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Las claves del discurso de Puigdemont tras la firma del acuerdo de inicio de negociación con el PSOE

Los siete votos para la investidura de Sánchez ya se han asegurado hoy, pero comienza el primer paso del camino para llegar a un acuerdo "histórico e inédito"

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análisis

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Anunciado el pacto para la investidura de Pedro Sánchez entre el PSOE y Junts per Catalunya, quedan ahora conocer los detalles y las condiciones establecidas.

El president Puigdemont ya explicó las claves y condiciones necesarias para poder sentarse a dialogar sobre una negociación a principios del mes de septiembre.

Hoy se ha confirmado, finalmente, que las condiciones señaladas han sido cumplidas y que se firma un acuerdo para comenzar una negociación entre las partes que, en palabras de Puigdemont, puede dar lugar a un acuerdo «histórico e inédito» entre Cataluña y España.

Pero este camino tendrá obstáculos que abordar y problemas que resolver. Para ello, el President Puigdemont ha subrayado la importancia de mantener las condiciones de garantía que permitan seguir el cumplimiento de los acuerdos para avanzar, y por ello, la figura indispensable de un mediador internacional que garantice la evaluación del proceso.

En su discurso, pronunciado en Bruselas, Puigdemont ha puesto de manifiesto las dificultades existentes debido a la desconfianza entre las partes, y los hitos esenciales para poder sentarse a iniciar una negociación. La descriminalización del independentismo, y el reconocimiento de la voluntad del pueblo de Cataluña expresada a través de sus representantes legítimos en el Parlament son dos de las cuestiones más relevantes.

Unas negociaciones que se abordarán «acuerdo a acuerdo», durante la legislatura, pero que comienzan con el apoyo de los siete votos a favor de investir a Sánchez.

Lea a continuación el discurso completo en español de Carles Puigdemont

Hoy el PSOE y Junts han suscrito un acuerdo marco donde se aceptan las condiciones para iniciar una negociación política en los términos que hemos venido reclamando y con un objetivo compartido que contribuya a la resolución del conflicto histórico entre Cataluña y el España.

Hace dos meses expuse cuáles debían ser las condiciones si el candidato y presidente en funciones socialista, Pedro Sanchez quería tener los votos de Junts para revalidar su mandato. Y en este tiempo, en algo más de dos meses, se ha estado trabajando, no sin problemas, pero también sin descanso, para fijar en un documento el marco en el cual decidimos relacionarnos a partir de ahora. 

Me alegra pensar que aquellas condiciones que expuse en la conferencia van a inspirar otras que hoy comparten lo que, hasta hace pocas semanas desconsideraban o entendían innecesarias. 

Aquello que hemos mantenido desde hace años, y que nos ha hecho salir del Govern de Cataluña no se debía a una falta del principio de realidad, ni a ninguna negativa a hacer política, ni a ninguna hiperventilación. También podemos decir que lamentablemente hemos perdido cuatro años fundamentales. 

Por eso era muy importante que se asumiera de entrada que cada uno debía abordar la resolución del conflicto en términos diferentes desde la última legislatura. Pongo énfasis en esta afirmación que consta en el primer párrafo del texto para que quede claro que, para hacer lo mismo que se ha hecho y decir lo mismo que se ha dicho, en estos últimos cuatro años, JxCat no hace ninguna falta. 

Dice el acuerdo que iniciamos un camino incierto y lleno de dificultades. Lo sabemos y no nos engañemos, ahora mismo no tenemos nada más que celebrar que la puesta en marcha de un proceso de negociación como el que hemos reclamado al sistema político español (yo, personalmente desde hace más de seis años), asumiendo que eso en sí mismo no es la resolución de nada. 

Hoy, por lo tanto, no va de despejar expectativas ni mucho menos menos, teniendo en cuenta la gran desconfianza que nos tenemos, y la experiencia histórica con los compromisos a los que se ha llegado en el pasado. 

