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La cara sucia del turismo

El turismo masificado en nuestro país se está convirtiendo en un problema de estado

Agustín Millán
Agustín Millánhttp://pompona22.wixsite.com/agustinmillan
Foto periodista especializado en manifestaciones y actos sindicales. Desde 2011 fotografiando la crisis más dura de la historia moderna. Responsable de redes sociales de la Cumbre Social España. Fotógrafo con 5 campañas electorales entre ellas la de Manuela Carmena y la de Enrique Santiago en IU Madrid.
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análisis

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Ahora son los desplazamientos vacacionales del arranque de agosto los que están provocando una sobre venta en la zona de Tarifa. Pero no solo es la costa, también son las zonas monumentales o las capitales de provincia de interior. La noticia de que España vuelve a crecer en número de turistas y de visitantes se considera un éxito para la economía y el empleo, pero la sobre explotación está provocando que algunas ciudades están muriendo de éxito.

El turismo masificado en nuestro país se está convirtiendo en un problema de estado. Habrá que afrontarlo tarde o temprano y hacer de manera sostenible. Ya no se habla de lo que se disfruta en vacaciones, sino de la guerra de sombrillas, del poco sitio donde disfrutar tomando el sol o de los paseos por las zonas marítimas, que parecen una estación de metro o de cercanías en hora punto.

¿Por qué nos justa este tipo de turismo, más pensado para hacerse selfies para redes sociales, que para, de verdad relajarnos y disfrutar?

Muchos terminan disfrutando de una ciudad vacía, cuando sus habitantes la han abandonado. Pero ahora ni eso se puede hacer. Te encontraras turistas por todos lados, gastando haciendo caja y masificando el planeta.

Billetes de avión baratos contaminantes y subvencionados

Pero la tierra tiene un limite y, lo estamos sobrepasando. Ahora son los vuelos low cost que tiene un gran impacto sobre el medio ambiente. Y mientras el mediterráneo a estado ardiendo varias semanas, nuestro país va de ola de calor en ola de calor, como si fuera la marea de verano.

Según un reciente estudio de Greenpeace, los viajes en tren son, de media, el doble de caros que los vuelos en Europa, y hasta cuatro veces más en España. La organización denuncia el sinsentido de animar a la ciudadanía a volar en lugar de ir en tren, cuando los aviones son extremadamente más contaminantes y perjudiciales para el clima.Gracias a exenciones fiscales y subvenciones pagadas con el dinero de los contribuyentes, las compañías aéreas venden billetes “baratos” a un alto coste para el planeta y sus habitantes.

A pesar de su disparatada aportación a la emergencia climática, la aviación es la fuente de emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con el transporte, que más rápido crece en la UE. Por ello Greenpeace insiste en que es hora de luchar por una tarificación justa entre trenes y vuelos y pide a las instituciones de la UE y a los gobiernos nacionales que posibiliten que viajar en tren sea más barato que volar, introduciendo, entre otras medidas, abonos únicos de transporte, como la propuesta que la ONG ha hecho para España, el “T-lleva”, y eliminando progresivamente las exenciones fiscales al queroseno.

Según un informe de Transport & Environment, España perdió en el año 2022 4.610 millones de euros debido a las exenciones fiscales que tienen los vuelos sobre el combustible, el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión y la exención del IVA.  

Se está dificultando a la ciudadanía poder viajar de forma sostenible

El tren es uno de los medios de transporte más ecológicos y eficientes en términos de emisiones de carbono. Sin embargo, en los últimos años, hemos sido testigos de una disparidad en los precios de los billetes de tren en comparación con los vuelos ofrecidos por las compañías aéreas de bajo coste. Esta brecha de precios termina incitando a muchos viajeros a optar por la opción más económica, el avión, en lugar del tren, debido a estos precios dopados e irreales. Esto ha llevado a un aumento en la demanda de vuelos, que contribuye al aumento de emisiones de gases de efecto invernadero y al calentamiento global.

En contraste, los servicios ferroviarios, que podrían proporcionar una alternativa más sostenible para viajar, se han enfrentado a la realidad de mantener costos operativos y de infraestructura que, en muchos casos, los vuelven menos competitivos en términos de precios. 

Turista de calidad o turismo masificado.

Todos las ciudades pretenden hacer campañas para atraer al turismo de calidad, es decir, al que más dinero deje. Sin embargo, no hay campañas productivas para que los camareros, los taxistas, los recepcionistas y toda esa amalgama de trabajadores con los que se topa a diario un turista sean agradables, simpáticos, hablen varios idiomas e intenten hacer la estancia del forastero lo más confortable posible.

No, todo lo contrario, y no solo eso, sino que en numerosas ocasiones los tratamos basta mal. Una situación que cada vez es más habitual en España. Madrid ya no es la ciudad amable que era antes de la pandemia. Y nos lo cuentan viajeros habituales. Se encuentran con hoteles a precios desorbitados, con pocos servicios y en muchos casos desbordados. Los trabajadores están mal pagados a lo que se suma el trato masificado en bares y terrazas. Pero Madrid no es un excepción, sino lo que parece cada vez más la norma.

Parece como si sólo quisiéramos que vinieran con su tarjeta, la pasasen y punto, las personas nos importan bien poco. Pero los turistas en muchas ocasiones tampoco ponen de su parte.

Tarifa colapsa

Las fuerzas del orden han avisado que hay que evitar los desplazamientos a las playas de Tarifa. Una zona que ha colapsado, no solo sus playas, también su carreteras hasta Cádiz. Las autoridades están pidiendo a los veraneantes limitar sus salidas a las playas de esta zona.

