La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha elevado una preocupante señal de alerta ante la creciente reaparición de brotes de cólera en diversos puntos del planeta. Esta alza en los casos ha sido identificada en los últimos dos años, con 24 naciones en situación crítica por presentar brotes activos. Algunas de estas zonas han caído en un escenario de grave crisis sanitaria.
Si bien la información completa aún está en proceso de recopilación, la OMS reporta que durante 2022, las cifras de contagio fueron el doble en comparación con 2021. Las estadísticas preliminares de 2023 sugieren que este incremento desafortunado persiste globalmente.
Puntos de alta preocupación incluyen países como Afganistán, Camerún, República Democrática del Congo, Malawi, Nigeria, Somalia y Siria, que han registrado un excedente de 10.000 casos entre sospechosos y confirmados. Estas cifras ponen de manifiesto no solo el aumento en la cantidad de brotes, sino también en su magnitud.
El cólera, que se caracteriza por ser una infección intestinal, encuentra su camino de propagación a través del consumo de agua y alimentos contaminados con material fecal. Está intrínsecamente ligada a condiciones de subdesarrollo, que se ven agravadas por la carencia de sistemas de saneamiento adecuados y acceso a agua potable. Además, fenómenos climáticos extremos como inundaciones, sequías o ciclones, pueden intensificar estas vulnerabilidades.
El Grupo Internacional de Coordinación (GIC), encargado de administrar las reservas de vacunas de emergencia, se ha visto en la necesidad de modificar el esquema de vacunación. Debido a la elevada demanda, la vacunación con dos dosis se ha suspendido temporalmente, implementándose la administración de una única dosis.
La OMS ha desplegado esfuerzos sostenidos en la asistencia a estos países afectados. Su enfoque se centra en la vigilancia de salud pública, gestión de los casos, aplicación de medidas preventivas y provisión de suministros médicos esenciales. También colabora estrechamente en el terreno junto a otros asociados y en la promoción de una efectiva comunicación de riesgos con las comunidades.
Finalmente, como parte de una estrategia financiera global, la OMS ha solicitado la suma de 160,4 millones de dólares. Adicionalmente, se han liberado 16,6 millones de dólares del Fondo de Contingencia de la OMS para Emergencias, con el propósito de fortalecer las respuestas a esta preocupante situación.