Pero sí que hoy toca explicar con convicción la potencialidad y el recorrido del marco del que nos hemos dotado. Porque, efectivamente, entramos en una etapa inédita. Una etapa que toca saber explorar y explotar. Una etapa, cuyo recorrido y ambición dependerá de nosotros, de la capacidad que tendremos de emplear las herramientas que hemos acordado. Y en la cual no nos hemos fijado ningún otro límite que la voluntad del pueblo de cataluña. Una voluntad expresada a través de la institución que legítimamente le representa, que es el Parlament.  Ninguno más puede representar a Cataluña, y cuando el parlament habla, declara y aprueba, es el pueblo de cataluña el que habla, declara y aprueba. No es el partido ganador de unas elecciones, y aún menos, si son elecciones para otro parlamento como es el español o como podría ser el europeo. Lo que permite decidir qué quiere y a qué aspira el pueblo de cataluña, es el parlament. Y así ha quedado explicitado en el acuerdo de hoy. Los únicos límites los pone el parlament. El acuerdo lo dice: es el representante legítimo del pueblo de cataluña. Es por ello que JxCAT hace constar en el acuerdo que defiende la legitimidad del referéndum del 1 de octubre y de la declaración de independencia del 27 de octubre de hace 6 años. Y lo hace porque son decisiones tomadas en nombre del pueblo de cataluña y por sus legítimos representantes.

En ninguna democracia eso es un delito, contrariamente a lo que sucede en el estado español, y por eso el acuerdo contiene la ley de amnistía, en la voluntad compartida de no dejar fuera a ninguno que haya sufrido persecución de la forma que sea: penal, administrativa, económica, por la mera contribución al proceso de independencia de cataluña. 

Es una manera de volver a hubicar en la política aquello que es política.

Una amnistía que no puede excluir tampoco las víctimas de la guerra sucia de las que el estado español ha usado contra el independentismo desde hace años. Con algunos episodios conocidos, pero también con otros que conoceremos a través de las comisiones parlamentarias creadas para saber la verdad. Porque las víctimas tienen, tenemos, el derecho a saber la verdad. Y tenemos el derecho no solamente a que se nos repare la injusticia de una persecución política denunciada por organismos internacionales, sino para que no vuelva a pasar. Y que si pasa, sean sus responsables perseguidos por la justicia, y no las víctimas. 

Pero el conflicto al que queremos contribuir a resolver, no viene de la reacción represora del Estado a raíz del 1 de octubre de 2017. Tampoco viene de la sentencia que convierte nuestro estatut de autonomía en nada. Ni del déficit fiscal insostenible. Ni de la persecución de nuestra lengua. Ni que, cuando en nombre de la legalidad el Estado español se fusile al president de la Generalitat Lluis Companys. Todo eso y muchas más cosas se han cronificado el conflicto hasta el punto que la convivencia política con España se ha llegado a convertir en insostenible. El conflicto, y lo dice el documento, arranca cuando los Decretos de Nueva Planta de la monarquía española abolen las constituciones y las instituciones seculares de cataluña y liquidan la soberanía histórica que teníamos. 

Los catalanes hemos buscado el reconocimiento nacional cuando se han abierto las escasas oportunidades para poderlo hacer, con el resultado desolador que todos conocemos. Este es el corazón del problema. Y este problema había que señalarlo y acordarlo como relato compartido del conflicto: la persecución a nuestra lengua, nuestra cultura y de nuestras instituciones es a partir de este acuerdo un relato compartido. Como es el hecho reconocido y compartido, también, en el acuerdo firmado hoy, que una parte importante de la sociedad catalana, no se siente identificada con el sistema político vigente en españa. 

Y por eso hoy estamos aquí. Para firmar en Bruselas, y no en Barcelona, un acuerdo político para desbloquear la investidura del presidente del gobierno español. Porque todos los intentos que hemos hecho para resolver de buena fe nuestros déficits y obtener el reconocimiento, todos han acabado en recortes humillantes de derechos y competencias, prisión, y exilio. 

