En 1948 las potencias coloniales occidentales, encabezadas por Estados Unidos y el Reino Unido, por empatía debido a todos los sacrificios que había soportado, incluyendo el asesinato de seis millones de personas, gran parte de ellas en lo que se llamó el holocausto a manos del nazismo alemán, decidieron dotar al pueblo judío de un Estado que pasó a llamarse Israel y de las diferentes alternativas territoriales que barajaron por todo el mundo, al final y lamentablemente mezclando los aspectos religiosos, decidieron que fuera en la Zona del Sinaí que estaba habitada por el pueblo palestino.
Desde aquel entonces y hasta la actualidad y como consecuencia del injusto y agresivo expansionismo israelí, con la expoliación de su territorio y constantes masacres de palestinos, la situación cada vez ha venido siendo más injusta e insoportable. Durante todo este tiempo y como consecuencia de que Israel no corría un peligro grave e inminente, a las bajas causadas en el pueblo palestino, la comunidad internacional empezando por la propia ONU, no le ha venido dando la importancia y menos aún la respuesta oportuna y adecuada.
Pero bastó, que el pasado 7 de octubre, Hamás que, como organización política se presento a las elecciones generales del 25 de enero de 2006 y las ganó con el 44% de los votos y la obtención de la mayoría absoluta con 74 escaños de 132, siendo Fatah la segunda opción política con 45 escaños. Como consecuencia de haber cometido en contra de indefensos civiles un lamentable atentado con mas de 250 muertos y 150 israelíes capturados, produjo que su estatus político se le haya cambiado por el de terrorista, aun habiendo tenido en sus comienzos el apoyo del propio Israel, para menoscabar a quienes realmente consideraba sus enemigos: la OLP (Organización para la Liberación de Palestina), presidida por Yasser Arafat y la propia Fatah.
La pugna y la guerra entre palestinos e israelíes, se produjo nada más crearse el Estado de Israel, pero desde ese entonces han sido varias las acciones que han marcado la situación actual. Probablemente la más importante fue el triunfo del ejercito israelí en la Guerra de los Seis Dias de 1967, en contra de la Alianza Arabe de Egipto, Siria, Jordania e Irak. Fue una guerra relámpago que, con su victoria consolidó y fortaleció las posiciones y expansión de Israel por toda la Península del Sinaí.
Otro hecho fundamental y que podía haber evitado tantas guerras y cientos de miles de víctimas y desplazados, fue cuando se produjeron los Acuerdos de Oslo de 1993, que fueron una continuación del resultado de la Conferencia de Madrid de 1991. Se pretendía la configuración de dos estados: Israelí y Palestino. Esta iniciativa protagonizada por Isaac Rabin, Shimon Peres y Yasser Arafat, fue internacionalmente reconocida y los tres fueron galardonados con el Premio Nobel de La Paz en 1994.
Sin embargo, el infame boicot ejercido por la ultraderecha israelí y los ultraortodoxos judios, evitó que la paz entre ambos pueblos se hiciera realidad. A Isaac Rabin como primer ministro por el Partido Laborista, le hicieron una campaña muy burda y destructiva acusándole de traidor y una de las personas más significativas que, incitaba a la violencia incluso física en contra de Rabin era el propio Benjamin Netanyahu. Tanta era la insistencia en esa dirección, que surtió efecto con el asesinato de Isaac Rabin el 4 de noviembre de 1995, por el ultra nacionalista Yigal Amir.
Ahora con la división del mundo árabe y el reconocimiento cada vez más, de algunos de sus países del Estado de Israel, como son los casos de Barein, Emiratos Árabes Unidos, Sudan y Marruecos y se encuentra en ese proceso Arabia Saudí, el panorama para los israelíes le será más propicio, máxime de seguir contando con los aliados de siempre, empezando por los Estados Unidos y sus acólitas naciones de la Unión Europea.
De todas formas y como se esta viendo, con la reacción de la ciudadanía a nivel internacional y la del mundo árabe en particular a favor del pueblo palestino, puede que esta presión surta efecto y, se resuelva este muy grave problema con la lógica y justa creación de los estados de Palestina e Israel. Es la única de las formulas para salir de esta muy prolongada situación tan injusta y dramática.
