La demanda presentada por Carles Puigdemont y los consejeros exiliados, seguirá su curso hasta llegar a Estrasburgo
El tribunal de primera instancia de Bruselas ha desestimado la demanda interpuesta por Carles Puigdemont y los consejeros exiliados contra el magistrado del Tribunal Supremo, Pablo Llarena.
No se ha entrado a analizar la cuestión de fondo, esto es: la concurrencia de la vulneración de la libertad de expresión o de la presunción de inocencia, entre otras cuestiones.
El juez no ha entrado a valorar si se han dado estos hechos, pues sencillamente se ha denegado la admisión de la demanda por una mera cuestión formal. La razón para denegar la admisión a trámite de la demanda sería el principio de inmunidad de jurisdicción de un juez español ante la justicia belga.
Precisamente esta inmunidad es la que se cuestiona por parte de los letrados de la acusación: consideran que la inmunidad de jurisdicción de Estado no se puede aplicar en el espacio común de justicia europeo. Y en caso de duda, se plantea una cuestión prejudicial ante instancias superiores, esto es, el Tribunal de Luxemburgo.
Tras esta decisión judicial, cabe recurso de casación, que será interpuesto por la acusación.