Reconocer el problema real era una condición indispensable. El documento que hemos firmado significa un cambio de enfoque en la narrativa oficial que hemos venido escuchando hasta ahora. Y es bueno que se avance en esta línea. Sin esto, ninguno de los de los acuerdos podrá aguantar el paso del tiempo. Y si alguna cosa nos queda a partir de ahora, es que los acuerdos sean irreversibles, que resistan el paso del tiempo y que permitan construir. Que lo que construyamos sea mucho o sea poco, dependerá de diversos factores, pero no ha de ser porque nos hayamos confundido de objetivos nunca más. Y porque no hayamos dispuesto de las condiciones para abordarlos, porque no hemos sido capaces de señalar el problema de fondo, que como reconoce el documento que acabamos de firmar, continúa sin resolverse. 

Es innegable que las relaciones entre el PSOE y JxCAT no invitan al entusiasmo ni a la confianza. No haríamos ningún favor negando la evidencia. Y en este sentido los dos partidos somos honestos en señalar la enorme distancia que nos separa  hecho que, personalmente creo que pone en valor el camino que podemos recorrer a partir de ahora. 

Quiero agradecer al PSOE que haya admitido las dificultades de las cuales partimos y las que nos encontraremos. Para que ninguno se llame a engaño: tenemos mucho trabajo, y tenemos poco tiempo para hacerla. 

Uno de los motivos de esa desconfianza ha sido, y es, la criminalización del movimiento independentista. Por un lado, es muy difícil defender actos que se consideran violencia terrorista, del otro es difícil negociar con representantes de un movimiento que consideras violento y terrorista y pedirles que te ayuden a gobernar. Eran dificultades objetivas de cara al inicio de un proceso de negociación como el que ahora nos planteamos abrir, hecho por el cual quería abordar dos condiciones previas que también nombre en la conferencia y que a la hora de firmar este documento ya se han dado:

Una, la eliminación del independentismo como objetivo de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado 

La otra, la supresión de toda referencia al independentismo en el informe de Europol. Esto junto a la amnistía contribuirá a la descriminalización de nuestro movimiento, pero reconozco que no son garantías absolutas de que no se continue usando el law faire para buscar futuras incriminaciones. Y en este sentido, como me he referido antes, las comisiones de investigación de la Operación Cataluña, y del Catalan Gate, aportarán pruebas y testimonios que conducen a la erradicación de los elementos podridos que hayan participado en la guerra sucia contra el independentismo. 

Pero todavía hay otro motivo de mayor desconfianza: y es que no nos fiamos de las palabras. No nos fiamos de las promesas. Seguramente la otra parte opina lo mismo. Y podríamos hacer una recopilación de reproches que nos avalarían la falta de confianza a cada uno de nosotros. No debería de ser así y puede que algún día no sea así. Pero llevamos más años de incumplimientos y de roturas de compromiso, para que ahora, de buenas a primeras, pensemos que cumplirán y no nos defraudarán porque nada más necesitan nuestros votos. 

Y otra cosa: es cuestión de tomar todas las precauciones posibles. Porque enfrente tenemos una maquinaria enorme. Una legión de abogados y funcionarios del Estado que han nacido con un BOE bajo el brazo y que llevan décadas dedicando su talento, no para explorar los confines y límites de la constitución, sino justamente al contrario: servirse de la constitución para empequeñecerla y hacerla especialmente asfixiante para los catalanes. 

Por eso hemos reclamado, y personalmente yo lo he hecho muchas veces durante estos años largos de exilio, que cualquier negociación con el Estado español, sea con el gobierno o sea con sus partidos, cuente con un mecanismo independiente de verificación y de seguimiento de los acuerdos. Una tercera parte que esté presente siempre en las conversaciones, que acompañe siempre el proceso negociador y que verifique siempre el cumplimiento de los compromisos de las otras dos partes. Naturalmente si es un mecanismo independiente no puede ser ni catalán ni español. Y por lo tanto, debe ser internacional

Y si han de ser negociaciones en las cuales yo pienso formar parte, no se pueden desarrollar en el Estado español. Ningún mecanismo que forma parte del acuerdo que hoy hemos firmado psoe y junxt, y que ya hemos definido y concretado, hasta el punto de sus integrantes, ha de trabajar con la mínima presión y exposición, de manera que han de tener un escaso protagonismo público y una gran responsabilidad interna. 