En los puertos gaditanos de Algeciras y Tarifa han embarcado este domingo un total de 7.000 coches hasta las 18:00 horas, que sumados a los registrados en jornada del sábado, alcanzan un total de 16.000 vehículos en el marco de la Operación Paso del Estrecho (OPE) 2023. Así lo ha manifestado la Autoridad Portuaria de Algeciras (APA) a través de su perfil de Twitter.

Bilbao y Santiago de Compostela

Tarifa no es el único lugar que busca reformar su turismo ya que en Santiago de Compostela buscan un mayor trato de respeto por parte de los peregrinos en temporada alta del Camino de Santiago. En este sentido, el Ayuntamiento ha lanzado una nueva Guía de buenas prácticas que busca concienciar y sensibilizar sobre algunas de las imprudencias que se comenten en la Plaza del Obradoiro ya sea con pintadas en el empedrado o el patrimonio o con bailes y cánticos en un lugar de culto.

Cambio en la jerarquía de valores turísticos

La masificación turística solo ha tenido un descanso coincidiendo y causada por las restricciones de la reciente pandemia. La tendencia sigue siendo la misma desde hace más de una década.

El problema de la masificación tiene como consecuencias la perdida de la calidad turística, de vida y ambiental. Parece que ahora han cambiado los valores y las motivaciones de los turistas. Ahora es atractivo para muchos viajeros acudir donde va todo el mundo y cuanto más masificado mejor.

Ejemplos de masificación turística

Pero sin duda el número de turistas no debería ser un problema de masificación turística. Un caso típico es Benidorm, un destino español emblemático de sol y playa que recibía en el 2019 la cantidad de 19,2 millones de turistas con una población residente de 67.500, balance que sería nefasto en la mayoría de los territorios salvo que exista un destino consolidado.

Venecia, otra mítica ciudad italiana que ha perdido 100.000 habitantes desde 1950, que han huido a ciudades aledañas que no están tan masificadas. Venecia recibe al año 20 millones de turistas. Para desincentivar la afluencia, las autoridades venecianas han habilitado controles de acceso al centro de la ciudad cuando está lleno. Por otro lado, los famosos vaporetto que recorren los canales dan prioridad a los residentes.

Barcelona. El ayuntamiento de la ciudad condal ha prohibido la construcción de hoteles nuevos en el centro. Además, ha puesto el foco sobre los pisos turísticos no regulados, de manera que ha sancionado y cerrado muchos de estos alojamientos irregulares. 

Ámsterdam. Es otra de las ciudades que ha centrado sus esfuerzos en los pisos de alquiler. El ayuntamiento ha limitado el tiempo de estancia y ha prohibido construir nuevos hoteles —esta medida está vigente desde 2005—. Por otro lado, también ha limitado la cantidad de turistas que pueden ir acompañados de un solo guía turístico—20 a diferencia de los 60 que estaban permitidos con anterioridad— con la intención de evitar aglomeraciones.

Berlín. La capital alemana ha sufrido las consecuencias del sobre turismo especialmente en el popular barrio de Kreuzberg. En este barrio, precisamente, está prohibido arrastrar las maletas por la calle. El objetivo es evitar que el traqueteo moleste a los vecinos. Pero además, se ha limitado el número de alquileres de pisos privados. Aquellos propietarios que infrinjan las limitaciones podrían afrontar fuertes sanciones económicas.

4 estrategias para controlar la masificación del turismo

Una vez aceptemos que la masificación del turismo es un problema para la convivencia vecinal y que causa daños en los destinos turísticos, llega el momento de proponer y adoptar diferentes estrategias de control de ese exceso de visitantes o, al menos, del impacto negativo que supone la masificación del turismo.

Veamos algunas de las principales estrategias que ya se están adoptando en algunos destinos turísticos tradicionales:

Legislación clara y precisa al respecto del turismo

La normativa actual debería dar respuesta eficaz al problema de la masificación del turismo aprobando leyes que, por ejemplo, limitaran las licencias concedidas a los llamados pisos turísticos, reducir el número de visitantes diarios que puede recibir un parque natural o un edificio histórico, etc.

Formación e información sobre el turismo responsable

Si eres un apasionado del ecoturismo, seguro que sabes que una de los objetivos del turismo responsable es la conservación del maravilloso entorno natural que nos rodea.

Desde este punto de vista, informar y formar a grandes y pequeños sobre la importancia de visitar los diferentes destinos sin alterarlos o dañarlos debería ser una de las estrategias a implementar para minimizar los efectos negativos de la masificación del turismo en la naturaleza. Divulgar alto y claro que se pueden realizar los más apasionantes deportes de aventura o disfrutar de la flora y la fauna de nuestro destino turístico sin hacer ningún daño al ecosistema.

Potenciar el desarrollo de la economía local en otros sectores de actividad

La masificación del turismo puede provocar indirectamente que la población local abandone su actividad profesional para dedicarse exclusivamente a atender al turista. Esto es lo que lleva décadas sucediendo en algunas islas del archipiélago canario como, por ejemplo, en Tenerife.

En las últimas décadas los tinerfeños han ido abandonando sus campos, huertos, plataneras y barcos pesqueros para trabajar en el sector servicios atendiendo a un número de turistas cada día más alto. La consecuencia es más grave de lo que parece: una dependencia excesiva de los operadores turísticos, un desabastecimiento de productos locales procedentes de la agricultura y de la pesca y un empobrecimiento paulatino de los habitantes de la isla por el encarecimiento de los productos básicos de consumo que hay que importar.

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