La obesidad afecta casi a uno de cada cuatro niños de las familias con las rentas más bajas. Concretamente, el 23% de niños y niñas de familias con rentas inferiores a 18.000 euros brutos anuales sufre obesidad. Si tenemos en cuenta a las familias con rentas superiores a 30.000 euros la cifra cae hasta el 11,9%. Son datos extraídos del estudio ALADINO 2019 que también determina que el ocio de los escolares cada vez es más sedentario y que el 86,4% tiene que mejorar su actual dieta.
Componente de clase
El Ministerio de Consumo y el Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil firman un protocolo para analizar las razones sociales del exceso de peso en menores. El Ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha pedido “no cerrar los ojos a la evidencia» porque “la malnutrición y el exceso de peso” tienen un “fuerte componente de clase social”.
Poca fruta
Una de las causas, según el estudio, de que estos niños y niñas padezcan problemas de sobrepeso se encuentra en que tienen peores hábitos alimentarios: acuden más a establecimientos de comida rápida, toman menos fruta diaria y consumen golosinas con más frecuencia. Esta realidad contrasta con la que viven los niños con rentas más altas. En las familias con ingresos superiores a 30.000 euros anuales los niños practican con más costumbre una dieta mediterránea, con un consumo diario de frutas, verduras, legumbres y pescado y donde el aceite de elección es el de oliva. Obviamente: el más caro.
Otro de los datos significativos señala que las familias cuyos progenitores no tienen estudios superiores, ni trabajo remunerado, conforman el colectivo más vulnerable al exceso de peso.
Sedentarismo
Otro de los aspectos que señala el estudio como causa directa de los problemas de obesidad es el ocio sedentario. Debido, principalmente, al cambio de hábitos de los pequeños, que han cambiado la pelota y la comba por la videoconsola. De este modo, se constata un aumento notable del porcentaje de niños que dedican más de tres horas diarias a ver la televisión o jugar con la consola. En el caso de las niñas es aún peor, ya que todavía les afecta más el sedentarismo. Aunque cada año las cifras se igualan un poco más
Tomar medidas
El Ministerio de Consumo trabaja ya para implantar el etiquetado frontal de productos con el sistema Nutri- Score (que ayuda a distinguir los productos saludables), gravar a las bebidas azucaradas, mejorar la alimentación en los colegios y limitar la publicidad de alimentos sin un buen perfil nutricional enfocada a un público infantil, entre otras iniciativas
Esta es la triste realidad, ya que la comida basura es muchísimo más barata y accesible, algo que sin duda debería cambiar. Y también nuestra mentalidad debe cambiar, padres jóvenes, no hay que hacerles ver a nuestro hijos la comida basura como un premio, no lo es y muchos pecamos de eso.