Voy a aprovechar esta ocasión para agradecer a los distintos componentes de de este mecanismo que se reunirá antes de que acabe este mes de noviembre, su voluntad de ayudarnos, de contribuir a la resolución de un conflicto historico de manera desinteresada, desde un profundo y acreditado compromiso por la democracia, la libertad, Europa y la paz. 

No son nada más estos elementos, la descriminalización, el mecanismo de mediación, lo que nos dará unas garantías que hasta ahora no existían, sino también el acuerdo que consta en el documento, por el cual condiciona la estabilidad de la legislatura a los avances y cumplimientos de los acuerdos a los que se llegue a lo largo del proceso de negociación. 

Repito el concepto de avances, no solamente los cumplimientos, sino los avances. Se ha de avanzar. No puede ser que no pase nada. Y si no pasa nada, evidentemente, habría incumplimiento potencial. 

Los avances y el cumplimiento de los acuerdos. 

Y en este sentido, la estabilidad del gobierno, de la legislatura, sobre todo en cuestiones como los presupuestos y otros hechos relevantes que el gobierno somete a las Cortes, surgirán y dependerán de una negociación permanente que tendrá resultados y que se irán cumpliendo a lo largo de la legislatura. 

De manera que, a diferencia con la legislatura pasada, donde el gobierno de Pedro Sanchez va a arrancar con la estabilidad garantizada en el bolsillo, en esta ocasión habrá de ganarlo acuerdo a acuerdo. Sin acuerdos, sin cumplimientos, la legislatura no tiene recorrido. De alguna forma el “a cambio de nada” ha ido a la papelera de la historia. 

Pero los elementos del acuerdo se han convertido en los dos grandes ámbitos de la negociación simultaneos que también expuse en la conferencia de hace dos meses. 

Uno, para separar los límites y déficits del autogobierno. El otro, relativo al reconocimiento nacional de Cataluña. 

La lista de estos ámbitos es inevitablemente larga, porque los déficits, las limitaciones y las necesidades de reconocimiento nacional se acumulan desde hace muchísimas décadas. 

El parlament de cataluña tiene aprobadas muchas propuestas en estos ámbitos, que deberán guiar los acuerdos adoptados. Desde el pacto fiscal, el referendum de autodeterminación, el traspaso de rodalíes (el de verdad, no el que se quedó a medias), a la gestión de la inmigración, la gestión de los puertos y aeropuertos, las competiciones deportivas internacionales, la hacienda propia, la política exterior. Y de todo esto debemos hablar y hablaremos tal como recoge el acuerdo de hoy. Del referendum de autodeterminación y del pacto fiscal, si. 

No insistiré en la importancia de estos ámbitos de negociación y los acuerdos a los que se llegue. Tenemos ganas de dejar de tener razones  objetivas para quejarnos, que las tenemos, y que son muy poderosas. Tenemos ganas de poder abrazarnos al mundo con nuestra identidad nacional reconocida. Y en nuestra lengua, también, reconocida y protegida. 

Quien tenga interés en saber de qué hablaremos, conocer lo que demanda el pueblo de Catauña, puede repasar las decisiones que tomamos en el parlamento y se hará una idea exacta y precisa. No digo que vaya a los programas electorales de los partidos que ganan las elecciones al parlamento español. Vayan a las decisiones adoptadas en el parlamento y la presidenta Borrás les podrá hacer un resumen muy grande de todo lo que el parlament, cuando ella presidía, va a aprobar. 

Y es sobre eso sobre lo que vamos a negociar, sin pausas, y es sobre eso sobre lo que vamos a asumir los acuerdos que nos permiten al final del camino llegar a un acuerdo histórico. 

Un acuerdo histórico inédito donde sea el pueblo de cataluña y nada más él, el que decide su futuro. 

