205855881”.

Restos de un desaparecido en el desierto de Arizona | Foto: Carlos de Urabá

Una persona en el desierto de Arizona necesita diariamente unos ocho litros de agua para garantizar su supervivencia. Muy a menudo se encuentran por azar los cadáveres de los que mueren insolados, de sed o de inanición, y que quedan allí abandonados como una advertencia para que nadie se atreva a desafiar la soberanía de los EEUU.

En el desierto de Arizona-Sonora a lo largo de las últimas tres décadas han perdido la vida cientos de migrantes que valientemente han elegido la muerte antes de seguir padeciendo ese eterno viacrucis que los condena a nacer pobres y morir pobres. Ya nadie se conforma con su triste destino pues saben que en EE.UU hasta los perros o los gatos gozan de una vida más digna y confortable.

Aquí en Arizona hemos caminado durante kilómetros por el desierto en el margen izquierdo del río Colorado. En el horizonte incluso se observan las gigantescas dunas de North Algodones Dunes, más parecidas a las del desierto del Sahara. En este paisaje árido y agreste apenas se observan algunos arbustos espinosos y los clásicos cactus saguaro. Por las carreteras se repiten cada 30 kilómetros los check point y no cesan de pasar los convoyes de jeep cuatro por cuatro de la US Border Patrol.

Este organismo del Departamento de Seguridad Nacional posee una alta tecnología aplicada para cazar clandestinos e indocumentados, terroristas o narcotraficantes a los que rastrean con drones, helicópteros, binoculares de visión nocturna y, cómo no, perros amaestrados capaces de capturar -sin hacerles daño- a los “peligrosos forajidos”. Al contemplar este intrigante panorama, parece que estuviéramos más bien en los territorios ocupados por Israel en Cisjordania. Definitivamente hace mucho tiempo que estalló esta guerra no declarada entre el sur pobre y subdesarrollado y el norte opulento y próspero. El éxodo bíblico es la mejor prueba de ello pues cada año aumentan exponencialmente el número de migrantes.

El tsunami migratorio de Latinoamérica y el Caribe, junto al que actualmente se desarrolla en las costas del Mediterráneo o del Atlántico (en las islas Canarias), es uno de los dramas humanitarios más desgarradores de los últimos tiempos. En lo que va del año 2023, en el Atlántico y el Mediterráneo oriental y occidental varios barcos han naufragado con un número elevadísimo de muertos. ¿Cuántos son? Es imposible calcularlo porque en la última década miles de personas se han ahogado o han sido devoradas por tiburones sin que se tenga certeza de su origen e identidad.

Los países del Primer Mundo donan periódicamente al Tercer Mundo miles de millones de dólares a fondo perdido dedicados a los planes de lucha contra la pobreza y para el desarrollo humano. Con la creación de industrias y puestos de trabajo supuestamente se atajarán las causas estructurales de la migración. La única solución es elevar el nivel de vida y bienestar social con salarios dignos, paz y seguridad. Y especialmente erradicar la corrupción política y cimentar una verdadera “democracia participativa”. Por ahora solo se trata de algunos avances muy puntuales que se limitan a fomentar el asistencialismo o la dependencia. La situación social es tan crítica que el gobierno de EEUU, el de México y la CEPAL -con un presupuesto de 45.000 millones de dólares- han decidido impulsar un plan Marshall para Centroamérica. Pero debemos tener en cuenta que son las remesas que envían los migrantes desde el exterior las que en realidad nos están salvando de la debacle económica.

Para fines de este año 2023 se prevé que el flujo migratorio aumente un 20% en comparación al 2022. Según cifras extraoficiales, el número de migrantes indocumentados en EEUU es de 12 millones.

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