El primer paso ya lo hemos dado, que es adoptar este acuerdo marco. Se avanza el voto a favor de los siete diputados de Junts para la investidura de pedro sanchez como presidente del gobierno español. 

El tercero, será la sesión de trabajo con el mecanismo internacional de verificación para poner en marcha dos ámbitos de negociación y sus respectivos contenidos, todo esto antes de que acabe este mes de noviembre. 

Los pasos siguientes, el trabajo a hacer, ha de continuar mes a mes, acuerdo a acuerdo y se han de producir avances que justifiquen nuestro apoyo a cada ley, a cada propuesta, cada proyecto que el gobierno español pueda llevar a la consideración del Congreso de los Diputados. 

Voy a subrayar que para llegar hasta aquí, nosotros no hemos hecho lo que todavía algunos pretenden: no hemos asumido que hemos cometido ningún delito, no tenemos que pedir perdón. Mantenemos la posición y es, desde esta posición que nos comprometemos a un proceso de negociación, no mero diálogo. Esto es algo que siempre hemos señalado: la diferencia entre la negociación y el diálogo, con todo lo que esto representa. 

De manera que, mientras dure la negociación, y se produzcan avances, nosotros corresponderemos con los compromisos que hemos adquirido. 

Pero lo haremos en un contexto y condiciones en los que, a pesar de las diferencias de miras y de poder de unos y otros, podremos sentarnos en una tabla de reconocimiento mutuo, de respeto a lo que representamos y ante una tercera parte que facilitará que podamos llegar a acuerdos que, hasta ahora, en todas las negociaciones bilaterales anteriores que han existido entre cataluña y españa no habíamos sido capaces de abordar. 

El marco y las condiciones también cambiará. Por nuestra parte, seguro que no nos arrepentiremos de no haber intentado aquello que llevamos años reclamando. Y que ahora tenemos la oportunidad y la responsabilidad de explorar. 

Y serán los resultados y no las expectativas ni la potencialidad del compromiso firmado hoy lo que nos permitirá concluir entones un acuerdo histórico que marque un antes y un después en las relaciones conflictivas existentes entre cataluña y españa, que como bien recuerda el documento, nos van a abolir las constituciones e instituciones seculares. 

Lo dije al principio, hemos llegado a este acuerdo, no sin dificultades. Ha habido momentos en los que este acuerdo parecía estar más lejos que cerca. Y ha habido momentos en los que hemos tenido que darle dos vueltas a las cosas. Hemos tenido que luchar palabra a palabra. Evidentemente quiero agradecer a todas las personas que me han acompañado en este proceso, que no ha sido tampoco sencillo, atendiendo a las condiciones en las que me he podido desplazar y participar en las reuniones, hemos tenido que hacerlo de una manera (no diré clandestina) pero sí muy discreta para evitar las posibles interferencias que pudieran entorpecer la voluntad de acuerdo que hemos tenido las dos partes. Gracias por la paciencia, al partido especialmente, y a toda la gente que desde fuera técnicamente nos ha ayudado. Y a la gente que ha trabajado en el ámbito más profesional. Lo que queríamos era crear estas condiciones, porque venimos de muy lejos y seguimos muy lejos. 

Porque si queremos avanzar y aprovechar oportunidades, antes de sentarnos a negociar, con personas con las que en su día hemos perdido la confianza, como con partidos en los que hemos perdido la confianza en su día, tocaba que tomásemos muchas precauciones. Y eso requería y requiere tiempo. Y tenemos que andar acuerdo a acuerdo, trinchera a trinchera, y todo condicionado. 

Agradezco también a los medios de comunicación la paciencia que han tenido en estos meses, y que a veces hemos jugado un poco al ratón y al gato. Me sabe mal. No era nuestra voluntad perjudicar vuestro trabajo, supongo que nos entendéis. Nosotros os entendemos. A partir de este momento, cuando comience la legislatura, entiendo que las cosas se podrán basar en establecer una relación diferente. Pero sí que querría agradecer mucho el interés, y que 

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